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Atención ! ¡El infame Caligastia está por todas partes! | Réflectivité — Número 364 — Febrero 2023 | Diferencias entre la Fundación Urantia y la Asociación Urantia |
Margarita Niño
Montréal
El año es la unidad de tiempo más utilizada para medir la vida humana.
Cada uno conoce la fecha del año que marca el paso de una unidad en su contador individual… En la primera infancia, son los adultos quienes miden y comparan la longitud, el crecimiento y el progreso de sus hijos.
Durante la educación primaria, las calificaciones obtenidas marcan un ritmo de crecimiento a medida que pasan los años y el tiempo comienza a dejar huellas, ya sean alegres o tristes, de triunfos o fracasos, de éxitos y satisfacciones o de estancamiento y frustración dentro y fuera del hogar. La vida nos sonríe, pero no siempre. Muchos niños felices lloran y muchos niños no lloran, aunque la felicidad viva lejos de su entorno.
Llega la adolescencia y el tiempo marca otras metas para cada asignatura, año tras año. La inteligencia por un lado y las hormonas por el otro tiran del joven y lo desesperan, lo enfurecen, lo ponen en conflicto consigo mismo y con el resto de la humanidad, y al final de cada año, nada es obvio, excepto ese crecimiento físico, que provoca otros saltos, ya sea por exceso o por defecto, la ganancia de altura en centímetros o de peso en gramos.
Por fin llega la edad adulta. Los años entonces se vuelven costosos si son años de estudio universitario, o dolorosos si son años de duro trabajo. Son años de relaciones y colaboraciones, años de división del trabajo, de lucha por salarios, de pensar en los niños… Estos años son generalmente todos iguales o marcados por continuos cambios, no siempre favorables. De alguna manera siguen corriendo.
Se acerca medio siglo. Hay que pensar en la jubilación. Durante los siguientes veinte años, la vida continúa y la gente toma decisiones muy diferentes, elige planes muy curiosos y tontos o muy bien pensados; triunfar o fracasar, enfermar gravemente o conservar una salud bastante buena, sin que ello signifique una gran satisfacción por su jubilación, con buena o mala pensión o sin pensión… es común que casi todos se sientan maltratados por… una causa que le es querida. Se acerca medio siglo. Hay que pensar en la jubilación.
Finalmente llega la entrada en la vejez. La cuenta regresiva número ochenta está por llegar y como me decía mi querida tía Eli:
«¿Por qué nos enseñaron a hablar, estudiar, trabajar, cuidar nuestra salud, tratar a los demás y muchas cosas más, pero nadie nos enseñó a envejecer?»
Miremos hacia atrás, al paso del tiempo de quienes ya completaron su camino, y aprendamos las lecciones que nos dejaron sobre cómo envejecer de la mejor manera.
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