© 2010 Texto: Olga López. Fotos: Demetrio Gómez, Paco Ruiz y David Carrera.
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Luz y Vida — Núm. 21 — Presentación | Luz y Vida — Núm. 21 — Junio 2010 — Índice | Noticias de la Asociación Urantia de España |
Mi primer contacto con Sheila KeeneLund tuvo lugar a principios de 2008 a través de un amigo común, James Woodward, actual presidente del Comité de Grupos de Estudio de la Asociación Urantia Internacional. Por entonces Sheila había terminado de escribir su libro Heaven is not the last stop y buscaba a alguien que tradujera el libro al español. Hice correr la vOz entre los lectores españoles y surgieron algunos nombres, que le pasé enseguida.
En julio de 2008 asistí a la conferencia internacional que la Fellowship celebró en Los Ángeles (EEUU), y allí tuve ocasión de conocer a Sheila en persona. Recuerdo todavía una recepción privada organizada por el Consejo General de la Fellowship, a la que se invitó a miembros de la AUI y de la Fundación Urantia, en la que tuve ocasión de tener una larga charla con Sheila y donde conectamos casi inmediatamente.
Por aquel entonces estábamos en plena fase de organización de la conferencia internacional. Sheila se ofreció para dar una de las presentaciones (en concreto, se estableció que fuera ella quien hiciera la primera presentación de la conferencia), precisamente sobre el «cultivo de la inteligencia universal». Eso hizo que nos mantuviéramos en contacto regular durante los meses siguientes a conocernos en persona, para concretar los detalles de su presentación, la duración, el contenido, etc.
Cuando faltaba poco más de un mes para la celebración del Encuentro, Sheila me comunicó que no podría asistir a España debido a problemas personales, así que su presentación tuvo que ser reemplazada por la de otro conferenciante.
En verano de 2009, cuando la conferencia internacional era ya un bonito recuerdo y mientras le dábamos vueltas a cuál podría ser el tema de nuestro encuentro nacional, se nos ocurrió que podría ser buena idea invitar a Sheila a nuestro encuentro, para dar la presentación que no pudo dar en la conferencia internacional. El desarrollo que nos envió en su momento había conseguido despertar nuestro interés, y consideramos que merecía la pena conocer de primera mano lo que era el «cultivo de la inteligencia universal».
Poco después, propusimos a Sheila que impartiera este seminario, y aceptó inmediatamente y con gran entusiasmo. Por entonces ya había publicado su libro, en Estados Unidos y por sus propios medios.
A primeros de este año planteamos a Sheila el reto de dar, no solo una presentación, sino un seminario de tres sesiones, que ocupara la gran parte de las actividades del encuentro, reto que aceptó encantada. Mientras tanto, los meses previos a nuestro encuentro, Sheila dio charlas sobre este tema en México y en Colombia. ¡En mayo nos tocaba a nosotros!
El viernes al mediodía fueron llegando a la Casa Toya los asistentes al Encuentro, que comenzaba «oficialmente» a la hora del almuerzo. En total fueron treinta y dos personas procedentes de Vizcaya, Burgos, Madrid, Sevilla, Girona, Barcelona, Tarragona, Castellón, Alicante y Zaragoza. La gran mayoría eran lectores veteranos, asiduos de los encuentros y miembros de alguno de los diez grupos de estudio que existen actualmente en España.
Después del almuerzo y de la sobremesa, en la que los asistentes aprovecharon para ponerse al día con sus respectivas vidas y disfrutar del reencuentro, comenzó el seminario de Sheila propiamente dicho. Inició su presentación relatando su propia experiencia como buscadora, explicando cómo llegó hasta El Libro de Urantia y cómo acabó escribiendo su libro Heaven is not the last stop. Nos contó qué fue lo que ella encontró en el LU y marcó la diferencia en su vida, y luego nos animó a que todos y cada uno de nosotros expresáramos ante los demás, en menos de dos minutos, qué es lo que ha hecho el LU por nosotros, suponiendo que se lo estábamos contando a alguien que nunca había oído hablar del libro.
Lo que más nos costaba era explicar qué es lo que había hecho el libro por nosotros como personas, pues siempre es fácil echar mano de la respuesta «intelectual». Estas fueron algunas de las respuestas que dieron los asistentes:
«El LU ha respondido a todas las preguntas que tenía sobre el sentido de la vida».
«El LU me ha dado una gran responsabilidad, pues me ha hecho ver a los demás no como una posibilidad de negocio o como dinero, sino como a mis hermanos. Y sobre todo me ha hecho imperfecto, pues yo antes creía que era perfecto».
«El LU me ha dado un propósito para la acción; para llevar a cabo mi transformación interior, la de mi entorno y asi contribuir a que haya un mundo mejor».
«El LU me ha hecho proponerme ser consciente en todo momento de cuál es el mejor curso de acción, de cuál es la mejor forma de relacionarme con mis semejantes».
Al final de la primera sesión, hicimos un ejercicio de lectio divina. Nos pusimos en círculo y cuatro personas leyeron el mismo párrafo del LU. Los asistentes escuchaban con los ojos cerrados y en silencio el párrafo. Tras la primera y la segunda lectura podían decir en vOz alta la palabra que les hubiera venido a la mente, y ya en la tercera y la cuarta debían decir una frase u oración inspirada por esa lectura. Fue una experiencia inusual en nuestros encuentros y la verdad es que fue muy inspiradora, pues surgieron oraciones muy sinceras y nada estereotipadas.
Este fue el párrafo empleado en la lectio divina:
«Mientras Marta estaba ocupada con todos estos supuestos deberes, se sentía inquieta porque María no bacía nada por ayudarla. Por eso se acercó a Jesús y le dijo: «Maestro, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado hacer sola todo el servicio? ¿No quisieras pedirle que venga a ayudarme?» Jesús respondió: «Marta, Marta, ¿por qué te inquietas siempre por tantas cosas, y te preocupas por tantas bagatelas? Sólo hay una cosa que vale realmente la pena, y puesto que María ha escogido esta parte buena y necesaria, no se la voy a quitar. Pero, zcuándo aprenderéis las dos a vivir como os he enseñado: a servir en cooperación y a refrescar vuestras almas al unisono? ¿No podéis aprender que hay un tiempo para cada cosa - que las cuestiones secundarias de la vida deben dejar paso a las cosas más grandes del reino celestial?»» LU 162:8.3
Por la noche, después de cenar, Eduardo Altuzarra presentó a los asistentes el PowerPoint de introducción a El Libro de Urantia que se diseñó a primeros de año y que lleva desde entonces colgado en nuestra página web. También se presentaron dos rollups o expositores, adquiridos por la asociación con el fin de que sirvan como material de exposición en presentaciones, ferias y otros eventos públicos.
Tras la presentación del PowerPoint y del texto sobre el cual se basaría la presentación hablada sobre el libro, los asistentes ofrecieron su crítica constructiva y se anotaron muchas sugerencias para hacer la presentación más ágil y cautivadora para el espectador, que se supone no conoce El Libro de Urantia y del que se necesita mantener su atención durante todo lo que dure la presentación. No solo hubo muy buenas sugerencias respecto a cómo mejorar el contenido; también las hubo respecto a la forma, como por ejemplo pasar esta presentación a formato DIVX, y de esta manera poderla colgar en sitios web como Youtube para darle así la mayor difusión posible.
Al día siguiente por la mañana reanudamos el seminario, en el que Sheila desarrolló lo que significa «cultivar la inteligencia espiritual», que sería desarrollar nuestra religión personal del mismo modo en que se aprende un idioma. Hay que cultivar las reacciones instintivas y reaccionar automáticamente. Hay que considerar la religión como la experiencia de conocer a Dios, mediante el desarrollo de la conciencia.
En esta parte, Sheila nos invitó a explorar las creencias, con el fin de poder explicar las enseñanzas del LU a los que no las conocen, y nos dio algunos ejemplos:
Es importante saber de dónde proceden los conceptos en la historia, la filosofía y las religiones del mundo, para poder explicar cuál es la diferencia que marca el LU. Eso sí, siempre desde un enfoque positivo, a la manera en que lo hacía Jesús: sin desacreditar ninguna creencia sino procurando extraer de todas ellas una enseñanza superior.
En la tercera sesión del seminario, realizamos una serie de ejercicios prácticos propuestos por Sheila.
En primer lugar, nos invitó a que hiciéramos una lista de propósitos O intenciones que nos hicieran profundizar en nuestra relación con Dios y nuestro amor hacia los demás, para crear con ellos una especie de oración personal en la que cada frase comenzara con «es mi intención…».
También hicimos dos ejercicios relacionados con dos aspectos importantes del crecimiento personal: el desarrollo de la madurez emocional y el ajuste de la conciencia moral. En estos ejercicios se nos proponían posibles afirmaciones sobre nosotros, y debíamos señalar si necesitábamos mejorar sobre ese aspecto o si ya lo teníamos aprendido y lo practicábamos en nuestra vida diaria. Esto hacía que cada uno de nosotros reflexionara y se preguntara si realmente estamos tan elevados como creemos estar.
Otro de los ejercicios que hicimos tenía como objetivo ayudarnos a mejorar la calidad de nuestro pensamiento, pues eso nos ayudará infaliblemente a ser mejores personas. Como señala Sheila en su libro Heaven is not the last stop: «Mejorar la calidad de la manera de pensar es desarrollar las destrezas objetivas y reflexivas de la mente. Es posible actuar inteligentemente solo cuando podemos evaluar sistemática y objetivamente el mérito de nuestros conocimientos, aptitudes, actitudes y acciones».
La actividad final de esta última sesión fue un estudio de citas del LU relacionadas con cada uno de los aspectos en los que Sheila centró el cultivo de la inteligencia espiritual:
Para esta actividad, nos reunimos en grupos de 3 ó 4 personas. Sheila nos asignaba uno de estos temas y nos daba una serie de citas del LU relacionadas con el tema, para que reflexionáramos sobre ellas y tomáramos nota de nuestras reflexiones. Ya al final, uno de los miembros del grupo exponía las conclusiones ante todos los demás.
Por ejemplo, a nuestro grupo le tocó el tema «Desarrollar la conciencia moral», y estas fueron las citas que Sheila nos dio para nuestra reflexión:
«En la vida física, los sentidos comunican la existencia de las cosas; la mente descubre la realidad de los significados; pero la experiencia espiritual revela al individuo los verdaderos valores de la vida. Estos niveles elevados de vida humana se alcanzan mediante el amor supremo a Dios y el amor desinteresado a los hombres. Si amáis a vuestros semejantes, es porque habéis descubierto sus valores. Jesús amaba tanto a los hombres porque les atribuia un alto valor. Podéis descubrir mejor los valores de vuestros compañeros descubriendo sus motivaciones. Si alguien os irrita, os produce sentimientos de rencor, deberíais tratar de discernir con simpatía su punto de vista, las razones de su comportamiento censurable. En cuanto comprendéis a vuestro prójimo, os volvéis tolerantes, y esta tolerancia se convierte en amistady madura en amor.» (LU 100:4.4)
«La conciencia espiritual iluminada del hombre civilizado no se interesa tanto por una creencia intelectual específica, o por una manera particular de vivir, como por descubrir la verdad de la vida, la técnica buena y correcta de reaccionar ante las situaciones constantemente recurrentes de la existencia mortal. La conciencia moral es simplemente un nombre que se aplica al reconocimiento y al conocimiento humanos de esos valores éticos y de esos valores morontiales emergentes respecto a los cuales el sentido del deber exige que el hombre se atenga a ellos para controlar y dirigir su conducta diaria.» (LU 101:9.5)
«Incluso la educación laica podría ayudar a este gran renacimiento espiritual, si prestara más atención a la tarea de enseñar a los jóvenes cómo acometer la planificación de la vida y el desarrollo del carácter. La meta de toda educación debería consistir en fomentar y promover el objetivo supremo de la vida, el desarrollo de una personalidad majestuosa y bien equilibrada. Existe una gran necesidad de enseñar la disciplina moral en lugar de tantas satisfacciones egoistas. Sobre esta base, la religión puede aportar su estimulo espiritual para ampliar y enriquecer la vida humana, e incluso para asegurar y realzar la vida eterna.» (LU 195:10.17)
Muchos nobles impulsos humanos perecen porque no hay nadie que escuche su expresión. En verdad, no es bueno que el hombre esté solo. Cierto grado de reconocimiento y cierta cantidad de aprecio son esenciales para el desarrollo del carácter humano. Sin el amor auténtico del hogar, ningún niño puede alcanzar el pleno desarrollo de un carácter normal. El carácter es algo más que la mera mente y la mera moralidad. De todas las relaciones sociales pensadas para desarrollar el carácter, la más eficar e ideal es la amistad afectuosa y comprensiva de un hombre y una mujer en el abrazo mutuo de una vida conyugal inteligente. El matrimonio, con sus múltiples relaciones, es el que está mejor destinado a hacer surgir esos preciosos impulsos y esos motivos elevados que son indispensables para el desarrollo de un carácter fuerte. No dudo en glorificar asi la vida familiar, porque vuestro Maestro ha elegido sabiamente la relación de padre a hijo como la piedra angular misma de este nuevo evangelio del reino. Esta comunidad incomparable de relaciones, un hombre y una mijer en el abrazo afectuoso de los ideales superiores del tiempo, es una experiencia tan valiosa y satisfactoria que vale cualquier precio, cualquier sacrificio que sea necesario para poseerla. (LU 160:2.6)
La elección del hombre entre el bien y el mal no está influida solamente por la agudeza de su naturaleza moral, sino también por otras influencias tales como la ignorancia, la inmadurez y las ilusiones. Cierto sentido de la proporción también está implicado en el ejercicio de la virtud, porque se puede cometer el mal cuando se elige lo menor en lugar delo mayor, a consecuencia de la deformación o del engaño. El arte de la valoración relativa o de la medida comparativa entra en la práctica de las virtudes del ámbito moral. (LU 16:7.7)
La noche del sábado, después de la cena, tuvo lugar una presentación de Eduardo Altuzarra sobre la Vía Láctea respecto al superuniverso de Orvonton. Debemos decir que la presentación, aunque rigurosa, tuvo lugar entre grandes dosis de humor, debido a las discrepancias ya históricas entre los que defienden que la Vía Láctea equivale prácticamente al superuniverso de Orvonton (que es la tesis de Eduardo), frente a los que creen que la Vía Láctea es una parte mucho menor. Eduardo ilustró su presentación con un gran número de fotografías de las nebulosas más famosas, así como de galaxias que, según el LU, estarían en el primer nivel del espacio exterior. Fue una presentación muy instructiva pues, aunque no surgió ninguna conclusión respecto a lo que es en realidad la Vía Láctea según el LU, nos permitió hacernos una idea de cuál es nuestra ubicación en el gran universo, y reflexionar sobre las «pistas» que el LU nos ofrece respecto a este tema.
El domingo por la mañana era el momento de las actividades finales. Antes de comenzar la asamblea de la asociación, que era la última actividad del Encuentro, nos hicimos la foto de grupo con Sheila, que debía partir pronto pues tenía que tomar un avión desde Bilbao a las 3 de la tarde. En la asamblea informamos a los asistentes acerca de las actividades realizadas durante el año 2009, así como los proyectos de diseminación que tenemos previstos para este año.
Durante la asamblea surgieron muchas ideas interesantes sobre cómo mejorar nuestra página web, aumentar nuestra presencia en Internet y en las redes sociales, mejorar el aspecto de la revista «Luz y Vida», dar presentaciones y asistir a ferias y otros eventos que puedan ser afines a nuestros objetivos como asociación. Hemos tomado buena nota de todas las sugerencias y esperamos dar un buen impulso a nuestras actividades en el futuro inmediato.
También hablamos sobre la manera de tener un contacto periódico con los grupos de estudio existentes en nuestro país, para apoyarles en lo que necesiten y crear un sentido de pertenencia al movimiento Urantia. Y por último, ya al final, tuvimos la ocasión de valorar el seminario de Sheila. La valoración general fue muy positiva, y se expresó la idea de seguir en esa línea en los próximos encuentros.
El encuentro terminó oficialmente después del almuerzo, al que siguió el café, la sobremesa y la despedida. Como siempre, nos despedimos con la sensación de haber vivido unos momentos preciosos en compañía de espíritus afines, y con el deseo de repetir la experiencia los próximos años.
Aunque el mortal medio de Urantia no puede esperar alcanzar la elevada perfección de carácter que adquirió Jesús de Nazaret mientras permaneció en la carne, a todo creyente mortal le es totalmente posible desarrollar una personalidad fuerte y unificada según el modelo perfeccionado de la personalidad de Jesús. La característica incomparable de la personalidad del Maestro no era tanto su perfección como su simetría, su exquisita unificación equilibrada. La presentación más eficaz de Jesús consiste en seguir el ejemplo de aquel que dijo, mientras hacia un gesto hacia el Maestro que permanecia de pie delante de sus acusadores: «¡He aqui al hombre!» (LU 100:7.1)
Exceptuando unas presentaciones de Eduardo Altuzarra, este año el Encuentro fue casi monográfico. Existe un material que representa las ideas que se intentaron transmitir en las tres principales jornadas, pero me temo que, hoy por hoy, está solamente en inglés; es el propio libro de quien presentó los talleres, Sheila KeeneLund. Es un libro inspirado en el Libro de Urantia y titulado «Heaven is not the last stop» (El cielo no es la última parada), y que está pendiente de ser traducido a nuestro idioma.
¿Anécdotas? En el caso de Sheila, las formales que pudieron derivarse de cierto espanglish (realize - realizar, balance balancear, etc), anécdotas sin importancia, porque se le entendía bastante bien en todo lo que intentó transmitir, y la verdad es que solamente contemplar su rostro mientras explicaba sus ideas era ya inspirador. Sus jornadas fueron una delicia para todo el mundo, creo yo. Sus talleres combinaban teoría y práctica, y yo aprecié de manera especial que compartiera con todos nosotros lecciones de su experiencia propia.
En el caso de Eduardo, las anécdotas fueron las derivadas de grandes choques de interpretación en cuanto a la forma de nuestro superuniverso entre grandes amigos, con suficiente confianza como para interpretar grandes contiendas. (¡Qué risa hemos pasado!). Participaron Carmelo y Santi.
Básicamente, la fascinante problemática que trataba de resolver Eduardo era la forma que tendría nuestro superuniverso visto «desde arriba». Por un lado, los Reveladores nos dicen que la Vía Láctea representa el núcleo de nuestro superuniverso. Aparentemente, una galaxia en forma de espiral como la propuesta por la ciencia actual podría satisfacer esta idea. Pero por otro lado, los Reveladores nos dicen que, si pudiéramos observar desde arriba nuestro superuniverso, seríamos capaces de distinguir a simple vista los diez sectores mayores, cosa que no se puede hacer con las diferentes hipótesis de forma de nuestra galaxia que nos presenta la ciencia actual.
Aun cuando las conclusiones de unos y otros no se pudieron conciliar, el trabajo de Eduardo supo dejarnos intrigados a todos. A mí me fascinó.
En la medida en que la problemática incluía datos de números de estrellas y datos de distancias, hubo incluso que mencionar la sección «Los límites de la Revelación» y recordar a todas las partes que, si querían de verdad llegar a un punto de consenso, debían todos preguntarse ante cada afirmación científica de LU si se podría incluir en «ciencia merecida» o «ciencia no merecida» (susceptible de sufrir actualización a medida que nuestra propia ciencia avanza).
He visto que los encuentros aportan una experiencia a los veteranos que permite que sea el propio público el que encauce de manera magistral alguna posible intervención inoportuna por parte de las nuevas incorporaciones. El humor y la tolerancia han presidido todos los talleres y también los momentos de distensión. Otra cosa que fascina de los encuentros es constatar cómo la espiritualidad es algo tan real, que consigue no sólo imprimir calidad en nuestros intelectos sino también ennoblecer año tras año lo que pudieron ser caracteres excesivamente fuertes o difíciles.
Personalmente, cuando soy más consciente de los beneficios que aportan los Encuentros de lectores es durante esos mismos días pero en los instantes anteriores a dejarse llevar por el sueño, cuando uno ya está acostado y hace balance de lo experimentado durante el día.
Siempre son días provechosos, días que notas que les has sacado jugo a todos los niveles. Que has crecido y que otros han crecido a tu lado.
No sé qué serán más importantes, si los talleres o las interacciones aparentemente anodinas con otros hermanos en los contextos de descanso, la relación con personas con las que no te cuesta sintonizar precisamente porque ya tienen integrados en el interior de sus almas los mensajes más básicos de esta gran Revelación.
¡Qué rápido que pasa el tiempo! Justamente hoy hace 17 meses exactos desde que comencé la primera lectura del Libro de Urantia, debo reconocer que este periodo de mi vida ha sido a título personal como una especie de vendaval lleno de nuevas experiencias y grandes descubrimientos que han hecho mella en mí dotándome de una paz, una ilusión, una fe y una esperanza que antes desconocía que pudiera existir.
¿Qué os puedo contar acerca del LU que no sepáis ya! En él encontré muchas respuestas, verdad, belleza… gracias a él encontré humildad… también responsabilidad.
En septiembre comencé a acudir a grupo de estudio más cercano (Vilanova) y enseguida supe que había actuado correctamente. Las personas que encontré allí han resultado ser unos grandes compañeros y mediante la comparativa y el debate de nuestros respectivos puntos de vista, mi esclarecimiento sobre muchos puntos del LU se fue y sigue aumentando.
Poco después empecé a intervenir en el foro internacional que modera David Carrera por Internet… descubrí a otros hermanos más lejanos en la distancia con los que también mantuve y sigo manteniendo conversaciones apasionantes sobre determinados aspectos del LU.
Las dos han sido experiencias totalmente enriquecedoras y animo a posibles lectores a practicarlas asiduamente complementando el estudio personal de esta maravillosa quinta revelación.
Este fin de semana pasado acudí lleno de ilusión al IX encuentro de lectores en Aluenda, ya que soy novel en este tipo de encuentros creo que sería bueno intentar expresar mediante este escrito las impresiones personales sumamente agradables que de él tuve.
Nada más llegar el lugar me resultó tranquilizador, un paraje alejado del bullicio de las grandes urbes me pareció a simple vista idóneo para este tipo de eventos… por ello debo felicitar a los organizadores. Un alberge rústico en apariencia humilde envuelto de pequeñas terrazas de árboles frutales y vegetación que resultó ser muy acogedor… la comida me sorprendió ya que era totalmente vegetariana, para mí cada comida fue un festín de sabores diferentes y variados… aunque debo de reconocer que el último día comenzaba a echar de menos unas costillitas de cordero o alguna loncha de Jamón… ¡Es que soy de Teruel!
Conocí nuevos hermanos… Cuando llegas te comienzan a presentar a un montón de personas que no conoces de nada salvo a alguno que también interviene en el foro… de Madrid, de Sevilla, etc, te vuelves loco con tantos nombres y caras nuevas pero enseguida entablas conversación pues la cordialidad es la nota dominante… de alguna manera es como si ya los conocieras anteriormente. Es difícil de explicar, pero el sólo hecho de saber que han leído el LU igual que tú provoca una empatía enorme y sólo debes dejarte llevar, el espíritu hace el resto. Como muy bien comentaba el amigo Carmelo, estos encuentros masivos son como destellos fugaces de lo que deben ser las relaciones en Morontia. Durante todo el fin de semana me entregué a comparar ideas y compartir experiencias propias sobre el LU y a apuntar direcciones, correos electrónicos y números de teléfono… una gozada.
La última mañana se hizo asamblea de la junta, fue muy interesante porque allí me puse al día de las novedades y planes de futuro referentes a la Fundación. Comprendí de la difícil labor de los componentes de esa junta ya que deben conciliar sus vidas y sus trabajos con la responsabilidad de organizar y velar por el crecimiento y mantenimiento del movimiento urantiano. Me cercioré de la falta de recursos tanto económicos como materiales de que adolecen pero que suplen con esfuerzo y dedicación, buena voluntad e imaginación… me dí cuenta de la importancia de su labor.
Según me informaron, este encuentro fue diferente ya que giró casi totalmente alrededor del seminario que nos impartió la hermana norteamericana Sheila KeeneLund en relación a su libro recientemente publicado «El cielo no es la última parada» y que espero que pronto editen en español. Sheila nos mostró la importancia de fabricarse cada uno un plan personal de crecimiento personal y de cómo trasladarlo realmente a la vida diaria. Nos enseñó la multitud de claves que nos dona el LU para esa labor y nos contó muchas cosas más, incluso detalles de su experiencia personal… para mí fue muy interesante. Una de las cosas que más se me grabó fue con respecto a la adoración al Padre. Ella me hizo ver que ante la imposibilidad de adorar a algo imposible de imaginar, lo más sensato era delegar esa adoración a nuestro ajustador, el cual seguro que sabría como hacerlo… interesante. Mi propia conclusión fue que la mejor manera de adorar a Dios es pasando a la acción.
Algo que me conmovió fue el ver a personas de unas edades ya avanzadas y con una ilusión como la de un niño por aprender más… algunos llevan veinte o treinta años estudiando de forma concienzuda el LU!.. Transmiten un optimismo y una fe en lo que hacemos totalmente contagiosa. Yo los miraba con ternura porque ellos han sido los pioneros del LU en España… no debió ser fácil en aquella época. Me inspiran un profundo respeto. Con alguno de ellos tuve alguna charla y me contó detalles de cuando empezaron… son historias de gran valor humano.
En fin, cómo me explicaba Eduardo en una charla que tuvimos el primer día, cuando descubres el LU te das cuenta de que tu edificio tiene muchas goteras… si «despiertas» comienzas a reconstruirlo en una labor que ya no tendrá fin hasta que llegues ante la presencia del Padre… y eso no es un deber… es una gozada.
Este IX Encuentro ha sido una experiencia excelente para mí y desde aquí animo a todo aquel lector del LU que pueda a que acuda a futuros encuentros. Esta forma de hermanamiento la considero altamente positiva y siempre rinde frutos personales.
Después de varias semanas esperándolo con impaciencia, resulta que el IX Encuentro ya ha pasado, y me ha dejado como siempre, sumido en la nostalgia. Yo he llegado a pensar alguna vez que esto sólo me pasaba a mí, ipero resulta que le pasa a todo el mundo! Incluso a Sheila, que este año ha sido la ponente principal del Encuentro, que es norteamericana y que no nos conocía a ninguno, ha sufrido y sufre aún, me temo, la nostalgia de la separación.
¿Alguien sabe decirme qué tienen los Encuentros para que suceda esto?
¿Serán esos reencuentros esperados y deseados, y esos apretados abrazos y «morreos» con Josefina?
¿Serán las propias presentaciones? Este año la visión esclarecedora de Sheila del Libro de Urantia en acción en cada persona.
¿Serán los tan inevitables (i) como excelentes gráficos sobre la Vía Láctea y Orvonton de Eduardo y las discusiones posteriores «a muerte» con los que no estamos de acuerdo con él y que tantas carcajadas provocan?
¿Serán esos ratos de las comidas en los que nos contamos cómo nos ha ido la vida el último año (justo desde la última vez que nos vimos)?
¿Serán esas charlas en el café en las que compartimos nuestro entusiasmo por el Libro?
¿O será simplemente que nos encanta sentirnos otra vez juntos y vivir una relación de hermanos?
No lo sé, pero sí sé que cuando se acerca el Encuentro me siento cada vez más impaciente; que cuando llega, se me pasa rapidísimo; y que cuando pasa, me lleno de nostalgia y estoy deseando que se convoque el siguiente.
Eso sí, me quedan las fotos de los «reporteros oficiales» (Paco, Demetrio y este año, Samuel) que miro y remiro, una y otra vez, para revivir las sensaciones «moronciales» del Encuentro y sentir que sigo estando con vosotros.
A ver, Junta Directiva, jya estáis tardando en anunciar el siguiente!
La atracción de la gravedad espiritual, y la respuesta a la misma, funcionan como un todo no solamente en el universo, sino también entre los individuos y los grupos de individuos. Existe una conexión espiritual entre las personalidades espirituales y espiritualizadas de cualquier mundo, rąa, nación o grupo de idades creyentes. Existe una atracción directa de naturalę̧a espiritual entre las personas con mentalidad espiritual que tienen gustos y anbelos semejantes. El término almas gemelas no es enteramente una figura retórica. (LU 7:1.6)
(Imágenes de un Encuentro)
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