© 2017 Marta Elders
© 2017 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Décima Conferencia Internacional de la Asociación UAI — Amsterdam Países Bajos | Le Lien Urantien — Número 78 — Junio 2017 |
Por Marta A. Ancianos
(Presentado en el Simposio Científico 2016)
El propósito de este artículo es examinar nuestra comprensión del cerebro a la luz de la reveladora información presentada en El Libro de Urantia. Continuaremos nuestro estudio comenzando con una breve descripción del contexto cosmológico revelado en El Libro de Urantia en el que se produce la evolución. Luego consideraremos el significado de este proceso, la intrincada belleza de este plano y la estructura proporcionada por seres de orden superior, mientras exploramos simultáneamente lo que nosotros, como seres evolutivos, hemos descubierto. Discutiremos la mecánica del cerebro, examinaremos la relación entre el cerebro y la mente y exploraremos cómo el cerebro, a través de la conciencia, se convierte en un conducto hacia la mente. Concluimos con una breve descripción de la investigación que respalda la relación entre la espiritualidad y nuestro cerebro vivo.
Por El Libro de Urantia sabemos que somos ciudadanos de un pequeño planeta, Urantia (Tierra) ubicado en Nebadon (nuestro universo local) y ubicado en Orvonton (nuestro superuniverso/la Vía Láctea). Estamos supervisados y protegidos por nuestro Hijo Creador del universo local, Miguel de Nebadon y su socio, el Espíritu Materno Creativo del universo local. Han aceptado la responsabilidad de administrar nuestro universo local y, a través de un proceso evolutivo creativo, llevarlo a un estado de perfección que será al mismo tiempo un aporte a nuestro Dios del tiempo y del espacio. Toda una empresa. ¡Imagínese el tipo de preparación necesaria! La enormidad del plan. ¿Qué tipo de estrategia debería planificarse? ¿Cómo comenzará y se mantendrá esto? El Libro de Urantia proporciona una idea de estas cuestiones al revelar el mecanismo previsto por los Portadores de Vida: la existencia y evolución del cerebro humano.
La evolución es un proyecto divino, magistralmente construido, iniciado y promovido, mediante el cual se alcanza la perfección en el tiempo y el espacio. La evolución es esencialmente un proceso lineal que absolutamente debe comenzar desde el principio y satisfacer las necesidades planetarias iniciales, al mismo tiempo que debe ser lo suficientemente flexible como para crecer y transformarse con el tiempo de manera que sirva en el viaje hacia la perfección. Este ideal creativo debe realizarse en el tiempo y el espacio. Este proceso debe adaptarse a las exigencias de los dominios de la materia, la mente y el espíritu.
Se nos informa que hace 987 mil millones de años un organizador de una fuerza de inspectores informó que las condiciones eran favorables para un proceso de materialización inicial en esta región de Orvonton. Luego, tras recibir el permiso correspondiente, hace 900 mil millones de años, se inició el proceso de inauguración y organización de la energía.
Hace 875 mil millones de años, los Directores del Poder llegaron a este superuniverso para preparar el ambiente material para que el Hijo Creador pudiera emprender su aventura espacio-temporal con su pareja, la presencia del Espíritu Infinito en el universo. Ellos prepararon energéticamente el escenario en el que el Hijo Creador haría realidad su potencial espacio-temporal en asociación con esta presencia universal del Espíritu Infinito, nuestro Espíritu Madre del universo local. Esto es lo que somos un Mensajero Poderoso:
A los Hijos Creadores los preceden, en la organización de sus universos, los directores del poder y otros seres que tienen su origen en la Fuente-Centro Tercera. A partir de las energías del espacio, organizadas previamente de esta manera, Miguel, vuestro Hijo Creador, estableció los reinos habitados del universo de Nebadon y desde entonces se ha dedicado cuidadosamente a administrarlos. A partir de la energía preexistente, estos Hijos divinos materializan la materia visible, proyectan las criaturas vivientes y, con la cooperación de la presencia en sus universos del Espíritu Infinito, crean un variado séquito de personalidades espirituales. (LU 32:2.1)
El primer acto creativo de Miguel y la presencia universal del Espíritu Infinito dieron origen a la Brillante Estrella de la Mañana, Gabriel. Sirve a nuestra comunidad local como chef ejecutivo. Después de su aparición, nacieron una multitud de diversas criaturas y personalidades. Entre los primeros en llegar estuvieron los Portadores de Vida, el Padre Melquisedec y la orden de los Melquisedec. Como el propósito de este estudio es comparar aspectos del propósito divino revelado en El libro de Urantia con nuestra comprensión neuropsicológica actual del cerebro, nos centraremos en aquellos seres que tienen la tarea de planificar, desarrollar e incitar a la vida, particularmente en relación con el cerebro y la mente.
En preparación para la iniciación de la vida en una esfera material, los Portadores de Vida han probado y seleccionado sabiamente técnicas dinámicas, proporcionando un mecanismo para promover la evolución. Debido a que somos un planeta decimal, se pueden probar e implementar nuevas posibilidades durante el proceso evolutivo, además de estos primeros preparativos.
Los Portadores de Vida, bajo la supervisión del Padre Melquisedec, fueron responsables del diseño y desarrollo de un instrumento viviente a través del cual la mente se conecta con el reino material. Esta relación entre mente y materia evoluciona de tal manera que la mente humana se desarrolla, se otorga la personalidad, surge la conciencia, se toman decisiones con libre albedrío y se hace posible el contacto con el espíritu. ¿Y qué instrumento diseñaron? Un cerebro, un cerebro vivo. Un Melquisedec comenta así (LU 49:5.13): El cerebro y el sistema nervioso constituyen la única característica uniforme de los mortales. Mientras continúa describiendo las diversas organizaciones de este mecanismo (tipos con uno, dos o tres cerebros), el La realidad de que todos los mortales utilizan este mecanismo, este cerebro viviente, en su viaje planetario hacia Dios es poderosa. Está claro que este sistema evolutivo está diseñado para servir a la evolución de la vida en un planeta desde sus primeras etapas hasta las de luz y vida; de la materia al espíritu a través de la mente.
Marta A. Ancianos
Biographie Professionnelle. Marta Elders a une license de psychologie et pratique en cabinet privé à Norwalk, CT, États-Unis, où elle travaille avec des adultes et des couples. Elle a obtenu sa licence de psychologue conseil au Teacher’s College de l’ Université de Columbia, NY en 1989. Après sa licence elle a suivi plusieurs spécialisations: « La mort et le mourant » (Teresa Rando), EMDR (Traumas complexes, troubles psychologiques, Désensibilisation et Reprocessement des mouvements oculaires, Francine Shapiro), IPNB (Neurobiologie Interpersonnelle avec Daniel Siegel), Neurofeedback (NeurOptimal de Sue et Val Brown à Zengar), Enquête Appreciative et Trauma (Bessel Van Der Kolk, Don Kalsched). Elle a également complété le Leadership Training dans BodySoul Rhythms, un travail intégré basé sur Jung alliant rêves, travail vocal, mouvement corporel et compréhension archétype sous la direction de Marion Woodman, Mary Hamilton et Anne Skinner.
Biographie personnelle.
Marta étudie Le Livre d’Urantia depuis plus de 40 ans. Elle vit actuellement à Rowayton, CT USA avec son mari David. Elle a deux fils adultes mariés et cinq petits-enfants très spéciaux. À l’heure actuelle, elle est fiduciaire associée de la Fondation Urantia et de l’UBIS (Urantia Book Internet School) dans laquelle elle facilite également des cours UBIS. Elle a présenté plusieurs conférences et a organisé des ateliers et des retraites. Sa passion est le travail sur l’âme.
Les citations suivantes du Livre d’Urantia fournissent quelques aperçus de ces arrangements :
Les Porteurs de Vie et tous leurs associés collaborent avec les Melchizédeks dans ces laboratoires, en faisant des efforts pour modifier, et peut-être améliorer, la vie à implanter sur les planètes décimales de Nébadon. La vie qui évolue aujourd’hui sur Urantia fut préparée et partiellement élaborée sur ce monde même, car Urantia est une planète décimale, un monde expérimental de vie.
(Et, puisque la vie intellectuelle se développe en partant de la vie physique et en s’appuyant sur elle, c’est ainsi que les vingtquatre ordres fondamentaux d’organisation psychique viennent à l’existence.)
La sphère numéro quatre et ses satellites tributaires sont consacrés à l’étude de l’évolution de la vie des créatures en général, et aux antécédents évolutionnaires de chaque niveau de vie en particulier. Il faut que le plasma vital originel d’un monde évolutionnaire contienne dans sa plénitude le potentiel nécessaire à toutes les variations de développement futures et à tous les changements et modifications évolutionnaires ultérieurs… dans et à travers tout ce long processus, court le fil des formules sages et intelligentes établies par les auteurs originaux du plan de vie planétaire et du développement des espèces. Les multiples sous-produits de l’évolution biologique sont tous essentiels pour que les formes supérieures de vie intelligente puissent fonctionner pleinement et définitivement,
Le monde numéro cinq s’occupe entièrement de la vie associée au mental. Chacun de ses satellites est consacré à l’étude d’une seule phase du mental de la créature relié à la vie de la créature. Le mental tel que les hommes le comprennent est un don des sept esprits-mentaux adjuvats, surimposé par les agents de l’Esprit Infini, aux niveaux du mental non enseignable ou machinal. Les modèles de vie réagissent diversement à ces adjuvats et aux divers ministères spirituels opérant dans les univers du temps et de l’espace. La capacité des créatures matérielles de réagir spirituellement dépend entièrement de leurs dotations mentales associées, qui à leur tour ont orienté le cours de l’évolution biologique de ces mêmes créatures mortelles. LU 36:2.15-18
Et, concernant la façon dont opèrera un circuit neural dans le domaine matériel, un Conseiller Divin déclare:
Les sensations voyagent vers l’intérieur sur les sentiers neuraux. Certaines sont retenues par les centres spinaux automatiques inférieurs qui réagissent. D’autres parviennent aux centres du cerveau inférieur, moins automatiques, mais éduqués par l’habitude. Enfin, les messages vitaux les plus importants court-circuitent ces centres subordonnés et sont immédiatement enregistrés dans les niveaux supérieurs de la conscience humaine. LU 7:3.4
Plus loin on nous informe que:
Désormais l’évolution suivra la croissance du cerveau et non la masse du corps; le développement du cerveau caractérisera chaque époque successive de l’évolution animale et du progrès planétaire. LU 60:2.14
Et alors que le cerveau croit, le mental se connectera au moyen des circuits mentaux des sept adjuvats :
Durant le long développement évolutionnaire de la vie planétaire, ces infatigables ministres du mental avaient sans cesse noté leur propre aptitude croissante à entrer en contact avec les facultés cérébrales des animaux, facultés qui s’amplifiaient à mesure que les créatures animales progressaient.
Au début, seull’esprit d’intuition pouvait agir sur le comportement instinctif et soumis aux réflexes de la vie animale élémentaire. Quand les types plus élevés se différencièrent, l’esprit de compréhension put attribuer à ces créatures la faculté d’associer spontanément des idées. Plus tard, nous vîmes opérer l’esprit de courage; les animaux en cours d’évolution acquirentréellement une forme rudimentaire de conscience protectrice. À la suite de l’apparition des groupes de mammifères, nous vîmes l’esprit de connaissance se manifester dans une mesure accrue. de cette triple activité créatrice, il se développe une capacité physique organique du mental des mécanismes matériels destinés à réagir intelligemment aux stimulus du milieu externe, et Puis l’évolution des mammifères supérieurs permit le fonctionnement de l’esprit de conseil, avec la croissance correspondante de l’instinct grégaire et les débuts d’un développement social primitif. LU 62:6.2-3
Imaginad nuestra alegría cuando un día —los gemelos tenían unos diez años— el espíritu de adoración se puso en contacto por primera vez con la mente de la gemela, y poco después con la del gemelo. Sabíamos que algo muy semejante a la mente humana se acercaba a su culminación; cerca de un año después, cuando resolvieron finalmente, debido a unos pensamientos meditados y a una decisión deliberada, huir del hogar y viajar hacia el norte, entonces el espíritu de la sabiduría empezó a funcionar en Urantia y en estas dos mentes humanas, ahora reconocidas como tales.
Un nuevo tipo de movilización se produjo inmediatamente en los siete espíritus ayudantes de la mente. Estábamos llenos de expectación; nos dábamos cuenta de que se acercaba el momento tanto tiempo esperado; sabíamos que estábamos a las puertas de hacer realidad nuestro prolongado esfuerzo por producir mediante la evolución unas criaturas volitivas en Urantia. (LU 62:6.5-6)
Así, de forma resumida, un Portador de Vida nos informa:
LA VIDA material evolutiva de base —la vida anterior a la mente— es formulada por los Controladores Físicos Maestros y conferida por el ministerio de los Siete Espíritus Maestros en asociación con los servicios activos de los Portadores de Vida encargados de ello. Debido al funcionamiento coordinado de esta triple actividad creadora, se desarrolla en el organismo una capacidad física para alojar a la mente —unos mecanismos materiales destinados a reaccionar de manera inteligente a los estímulos ambientales externos y, más tarde, a los estímulos internos, a esas influencias que se originan en la mente misma del organismo. (LU 65:0.1)
El cerebro físico con su sistema nervioso asociado posee una capacidad innata para responder al ministerio de la mente, tal como la mente en desarrollo de una personalidad posee cierta capacidad innata para la receptividad espiritual, y contiene por tanto los potenciales para el progreso y la consecución espirituales. La evolución intelectual, social, moral y espiritual depende del ministerio mental de los siete espíritus ayudantes y sus asociados superfísicos. (LU 65:6.10)
Gran parte de esto ocurre entre las esferas material y mental hasta que la mente logra llegar a ella.
Los ayudantes operan exclusivamente en la evolución de la mente que experimenta hasta el nivel de la sexta fase, el espíritu de adoración. En este nivel, se produce una inevitable superposición de ministerios: el fenómeno por el cual los superiores descienden a los inferiores para coordinarse con ellos a fin de alcanzar posteriores niveles avanzados de desarrollo. Un ministerio espiritual aún adicional acompaña la acción del séptimo y último ayudante, el espíritu de sabiduría. (LU 65:7.7)
Estas revelaciones nos ofrecen conocimiento práctico de cómo se supone que funciona nuestro cerebro físico en relación con los circuitos mentales del universo y el ministerio espiritual disponible: (Espíritu de la Verdad, Espíritu Santo y Ajustador del Pensamiento). Entonces, ¿qué han descubierto nuestros científicos y neurocientíficos?
De esta información del Libro de Urantia se podría concluir que el cerebro es el mecanismo universal diseñado por los Portadores de Vida para permitir que la realidad espiritual descienda a la realidad física y evolucione la experiencia de las criaturas humanas dotadas de voluntad que inician la autoconciencia hacia arriba. viaje. Es significativo que todos los potenciales evolutivos del desarrollo del cerebro se construyen en el plasma de vida proporcionado a un planeta por los Portadores de Vida.
En los últimos veinte años se ha descubierto y comprendido más sobre el cerebro que en toda la historia anterior. D’Aquili y Newberg en «La Mente Mística» definen el cerebro como: "la parte sustantiva que subyace al pensamiento, la experiencia y las emociones humanas… el órgano del cuerpo que nos permite pensar, sentir y que recibe sus datos del mundo exterior. » (pág. 21). Nuestros neurocientíficos han determinado que el cerebro se compone de tres componentes, el tronco encefálico, el sistema límbico y la corteza cerebral que contiene dos hemisferios, el derecho y el izquierdo. Es el órgano más complejo de nuestro cuerpo, pesa alrededor de tres libras (un kilogramo y medio) y está formado por alrededor de 100 mil millones de neuronas con alrededor de 1,1 billones de células. Cada neurona recibe aproximadamente 5000 conexiones sinápticas y recibe señales de neurotransmisores que inducen a un axón a funcionar o no. Las posibles combinaciones de 100 mil millones de neuronas activadas, o no, son 10 elevado a un millón (comparado con el número de átomos en el universo que es 10 elevado a 80). Asombrosas e incomprensibles.
Los neurólogos se han dado cuenta recientemente de que el cerebro es maleable, que evoluciona con el tiempo y que es capaz de cambiar y adaptarse a diversas situaciones difíciles. Se refieren a esto como plasticidad cerebral, un concepto relativamente nuevo porque en el pasado pensábamos que el cerebro era fijo, incapaz de cambiar o crecer. El entendimiento anterior básicamente decía: Tienes aquello con lo que naciste y no había nada más que esperar. Sin embargo, esto no es cierto. Ahora sabemos que el cerebro continúa creciendo y cambiando. Schwartz y Begley comparten un ejemplo interesante de la flexibilidad del cerebro: si se extirpa el hemisferio izquierdo antes de los 4 o 5 años, un niño aún puede aprender a leer y escribir, funciones que antes se consideraban sólo disponibles con un hemisferio izquierdo. (pág.99)
En cuanto al desarrollo del cerebro embrionario, ahora entendemos que durante los 14 días posteriores a la fertilización, una bola de células se pliega sobre sí misma y las células de la superficie exterior comienzan a formar un tubo que eventualmente se convertirá en la médula espinal y el cerebro. Después de tres semanas, el embrión comienza a producir neuronas y se estima que al nacer se han creado 100 mil millones de células nerviosas y las seis capas corticales están presentes. La médula espinal y el tronco del encéfalo son funcionales y están casi completamente formados. Al nacer, la corteza somatosensorial se desarrolla de modo que, a través de información sensorial, construye un «mapa» del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. Poco después se activan las regiones motoras, el lóbulo parietal, el lóbulo temporal y el lóbulo frontal.
Durante el primer año de vida se desarrollan la corteza sensoriomotora, el tálamo, el tronco del encéfalo y el cerebelo. A los ocho o nueve meses hay actividad en el lóbulo frontal y otras áreas asociadas, por lo que puede haber interacción social y actividad cognitiva. El lóbulo frontal es el lugar del juicio, la razón, la atención, la planificación, el lenguaje, etc. Durante los dos primeros años de vida, el niño desarrolla principalmente el lado derecho del cerebro. Con el desarrollo del lenguaje y la formación de la memoria explícita, el lado derecho del cerebro se vuelve más activo. El área del lóbulo frontal continúa desarrollándose hasta finales de la adolescencia y principios de los años veinte. Al mismo tiempo, la regulación, organización y planificación emocional, revela cambios notables durante la adolescencia tardía.
Sabiendo que el cerebro sólo conoce una experiencia como una actividad neuronal, no podemos evitar sorprendernos ante la formación y funcionamiento de la mente. ¿De dónde viene? ¿Qué es esto? ¿Cómo funciona? ¿Dónde está ubicado? ¿Cómo se produce el conocimiento? Etc. Los neurólogos han comenzado a reconocer que el cerebro y la mente crean constantemente nuevas conexiones y eliminan redes viejas y no utilizadas. Este proceso de crecimiento/poda ilustra cómo los estímulos ambientales pueden influir en el sistema nervioso joven y, en última instancia, establecer circuitos que operarán el cerebro. El cerebro se conecta a sí mismo. La experiencia y el entorno tienden a proporcionar pistas.
Como comenta Jeffrey Schwartz en “La mente y el cerebro”:
“La plasticidad debe ser una respuesta a la experiencia después de todo, lo único que el cerebro puede saber y registrar sobre una percepción es el patrón de actividad neuronal que induce. Esta representación neuronal del evento induce de alguna manera cambios físicos en el cerebro a nivel de las neuronas y sus sinapsis. Estos cambios físicos permiten almacenar la representación del evento y posteriormente recordarlo… Los cambios físicos son la memoria. » (pág. 108)
Hay una segunda ola de crecimiento sináptico, la aparición de nuevas sinapsis en los lóbulos frontal, parietal y temporal que tiene lugar justo antes de la pubertad, generalmente entre los 12 y los 16 años, y que continúa hasta los veinte años. Este “crecimiento” tiende a comenzar un poco antes en las niñas que en los niños y tiene un impacto en el autocontrol, el juicio y las relaciones diferentes pero significativas. Dan Siegel, en “Mind Vision” propone un sistema tripartito compuesto por el cerebro, la mente y las relaciones, sugiriendo que cada componente contribuye al crecimiento del otro. Este es un concepto interesante a la luz del comentario de Schwartz y Begley de que la vida que vivimos da forma al cerebro que desarrollamos. Lo que podemos empezar a percibir aquí, y que se revela en El Libro de Urantia, es la compleja sabiduría y belleza que los Portadores de Vida han introducido en todo el proceso de origen y desarrollo del cerebro.
«El cerebro físico con su sistema nervioso asociado posee una capacidad innata para responder al ministerio de la mente, tal como la mente en desarrollo de una personalidad posee cierta capacidad innata para la receptividad espiritual, y contiene por tanto los potenciales para el progreso y la consecución espirituales. La evolución intelectual, social, moral y espiritual depende del ministerio mental de los siete espíritus ayudantes y sus asociados superfísicos.» (LU 65:6.10)
La neurociencia evolutiva no ha conocido, y quizás no pueda, darse cuenta y apreciar la forma en que la mente funciona y evoluciona en este planeta. Sin embargo, nuestros científicos ven las diferencias convincentes entre la mente y el cerebro, así como las interacciones entre ambos. Uno puede imaginar cuán informativo y liberador sería conocer el circuito del ministerio de inteligencia en nuestro planeta: los siete espíritus-mente-ayudantes (intuición, comprensión, coraje, conocimiento, consejo, adoración y sabiduría).
Curiosamente Schwartz y Begley en “La mente y el cerebro” comentan:
“Básicamente, la nueva física, combinada con la neurociencia emergente, sugiere que el mundo natural evoluciona a través de una interacción entre dos procesos causales. El primero incluye procesos físicos que conocemos: el flujo eléctrico y la fuerza de gravedad. El segundo incluye los contenidos de la conciencia, incluida la volición. No se puede subestimar la importancia de este segundo proceso porque permite que los pensamientos humanos marquen una diferencia en la evolución de los acontecimientos físicos. » (págs. 19-20).
Schwartz continúa afirmando que están surgiendo pruebas de que «la materia por sí sola no es suficiente para generar lo mental… existe una ‘fuerza mental’ que no se puede reducir a lo material». » (pág. 52).
Nuestro sistema nervioso está formado por tres estructuras principales: el tronco del encéfalo, el sistema límbico y la corteza cerebral. Estas construcciones reflejan nuestro desarrollo durante los últimos millones de años. El tronco encefálico (el cerebro reptiliano) revela nuestras estrategias de supervivencia más antiguas: huir, huir o la respuesta de congelación. Es nuestro componente más primitivo, conecta nuestro sistema nervioso autónomo (SNA), funciona de forma inconsciente y asigna valencia emocional a objetos o contenidos.
El sistema límbico (el cerebro de los mamíferos) está formado por la amígdala cerebral, el hipocampo, el hipotálamo y el tálamo. Este sistema se encuentra debajo de la corteza cerebral y en el tronco del encéfalo. Estas estructuras están involucradas en nuestras reacciones y motivaciones emocionales: ira, miedo, curiosidad, admiración, odio, vergüenza, amor, rabia, etc. El sistema límbico influye en nuestros recuerdos a corto o largo plazo y en nuestras reacciones de miedo. Este grupo de estructuras ha sido vital para nuestra supervivencia. La amígdala cerebral hace sonar la alarma, el tálamo envía una señal de despertar al tronco del encéfalo, el hipotálamo (principal regulador del sistema endocrino) induce a la glándula pituitaria a indicarle a la glándula suprarrenal que libere hormonas del estrés y el hipocampo regula la respuesta emocional y forma la memoria. .
La tercera estructura, la corteza cerebral superior (el cerebro humano) es lo que realmente nos diferencia como humanos. Estos dos hemisferios son la fuente de nuestras funciones cognitivas de nivel superior, capacidades sensoriales y control motor. La evolución del neocórtex coincide con el desarrollo del lenguaje, el arte, el mito y la sociedad.
El cerebro viviente, tal como lo diseñaron los Portadores de Vida, no sólo ha contribuido a nuestra supervivencia desde las primeras etapas, sino que también ha proporcionado un vehículo para la experiencia de vida, la conciencia, los dones de personalidad y la elección voluntaria; también ha funcionado como un mecanismo para apoyar la vida mística y espiritual. experiencias.
El Libro de Urantia revela que los siete espíritus-mente-ayudantes operan en el nivel de la mente material en tres reinos… uno es el nivel animal subhumano que utiliza los primeros cinco ayudantes, el segundo es el intelecto humano que emplea a los siete ayudantes y el tercero Es el reino sobrehumano en el que un individuo opera sobre los dos ayudantes superiores, la adoración y la sabiduría. Con respecto a nuestro sistema neuronal, es plausible que en el funcionamiento subhumano/animal se utilice gran parte del sistema límbico y prefrontal primitivo. En última instancia, lo más probable es que el nivel sobrehumano sea una cualidad mental del alma.
Un Consejero Divino nos informa:
En la experiencia interior del hombre, la mente está unida a la materia. Estas mentes vinculadas a la materia no pueden sobrevivir a la muerte física. La técnica de la supervivencia está incluida en aquellos ajustes de la voluntad humana y en aquellas transformaciones en la mente mortal mediante los cuales ese intelecto consciente de Dios se deja enseñar gradualmente por el espíritu y se deja conducir finalmente por él. Esta evolución de la mente humana desde la asociación con la materia hasta la unión con el espíritu tiene como resultado la transmutación de las fases potencialmente espirituales de la mente mortal en las realidades morontiales del alma inmortal. La mente mortal subordinada a la materia está destinada a volverse cada vez más material y, en consecuencia, a sufrir la extinción final de la personalidad; la mente sometida al espíritu está destinada a volverse cada vez más espiritual y a alcanzar finalmente la unidad con el espíritu divino que sobrevive y la guía, consiguiendo de esta manera la supervivencia y la existencia eterna de la personalidad. (LU 1:3.7)
Y un miembro del cuerpo de Portadores de Vida agrega:
El equipamiento fisiológico y la estructura anatómica de todos los nuevos tipos de vida existen como respuesta al funcionamiento de las leyes físicas, pero la dotación posterior de la mente es un don de los espíritus ayudantes de la mente de acuerdo con la capacidad innata del cerebro. Aunque la mente no proviene de la evolución física, depende por completo de la capacidad cerebral proporcionada por los desarrollos puramente físicos y evolutivos. (LU 58:6.7)
Por tanto, podemos ver que la mente depende de la capacidad mental del cerebro para su desarrollo mientras que su evolución también depende de su capacidad de dejarse guiar por la mente.
Hanson y Mendius en “El cerebro de Buda” señalan: Cuando tu mente cambia, tu cerebro también cambia. (p. 5), lo que implica que la actividad mental crea nuevas estructuras neuronales. Es evidente que éste podría ser un proceso disfuncional así como un proceso funcional. LeDoux en “El yo sináptico” infiere que al establecer estas vías neuronales, nuestro yo sináptico, nuestro cerebro, se convierte en quiénes somos y/o cómo nos vemos y experimentamos a nosotros mismos. Como mencionamos anteriormente, la vida que llevamos y los pensamientos que frecuentamos dan forma al cerebro que desarrollamos, lo que, a su vez, impacta la mente humana que construimos y la accesibilidad a los siete espíritus mentales ayudantes. Hasta cierto punto, el cerebro y la mente humanos evolucionan recíprocamente.
Tomaino comenta en “Awakening the Brain” diciendo, “que nuestra conciencia crece con cada revelación de otro y cada inspiración propia. » Dado que la mente tiene un impacto en el cerebro, podemos inferir que el hardware, el cerebro, también cambia. El crecimiento parece ser un proceso recíproco que tiene lugar tanto interna como externamente.
Hablamos de la mente, el cerebro y la conciencia mientras posiblemente recorramos un sentido místico o espiritual del cerebro. ¿Qué sería eso en términos de neurociencia? D’Aquili y Newberg nos dicen que el cerebro subyace a todas las experiencias de los seres humanos vivos. Es un transformador viviente necesario para el funcionamiento de la mente.
Un Mensajero Solitario nos dice:
En el momento de la muerte, la identidad funcional asociada a la personalidad humana se desbarata debido al cese del movimiento vital. Aunque la personalidad humana trasciende sus partes constituyentes, depende de ellas para su identidad funcional. La detención de la vida destruye las estructuras cerebrales físicas necesarias para la dotación mental, y el deterioro de la mente pone fin a la conciencia mortal. La conciencia de esa criatura no puede volver a aparecer posteriormente hasta que se haya preparado una situación cósmica que permita a esa misma personalidad humana ejercer de nuevo su actividad en relación con la energía viviente. (LU 112:5.14)
Esto sugiere que esta conciencia personal única, como faceta de la mente, también finaliza temporalmente cuando se interrumpe la actividad neuronal. Cuando se destruye el cerebro físico, queda claro que no hay ningún transformador que la mente humana pueda utilizar y la conciencia no está disponible.
La brillantez del diseño de nuestro cerebro vivo es asombrosa. Podemos observar cómo esta estructura material viva a través de su propia evolución ha apoyado y continuado la evolución de la vida humana y del planeta. Se puede juzgar fácilmente, a la luz de las enseñanzas que tenemos a nuestra disposición en El Libro de Urantia, que este concepto incorpora las formas en que los humanos, a través de la mente humana, pueden abrir estados espirituales y experiencias místicas y, en última instancia, penetrarlos. ¿Cómo pudo haber sucedido esto?
¿Qué se necesita? ¿Cómo participa el cerebro? ¿Qué lo desencadena? ¿Y dónde? ¿Cómo funciona el cerebro con la mente? ¿Cómo utiliza la mente el cerebro? ¿Y cuál es nuestra comprensión actual?
El Libro de Urantia implica que debe haber disparos eléctricos, es decir, pulsaciones vitales para que la conciencia sea operativa. Sabemos por varios estudios que emplean escáneres fMRI, PET y SPECT, etc. que la actividad cerebral se puede registrar y medir. Ahora sabemos que diferentes secciones del cerebro responden y reflejan diferentes pensamientos, sentimientos y percepciones electroquímicamente. Entonces, ¿dónde se concentran las experiencias místicas en el cerebro? ¿Qué áreas parecen activarse o desactivarse durante estas experiencias? ¿Cómo interactúan nuestros sistemas de creencias? ¿Qué pasa con los mitos que sustentan nuestras historias? ¿Qué pasa con los rituales que utilizamos para respaldar nuestros mitos? ¿Cómo están todos y cada uno de nosotros conectados a nuestro sistema cerebral? Nuevamente, aunque ya se mencionó conviene recordar que:
«2. Las series de los tipos cerebrales. La única uniformidad física que tienen los mortales es el cerebro y el sistema nervioso; sin embargo, existen tres organizaciones básicas del mecanismo cerebral: los tipos con uno, dos o tres cerebros. Los urantianos pertenecen al tipo con dos cerebros, un poco más imaginativos, aventureros y filosóficos que los mortales con un solo cerebro, pero un poco menos espirituales, éticos y adoradores que las órdenes con tres cerebros. Estas diferencias cerebrales caracterizan incluso a las existencias animales prehumanas.» (LU 49:5.13)
Cuando reflexionamos sobre la realidad de lo que «desencadena los hilos», podemos apreciar el poder de nuestro sistema de creencias y el establecimiento de vías neuronales correlacionadas. Nuestro sistema de creencias está respaldado por los mitos que atesoramos y aquellos con los que nos identificamos. Andrew Newberg, en su curso de 2012 sobre “El cerebro espiritual”, describe el cerebro como una máquina de creación de mitos. Considera que esta característica es uno de los aspectos significativos de este órgano vivo. Y si bien entendemos que los mitos son producto de la mente, también nos damos cuenta de que es a través de la activación neuronal en el cerebro como pueden mantenerse.
Un Mensajero Poderoso nos dice:
Los intelectos parciales, incompletos y evolutivos se encontrarían impotentes en el universo maestro, serían incapaces de formar el más mínimo modelo de pensamiento racional si no fuera porque todas las mentes, superiores o inferiores, tienen la capacidad innata de construir un marco universal dentro del cual poder pensar. Si la mente no puede sacar conclusiones, si no puede penetrar hasta los verdaderos orígenes, entonces dicha mente dará infaliblemente por sentadas las conclusiones y se inventará los orígenes a fin de poder tener un medio de pensamiento lógico dentro del marco de esos postulados creados por la mente. Aunque estos marcos universales para el pensamiento de las criaturas son indispensables para las operaciones intelectuales racionales, todos son erróneos en mayor o menor grado, sin ninguna excepción. (LU 115:1.1)
Podemos ver cómo nuestra mente humana utiliza la creación de mitos para comprender el mundo. Así es como le damos sentido (pensamos) a quiénes somos. Nos ofrece posibilidades y orientación para la toma de decisiones. Los mitos proporcionan un sentido de moralidad, ética, bien y mal, origen y destino. Creamos nuestra propia historia y transmitimos historias anteriores que encontramos significativas, inspiradoras y que apoyan lo que queremos ser. Nuestras religiones son nuestros mitos del día. Nos informan, nos proporcionan nuestros sistemas de creencias, estructuran la forma en que vivimos y nos ofrecen un sentido de propósito y destino.
Nuestros cerebros trabajan con nuestras mentes para conectar las dinámicas subyacentes y respaldar historias sobre el mundo. Siempre hemos construido mitos. Los construimos para explicar el mundo y darle sentido a lo que no podemos entender. Los creamos para alegrar nuestro viaje. Los poderes de estas historias nos conectan con las partes más esenciales de nosotros mismos. Los viejos mitos y quizás los nuevos (ver Star Wars y Harry Potter) todavía encarnan las verdades psicológicas y espirituales que resuenan en la psique y la mente de las personas de hoy. Los consideramos clásicos porque siguen hablándonos. Nuestra mente creará una historia que sea coherente y significativa incluso si no es del todo cierta. Estos cuentos frecuentemente se centran en asuntos existenciales polarizados por opuestos irreconciliables (es decir, vida y muerte, dioses y humanos, etc.). El mito reconcilia estos opuestos y nos deshacemos del negocio. Ahora estamos «a salvo». Lo entendemos. Tenemos significado.
Un Melquisedec nos dice:
La finalidad de la religión no es satisfacer la curiosidad sobre Dios, sino más bien proporcionar la constancia intelectual y la seguridad filosófica, estabilizar y enriquecer la vida humana mezclando lo mortal con lo divino, lo parcial con lo perfecto, el hombre y Dios. Es a través de la experiencia religiosa como los conceptos humanos de la idealidad son dotados de realidad. (LU 101:10.5)
Los mitos, conservados y transmitidos, proporcionan orden al mundo. Se transmiten mediante leyendas, se mantienen y embellecen mediante rituales. A menudo se implementa un ritual para reforzar aún más el impacto del mito porque un ritual involucra a todo el cuerpo humano en el acto. Así es como el mito cobra vida. Este proceso establece vías neuronales de una manera que incorpora y mantiene la estructura del mito. Los rituales son viscerales, emocionales y cognitivos. Concretizan el mito a través de comportamientos estructurados y modelados, tanto rítmicos como repetitivos.
Estas acciones vinculan la historia y refuerzan los patrones del cerebro. Sincronizan procesos emocionales, perceptivos, cognitivos y motores dentro del sistema nervioso central (SNC) del individuo, vinculándolos a ellos y a muchos otros participantes a la historia. Y si bien estos protocolos respaldan la historia, hacen que sea más difícil para un individuo adoptar una comprensión más nueva y de orden superior una vez que se han establecido vías neuronales anteriores.
El ritual está diseñado para acercarnos a un ser superior. El ritmo del ritual puede estimular la actividad cerebral en el sistema límbico (hipotálamo y tálamo) y disminuir la actividad en el lóbulo parietal. Es en el lóbulo parietal donde parecemos tener un sentido de nosotros mismos que está separado del mundo y de otras personas. Nuestro sentido del tiempo y del espacio también se refleja allí. Al participar en el ritual, uno puede experimentar unidad o conexión y también, paradójicamente, intensa excitación y/o relajación. Una vez más, se puede apreciar el poder y la utilidad de desarrollar ceremonias para mantener el sistema de creencias. Nuestras creencias moldean nuestra conciencia y nuestra conciencia. Los pensamientos en los que nos detenemos, tendemos a actualizarlos en la realidad. Estas creencias determinan cómo “vemos” las cosas.
Estos son los lentes a través de los cuales miramos. Pueden ser positivos o negativos y en ambos casos tendemos a actualizarlos. Una forma común de entender esto es pensar que si no crees que es posible, no sucederá. (Tomaino, pág. 12). Y, por supuesto, existe el efecto contrario en términos del placebo, de modo que si creemos que sucederá, es posible que suceda. Los rituales tienden a intensificar una situación, incorporando pensamientos, sentimientos y sensaciones que eran/son fundamentales para las técnicas curativas primitivas.
Si bien podemos apreciar las contribuciones evolutivas de las creencias y los rituales y el puente que proporcionan, también es importante para nosotros mantenernos conscientes de sus limitaciones. Como nos recuerda Melquisedec:
La creencia limita y ata siempre; la fe expande y desata. La creencia fija, la fe libera. Pero la fe religiosa viviente es más que una asociación de creencias nobles; es más que un sistema elevado de filosofía; es una experiencia viviente que se interesa por los significados espirituales, los ideales divinos y los valores supremos; conoce a Dios y sirve a los hombres. Las creencias pueden llegar a ser propiedad de un grupo, pero la fe ha de ser personal. Las creencias teológicas se pueden sugerir a un grupo, pero la fe sólo puede surgir en el corazón de la persona religiosa individual. (LU 101:8.2)
Muchas personas han informado haber tenido experiencias espirituales y místicas siguiendo diversos rituales, ya sea tocar tambores, ayunar, cantar, orar, meditar, bailar, etc. Si aceptamos que el cerebro ha respaldado neurológicamente muchas de nuestras experiencias, uno podría preguntarse si, cómo y dónde podría permitir que estos estados alterados continúen.
Las experiencias místicas tienen varias características autoinformadas. Suelen unirse, se “sienten” como reales, hay una sensación de realidad. Muchos dicen que la experiencia es indescriptible, inefable. Esto puede parecer paradójico. La experiencia está fuera del tiempo y el espacio. En la introducción a “Mystical Mind”, D’Aquili y Newberg (p. 15) reafirman los seis tipos de experiencias religiosas/místicas de Frederick Streng. Una es la experiencia luminosa de lo sagrado. Otra posibilidad es la experiencia transformadora de la reorientación. Una tercera posibilidad sugiere un nuevo coraje frente al sufrimiento y la muerte. Otra es una experiencia moral de obligación. El quinto tipo es una experiencia de orden y creatividad en el mundo: todo tiene sentido. El sexto tipo es una experiencia mística de unidad. Se considera que una experiencia mística es el proceso mediante el cual un individuo puede entrar en el reino de Dios o la realidad última.
La neuroteología, teología concebida desde una perspectiva neuropsicológica, es el estudio de la relación entre el cerebro y la espiritualidad, propuesta por Andrew Newberg. A través de este enfoque, explora cómo opera la mente/cerebro con respecto a la relación de un individuo con Dios o con una realidad última. Su teoría plantea la hipótesis de que nuestro cerebro incorpora un mecanismo neurológico que puede apoyar la autotrascendencia y que nos abre el reino espiritual. Dice que con la neuroteología se puede empezar a «comprender la necesidad que tienen los humanos de estructurar los mitos, comprender los mecanismos cerebrales involucrados en esta estructura, comprender la necesidad de los rituales y cómo estos son generados por el cerebro, cómo encarnan el mito y su personalidad». y efectos sociales. La neuroteología puede explicar la necesidad y el efecto de las prácticas ascéticas y la naturaleza y consecuencias de la meditación. » (1999, p.12).
Newberg propone que no podemos entender la religión sin entender la mente y el cerebro y que no podemos entender la mente y el cerebro sin entender la religión. Además, se refiere a la mente como mística, lo que implica que conduce a una comprensión unificada tanto de la ciencia como de la religión.
Un Melquisedec revela:
Incluso los descubrimientos de la ciencia no son verdaderamente reales en la conciencia de la experiencia humana hasta que no son desenmarañados y correlacionados, hasta que sus hechos pertinentes no tienen un significado efectivo gracias a su inclusión en las corrientes de pensamiento de la mente. El hombre mortal percibe incluso su entorno físico desde el nivel mental, desde la perspectiva de su registro psicológico. Por eso no es de extrañar que el hombre interprete el universo de una manera extremadamente unificada, y luego intente identificar esta unidad energética de su ciencia con la unidad espiritual de su experiencia religiosa. La mente es unidad; la conciencia mortal vive en el nivel mental y percibe las realidades universales a través de los ojos de la dotación mental. La perspectiva mental no proporcionará la unidad existencial de la fuente de la realidad, la Fuente-Centro Primera, pero puede presentar, y alguna vez presentará al hombre, la síntesis experiencial de la energía, la mente y el espíritu en el Ser Supremo y como Ser Supremo. Pero la mente nunca podrá conseguir esta unificación de la diversidad de la realidad, a menos que dicha mente sea firmemente consciente de las cosas materiales, los significados intelectuales y los valores espirituales; sólo existe unidad en la armonía de la trinidad de la realidad funcional, y la satisfacción que proporciona a la personalidad la comprensión de la constancia y de la coherencia cósmicas sólo se hallan en la unidad. (LU 102:2.5)
Newberg comenta en “Por qué Dios no se irá” (págs. 145-146)
“…la mente recuerda la experiencia mística con el mismo grado de claridad y sentido de realidad que otorga a los recuerdos de eventos pasados ‘reales’. No se puede decir lo mismo de las alucinaciones, las ilusiones o los sueños. Creemos que este sentido de la realidad sugiere fuertemente que las historias de los místicos no son indicios de una mente confundida sino el resultado neurológico limpio y predecible de una mente estable y coherente que quiere ubicarse en un plano espiritual superior. »
Gran parte de la investigación sobre experiencias místicas y espirituales proviene de autoinformes. Con la llegada de las técnicas de neuroimagen, los investigadores disponen de instrumentos más sofisticados para estudiar estas experiencias religiosas, espirituales y místicas (ERSM). ¿Qué es similar y qué es diferente? ¿Cómo es que el cerebro “nos permite” ser espirituales? ¿Existe alguna manera de que podamos examinar estas experiencias neurológicamente? ¿Qué sucede en el cerebro durante o después de una experiencia religiosa/mística? ¿Dónde hay un desencadenante significativo? ¿Y qué sucede en el cerebro durante los estados de “tranquilidad” que se reportan? ¿Qué actividad cerebral se puede notar durante la oración? ¿Durante la meditación profunda? ¿Lo que encontramos es consistente a lo largo del tiempo y entre los participantes?
Los meditadores han informado que durante la meditación experimentan una atención enfocada con sentimientos de excitación o felicidad. Al mismo tiempo, hay una disminución del sentido de uno mismo, que va acompañada de una sensación de ausencia de espacio y tiempo. De vez en cuando hay una erupción de éxtasis: una experiencia de unidad. Aquellos que han cultivado una vida de oración activa reportan sensaciones similares. La oración puede diferir ligeramente porque puede ser más conversacional, más verbal y definida por la tradición, en cuyo caso puede haber actividad cerebral adicional.
En 1993, hubo un estudio en la Universidad de Pensilvania en el que monjas franciscanas de clausura que practicaban la oración concentrada fueron examinadas mediante un escáner de tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT). Los datos científicos coincidieron con los autoinformes y de hecho revelaron un aumento del flujo sanguíneo en la corteza prefrontal, los lóbulos parietales inferiores y los lóbulos frontales inferiores. Sin embargo, debido a que esta muestra era pequeña y las imágenes del escáner SPECT pueden ser borrosas, la técnica de neuroimagen preferida ahora es la resonancia magnética funcional (fMRI).
Una ventaja significativa de la resonancia magnética funcional es que no utiliza radiación y se pueden obtener múltiples imágenes y observar múltiples estados. La resonancia magnética funcional mide el flujo sanguíneo a través del cerebro. Una gran desventaja es que hay que estar en la máquina, lo que resultó ser un desafío para las monjas del estudio. Un importante estudio observó a 15 monjas carmelitas y descubrió que cuando relataban una experiencia mística, había actividad en la corteza frontal, la corteza temporal derecha, el lóbulo parietal derecho, el núcleo caudado derecho, la ínsula izquierda, el núcleo caudado derecho y el tronco encefálico.
En otro estudio, se escaneó a meditadores principiantes y experimentados mientras veían imágenes positivas, negativas y neutrales en estados de conciencia atentos y distraídos. Con meditadores experimentados encontraron una actividad decreciente en la corteza cingulada frontal en todas las áreas emocionales. Para empezar, hubo una disminución de la actividad de la amígdala izquierda durante el proceso emocional.
Sabemos por varios estudios que la meditación cambia el cerebro y que las prácticas de atención plena a largo plazo conducen a la estabilidad emocional. Se ha descubierto que la meditación conduce al cultivo de las emociones de empatía y compasión en respuesta a estímulos emocionales. Cambios adicionales en el cerebro relacionados con las prácticas de meditación y oración dieron como resultado una frecuencia cardíaca más baja, una presión arterial más baja, aumentos de serotonina, dopamina y GABA, así como disminuciones de cortisol y norepinefrina. Estas prácticas afectaron componentes emocionales, conductuales y cognitivos.
Existe evidencia de que diferentes neurotransmisores, en particular el ácido aminobutírico (GABA) y el glutamato, están involucrados en experiencias religiosas y espirituales. La tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética (MR) han demostrado su actividad durante los estados meditativos informados. Los resultados revelan una mayor descarga de dopamina y GABA durante las meditaciones de yoga, lo que proporciona una sensación de calma y relajación. GABA es el principal inhibidor de los neurotransmisores en el cerebro y puede «apagar» ciertas áreas del cerebro, lo que resulta en un estado más concentrado. Por otro lado, el glutamato es un neurotransmisor excitador que podría potenciar la sensación de euforia.
Las investigaciones han confirmado los beneficios para la salud de la meditación. Hay menos ansiedad, mejor control de los impulsos y una mayor sensación de comodidad. La meditación y las prácticas contemplativas tienen un efecto dramático y duradero en el funcionamiento durante y después de la meditación. Y el resultado es una transformación mediada por el cerebro.
¿Qué pasa con otros llamados “estados alterados de conciencia”? Pueden resultar de un estado inducido por una droga como el LSD. Pueden ser el resultado de una enfermedad como las ilusiones que padece un individuo psicótico o, en ocasiones, de la epilepsia del lóbulo temporal que algunos han considerado la causa de dichas experiencias místicas. ¿Son estos ERSP? ¿O el intento de darle sentido a una insuficiencia cerebral? Cuando se trata de un estado místico alterado, las articulaciones del individuo generalmente se conectan con un sentido de significado y realidad última. Si se trata de una afección inducida por fármacos, generalmente se describe como anormal y disfuncional. Nos preguntamos qué le pasa al cerebro durante estos momentos. Desde una base científica, si hay actividad convulsiva, se podría concluir que la condición es el resultado de una disfunción cerebral y que la experiencia no es real ni espiritual. Por otro lado, si la exploramos como una experiencia de base religiosa, podríamos concluir que la crisis abrió al individuo a una experiencia verdaderamente mística. Juana de Arco y Santa Teresa de Ávila entran en esta categoría.
¿Y cómo entendemos las experiencias cercanas a la muerte (ECM)? Dado que ocurren con frecuencia en el momento de la muerte, ¿implica esto que la mente, la conciencia o el yo continúan? Sería interesante explorar las actividades cerebrales similares o diferentes que ocurren durante las diferentes “Etapas de la fe” descritas por James Fowler. Se espera que investigaciones futuras examinen estas experiencias, así como otros desafíos. Nuestra capacidad de arrojar luz sobre los estados místicos desde una comprensión neurofisiológica será un paso importante para comprender cómo se relaciona el cerebro humano con las experiencias religiosas.
Es alentador darse cuenta de cómo nuestra comprensión neurológica del cerebro y de sus sistemas cerebrales avanza hacia lo que se revela en El libro de Urantia. Muchos científicos que presencian el proceso evolutivo reconocen ahora la realidad tanto del cerebro como de la mente y su separación. Varios científicos han postulado una interacción y relación significativa entre estas dos realidades. Aunque no poseen la información reveladora sobre los siete espíritus-mente-ayudantes ni pueden contemplar la capacidad del espíritu para llegar a nosotros a través de la mente y guiarnos a Dios, notan cómo la mente desarrolla el cerebro y cómo el creciente acceso y uso de ciertas partes del cerebro puede hacer que la mente “crezca”. Ahora aceptan la plasticidad del cerebro y las posibilidades de crecimiento continuo. Los neurocientíficos perciben cómo la religión, el mito, el ritual, la meditación, la oración, etc. impactan el sistema neurológico de tal manera que los humanos puedan sobrevivir, avanzar y funcionar de manera significativa. Los investigadores están mapeando las áreas del cerebro que se activan durante estos distintos estados (meditación, oración, ritual, etc.) para intentar comprender cómo el cerebro, como transformador viviente, participa en este proceso. Muchos investigadores han observado que, para muchas personas, los ERSM proporcionan una sensación de realidad que permanece con el individuo y, en algunos casos, cambia toda su vida.
Claramente, estas experiencias espirituales son complejas, involucran múltiples áreas del cerebro y generan más preguntas y más posibilidades de investigación. Los científicos se preguntan si quienes tienen estas experiencias están contactando con una realidad exterior a ellos mismos o no y, de ser así, qué estructuras cerebrales son más activas en estas circunstancias. ¿Nos permite el cerebro acercarnos a la naturaleza real del universo? ¿Se abre el cerebro a Dios? O, desde nuestro punto de vista, ¿el cerebro apoya los circuitos mentales proporcionando acceso a lo espiritual? Y algunos preguntan: “¿Por qué los humanos tienen cerebros espirituales”?
Aquí una advertencia: si bien El Libro de Urantia admite la utilidad del mito y el ritual en nuestras religiones evolutivas, también habla de las limitaciones de las creencias, los rituales y los mitos en nuestro crecimiento espiritual. Quizás sería más apropiado preguntar «¿Por qué tenemos un cerebro a través del cual el espíritu puede llegar a nosotros, contactar con la mente material y dar origen a nuestro camino espiritual»? ¿Y qué “partes” del cerebro parecen estar más activas en este proceso? ¿Por qué parecemos estar programados para creer, crear, crecer y especular y/o encontrar a Dios o la realidad espiritual? Preguntas fascinantes y quizás perspectivas de nuevas investigaciones.
Incluso desde un punto de vista más elevado podemos apreciar el compromiso y la comprensión demostrados por nuestros asociados humanos a lo largo de este camino evolutivo. Curiosamente, encuentran el camino a través de la mente para finalmente darse cuenta de las interrelaciones entre los reinos de la materia, la mente y el espíritu utilizando el transformador viviente, el cerebro.
Nos sentimos verdaderamente bendecidos de tener a nuestra disposición la información de El Libro de Urantia. Sabemos que la evolución es un plan divino ejecutado, supervisado y promovido por seres de orden superior. Sabemos que el proceso es reflexivo. Estamos siendo testigos de su actualización en el tiempo y el espacio. Sabemos que es un viaje hacia Dios. Lo fascinante es cómo, hace miles de millones de años, los Portadores de Vida en sus laboratorios pudieron desarrollar un plasma vital y un órgano vivo a través del cual todo esto podría suceder en el tiempo. Es asombroso contemplar el hecho de que este plasma de vida primitiva, diseñado, creado e implantado en nuestro planeta, contenía desde el principio el potencial para el surgimiento del cerebro y del sistema neuronal. Y que seguirá sirviendo al propósito universal hasta que al menos estemos cimentados en la luz y la vida. El cerebro y el sistema nervioso humanos son la única uniformidad física en el universo de Nebadon. Realmente impresionante.
Sabemos que:
La mente material es el ámbito en el que viven las personalidades humanas, son conscientes de sí mismas, toman sus decisiones, escogen o abandonan a Dios, se eternizan o se destruyen a sí mismas. (LU 111:1.3)
Y eso: la mente material necesita un mecanismo vivo, el cerebro, para funcionar.
También sabemos que:
La evolución material os ha proporcionado una máquina viviente, vuestro cuerpo; el Padre mismo os ha dotado de la realidad espiritual más pura que se conoce en el universo, vuestro Ajustador del Pensamiento. Pero la mente ha sido puesta en vuestras manos, sometida a vuestras propias decisiones, y es a través de la mente como vivís o morís. Con esta mente y dentro de esta mente es donde tomáis las decisiones morales que os permiten volveros semejantes al Ajustador, es decir semejantes a Dios. (LU 111:1.4)
Y es más: este proceso es apoyado, mantenido y promovido por nuestro cerebro junto con nuestra conciencia.
Es realmente nuestra propia elección. Podemos conscientemente, en nuestra propia mente material, usando nuestro cerebro vital, alcanzar el espíritu y elegir a Dios. Es increíble.
ACTH: Hormona corticotrópica o adrenocorticotrópica. Dirige las glándulas suprarrenales para que liberen adrenalina y cortisol en el cuerpo cuando está estresado.
Área de Broca: Área de la corteza frontal izquierda responsable del lenguaje, hablado y escrito, la comprensión y su procesamiento.
Área de Wernicke: Vinculado al habla. Implicado en la comprensión del lenguaje escrito y hablado.
Área motora: La corteza motora del cerebro. Parte del cerebro involucrada en la planificación, control y ejecución de movimientos voluntarios. Ubicado principalmente en el lóbulo frontal en la circunvolución dorsal.
Área sensorial: Área de la corteza cerebral que recibe datos de las neuronas sensoriales en áreas periféricas.
Alma: El alma del hombre es una adquisición experiencial. Cuando una criatura mortal elige “hacer la voluntad del Padre celestial”, el espíritu que lleva dentro se convierte en el padre de una nueva realidad en la experiencia humana. La mente mortal y material es la madre de esta misma realidad emergente. La sustancia de esta nueva realidad no es ni material ni espiritual: es morontial. Es el alma emergente e inmortal destinada a sobrevivir a la muerte física y comenzar la ascensión al Cielo. (LU 0:5.10)
Amígdala: Perro guardián del cerebro. Barómetro del miedo. Se ilumina cuando suceden cosas, emocionalmente importantes, positivas o negativas. Justo detrás del hipotálamo. Sirve como mediador de la emoción. Timbre de alarma principal.
Eje neuronal: Forma de concebir la evolución del cerebro. Desde el tronco del encéfalo, pasando por el diencéfalo y pasando por el sistema límbico hasta la corteza.
Bulbo espinal (mielencéfalo): Parte del tronco del encéfalo. Regula la tensión y la respiración. Controla los músculos del cuello y la cara. Interviene en el gusto, la audición y el mantenimiento del equilibrio. Extensión directa de la médula espinal.
Cerebro espiritual: Esa parte del cerebro que las investigaciones han indicado es más activa durante experiencias «religiosas» y/o «místicas».
Cerebelo: recibe datos somatosensoriales de la médula espinal, información motora de la corteza cerebral y datos de equilibrio de los órganos vestibulares del oído interno. Implicado en la postura y la coordinación de los movimientos de la cabeza y los ojos. Se ha relacionado con el lenguaje y las funciones cognitivas. Es un área de neurogénesis adulta.
Circunvolución del cuerpo calloso: Parte del sistema límbico que ayuda a regular y controlar las emociones y el dolor. Afecta la reacción del cuerpo ante experiencias ofensivas. Reactivo al miedo y aprendiendo a evitar todas las consecuencias negativas. Asocia vistas y olores agradables con recuerdos agradables. Situado encima del cuerpo calloso.
Coherencia: Integración de diversas propiedades, valores y/o relaciones. Un proceso significativo, una historia y el resultado de la integración de los dos hemisferios.
Cuerpo calloso: Conecta los dos hemisferios. A través de él sólo pasa información limitada. La actividad general de un hemisferio se transfiere al otro hemisferio. No se trata de pensamientos complejos, sino más bien de representaciones o matices simplistas de pensamientos o percepciones.
Corteza cerebral: Anatómicamente dividida en cuatro lóbulos de regiones funcionalmente distintas. Está organizado en capas y las capas organizan la entrada y salida de datos. Área de funciones cognitivas de nivel superior y de control sensorial y motor. Neocórtex.
Corteza cingulada anterior (ACC): rodea el cuerpo calloso. Papel en la toma de decisiones. Ayuda a retener la atención e integrar sentimiento y pensamiento.
Corteza cingulada: Ubicada en el centro de los lóbulos frontales. Controla la capacidad de centrar la atención en un punto de interés particular y mantener la atención el tiempo suficiente para que el individuo logre lo que desea hacer. Regulador emocional. Regulador cortical y oficial ejecutivo operativo.
Cortex: la capa exterior. Incluye las cortezas prefrontal, cingulada e insular. Interviene en razonamiento abstracto, conceptualizaciones, valores, planificación, funciones ejecutivas, control de impulsos, funciones sensoriales, sensaciones, banda motora, percepciones, visión (occipital), temporal, lenguaje y memoria, etc.
Corteza del hemisferio cerebral izquierdo (Neocortex): Recibe información del lado derecho del cuerpo y dirige la actividad hacia el lado derecho. Procesos analíticos y matemáticos. Secuencia temporal. Aspectos rítmicos. Centro del lenguaje (escrito y oral) Este es el hemisferio dominante debido al lenguaje. Procesado en serie. Lineal. Hechos. Detalles almacenados, categorías, asociaciones. Simple. Operación separada. “Yo soy yo”. Literal. Da significado.
Cortex prefrontal (PFC): Área de atención que se activa durante la concentración. El área de atención también inhibe la actividad cerebral a través del hipotálamo. Mayor funcionamiento cerebral. Parte del sistema ejecutivo involucrado en la planificación, el razonamiento, el juicio y el comportamiento social. Asociado con la cognición y la personalidad. Establece objetivos, dirige acciones y estructura emociones.
Corteza somatosensorial: Recibe información sensorial de la médula espinal, el tronco del encéfalo y el tálamo. Integra esta información y produce una “brecha homúncula” similar a la que forma la corteza motora primaria.
Cortisol: liberado en respuesta al estrés. Hormona esteroide producida en la corteza suprarrenal. Tiende a suprimir el sistema inmunológico y reduce la formación de hueso.
Creencia: Definida biológica y psicológicamente como cualquier recuerdo, percepción, cognición o emoción que un individuo acepta consciente o inconscientemente como verdadera.
Dendritas: Ramas de neuronas que propagan la estimulación electroquímica a otras células para transmitir información.
Diencéfalo: Parte del prosencéfalo que contiene el tálamo y el hipotálamo, así como el epitálamo y el subtálamo.
DMT: Dimetiltriptamina: Producida naturalmente. Conduce a alucinaciones, visiones y euforia. A menudo se la conoce como la «molécula mental de opamina»: neurotransmisor involucrado en la cognición, la motivación, el placer y el movimiento.
Efecto PSI: Fenómenos telepáticos y psicocinéticos.
Epilepsia del lóbulo temporal: afección neurológica en la que se producen convulsiones no provocadas en el lóbulo temporal del cerebro, a menudo acompañadas de cambios sensoriales. Algunos han atribuido “experiencias religiosas” a las epilepsias del lóbulo temporal.
Epinefrina (adrenalina): Importante en la respuesta de lucha o huida. Aumenta el flujo sanguíneo a los músculos y los prepara para huir o luchar y también aumenta la frecuencia cardíaca.
Epifenomenalismo: Actitud respecto a la mente/cerebro. Cree que la mente es un fenómeno real pero que no puede tener ningún efecto en el mundo físico.
Epifenómeno: Fenómeno secundario que ocurre al mismo tiempo y en paralelo con un fenómeno primario.
ERSM: Experiencias religiosas, espirituales y/o místicas.
Espíritus mentales ayudantes: 7 espíritus mentales ayudantes. Séptuple derramamiento mental del Espíritu Materno del universo sobre los seres vivientes. Conocidos como los espíritus de la sabiduría, la adoración, la guía, el conocimiento, el coraje, la comprensión y la intuición.
Espíritu Madre del universo local: (Divina Ministra). Socia de Miguel de Nebadon, nuestro Hijo Creador, ella proporciona el ministerio mental de los siete espíritus mentales ayudantes.
Espíritu Santo: Don del Espíritu Materno creativo al hombre. Se vuelve disponible cuando el hombre comienza a operar al nivel de los dos ayudantes superiores (adoración y sabiduría). Proporciona razón espiritual, inteligencia del alma. Es un don supramental.
Etapas de la fe: Teoría del desarrollo propuesta por James Fowler y que sugiere que a medida que el cerebro crece, la espiritualidad parece aparecer en siete etapas 0.6 comenzando en la niñez con una fe indiferenciada y culminando en una fe universalizante, a menudo con un sentido de unión con Dios, fuerza personal profundamente reflexiva y reveladora.
Evolución: Un diseño divino para hacer real la perfección a partir de la imperfección en el tiempo y el espacio.
Experiencia cercana a la muerte (ECM): A menudo, experiencias transformadoras en las que un individuo se encuentra con un ser de «luz» que se cree que «viene del otro lado». Esto suele ocurrir cuando alguien está cerca de la muerte (accidente, paro cardíaco, etc.) y se le da la oportunidad de regresar a “este lado”. Las personas que lo experimentan frecuentemente se encuentran con una profunda sensación de paz, tranquilidad y tranquilidad con una reducción significativa del miedo.
Funciones cognitivas: Cuantitativas, binarias, causales, existenciales, reduccionistas, holísticas, abstractas.
Funciones ejecutivas — Lóbulo frontal: Orientación a objetivos, iniciación y mantenimiento. Flexibilidad. Resiliencia. Control de impulsos. Categorización. Razonamiento. Planificación. Toma de decisiones. Creatividad. Análisis. Inhibición. Prioridades. Relaciones temporales. Etc.
Funcionalismo: Actitud respecto al cerebro masculino. Niega que la mente sea otra cosa que estados del cerebro. La mente es sólo un subproducto de la actividad cerebral.
GABA: Ácido gamma-aminobutírico. Neurotransmisor inhibidor. Disminuye la actividad en la siguiente neurona.
Pandillas base: Dirigen actividades de rutina. Y mantiene las vías de recompensa. Estimulado por la dopamina y también buscando estimulación.
Glándula suprarrenal: libera hormonas del estrés, epinefrina (adrenalina) y cortisol.
Gyrus: Pliegue en el cerebro.
Glutamato: Neurotransmisor. Estimula o excita una mayor actividad en la siguiente neurona.
Hemisferio derecho: Se conecta con el lado izquierdo del cuerpo. Hemisferio no dominante. Pensamiento abstracto distinto del lenguaje. Conciencia corporal no verbal. Percepción visual espacial. Percepción, expresión y modulación de la mayoría de los aspectos de la emoción, procesamiento paralelo. Pensamiento holístico. Gestalt sensorial (olores, gusto, vista, etc.). Conectado. Completo. Aquí. Somos uno. Capacidad de empatía. Memoria autobiográfica.
Hipocampo: Ubicado en el lóbulo temporal. Implicado en la construcción de la memoria, especialmente la memoria a largo plazo. Funciones en la navegación espacial. En equilibrio con la amígdala. Parece un caballito de mar.
Hormonas glucocorticoides: Disminuye la producción de dopamina, reduce la norepinefrina.
Hipotálamo: Estados instintivos primarios. Regula acciones fisiológicas y conductuales. Gobierna la intensidad del comportamiento emocional. También controla muchas funciones autónomas: temperatura corporal, actividad sexual, presión arterial, etc. Controla la glándula pituitaria y le solicita que indique la activación de las glándulas suprarrenales.
Hipoxia: oxígeno reducido y sistema privado de oxígeno suficiente
Ínsula: Parte inferior de la corteza cerebral. “Retiene” estados corporales que impactan la experiencia consciente. Se activa anormalmente en la neuroimagen de un individuo traumatizado. Detecta los estados internos del cuerpo y está ubicado en la zona interna del lóbulo temporal. Involucrado en la percepción del peligro.
Interaccionismo dualista: Actitud respecto a la mente/cerebro. Conciencia y otros aspectos de la mente que pueden ocurrir independientemente del cerebro.
fMRI: Imágenes por resonancia magnética funcional. Mide el flujo sanguíneo. Múltiples imágenes. Las imágenes en el cerebro cambian mediante ondas de radio en campos magnéticos.
Lóbulo frontal: Planificación de acciones futuras. Control de movimiento.
Lóbulo occipital: Ubicado en la corteza cerebral. Involucrado en la visión. Corazones dorsal y ventral en el proceso del lóbulo occipital, dónde se encuentra el objeto (dorsal o parietal) y qué es el objeto (ventral a temporal).
Lóbulo parietal: Área de atención - involucrada en el yo - el otro, como en la orientación espacial - temporal. Sensación somática. Formación de la imagen corporal. Vincular la imagen del cuerpo al espacio personal extra. Corteza somatosensorial. Corteza motora. Coordina movimientos en respuesta a los objetos que nos rodean. Conciencia de atención a nuestro mundo exterior. Cartografía. Representación de números.
Lóbulo temporal: muchas estructuras más pequeñas están contenidas dentro del lóbulo temporal. Estas subestructuras son responsables del reconocimiento de rostros y objetos, la adquisición de memoria, las reacciones emocionales y la comprensión del lenguaje. Significativo en términos de aprendizaje, memoria y emoción.
Materialismo agnóstico: actitud respecto a la mente/cerebro. La mente tiene su fuente exclusiva en la materia del cerebro.
Materialismo emergente: Actitud respecto a la mente/cerebro. Cree que la mente emana del cerebro de maneras que no pueden predecirse ni reducirse a un proceso cerebral.
Melquisedec: Alto orden de descendencia. Asisten a los Portadores de Vida estimulando proyectos para la implantación de vida en los planetas decimales (Urantia)
Memoria implícita: Significado extraído pero no sentido como recuerdo. No hay conexión en términos de hechos, más bien un sentido general de conocimiento. A menudo se establece muy temprano en la vida, antes de que el lado izquierdo del cerebro esté completamente formado.
Memoria explícita: fáctica, autobiográfica y de fácil articulación.
Mental: El mecanismo de pensar, percibir y sentir del organismo humano. El total de la experiencia consciente e inconsciente. Inteligencia asociada a la vida emocional elevándose al nivel del espíritu a través de la adoración y la sabiduría. (LU 0:5.8)
Mente Cósmica: Mente de los Siete Espíritus Rectores condicionados por el tiempo.
Mente humana: mente personal. Un regalo del Espíritu Madre del universo local mediante el uso de sus siete espíritus mentales ayudantes que los humanos utilizan e individualizan.
Mesencéfalo: Parte del tronco del encéfalo.
Médula espinal: Base del cráneo hasta la 1ª vértebra lumbar. Recibe información sensorial de la piel, articulaciones y músculos del tronco y extremidades. Contiene neuronas motoras responsables de los movimientos voluntarios y reflexivos.
Morontia: Término que designa un vasto nivel intermedio entre lo material y lo espiritual. Puede designar realidades personales o impersonales, energías vivas o no vivas. La cadena del tejido morontial es espiritual, su trama es material. (LU 0:5.12)
Muerte clínica: Paralización de signos vitales, corazón en fibrilación ventricular. Ausencia de actividad en la corteza cerebral (EEG plano). Actividad del tronco encefálico completa. La RCP no permite la reanimación.
Mito: Una historia de historia primitiva que a menudo explica el origen y el destino, así como el mundo natural, y con frecuencia involucra seres sobrenaturales. La narrativa, aunque ampliamente creída, es esencialmente falsa y con el tiempo se puede demostrar que es falsa. Sin embargo, a menudo responde a dilemas existenciales internos.
Neurona: Célula que puede ser estimulada eléctricamente de tal manera que la información se transmite mediante señales eléctricas y químicas a través de las redes neuronales y a través de las sinapsis.
Neurogénesis: El cerebro produce nuevas células, comprometidas con la organización neuronal existente. Amplía las redes neuronales actuales. Puede tener desencadenantes específicos. FNDC (factor neurotrópico derivado del cerebro) cuando la química se activa con el ejercicio. Estimulación intelectual. Habilidades cognitivas. La conciencia social y emocional aumentan la producción de nuevas neuronas. Poda neuronal: deterioro por falta de uso (puede ser positivo o negativo).
Neuropéptidos: Moléculas que envían información emocional desde el cuerpo al sistema límbico. Descubierto por Candice Pert. Una forma de experimentar la emoción.
Neuroplasticidad: Capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar. Capacidad de aprender y cambiar. Las neuronas nuevas pueden conectarse y las neuronas viejas pueden conectarse de formas nuevas. Cuando un individuo experimenta cambios en sus pensamientos, emociones o comportamientos, se produce un cambio físico en el sistema nervioso. La experiencia cambia la estructura de las neuronas del cerebro. Que “se desencadenan juntos, se ramifican juntos”. Posibilidad de formación.
Neuropsicología: División de psicología especializada en el funcionamiento del cerebro y cómo ocurren las experiencias, habilidades, conductas, etc. Se relacionan con las estructuras del cerebro y el procesamiento de la información. Las funciones cerebrales se evalúan mediante pruebas estándar que miden objetivamente las capacidades cognitivas, la capacidad de atención y sus déficits, la memoria a corto y largo plazo, las habilidades lingüísticas, etc.
Neuroteología: Un acercamiento a las experiencias religiosas, espirituales y/o místicas (RSM) que aspira a una base neurológica y evolutiva para la experiencia espiritual.
Neurotransmisor: Sustancias químicas en el cerebro que permiten que la información se transmita entre las células nerviosas. Implicado en las sinapsis.
Norepinefrina (norepinefrina): Hormona y neurotransmisor liberado en el sistema nervioso central (SNC). Moviliza el cerebro y el cuerpo para la acción. Promueve el estado de alerta, aumenta la excitación y centra la atención. Te ayuda a sentirte alerta y enérgico.
Núcleo caudado: Uno de los ganglios centrales. Está involucrado en el movimiento voluntario y la emoción.
Oxitocina: Hormona neuropéptido producida en el hipotálamo y que aumenta los vínculos sociales. La oxitocina se libera al nacer, durante la lactancia, durante el orgasmo sexual y también durante las relaciones románticas.
Personalidad: La personalidad del hombre mortal no es cuerpo, ni mente, ni espíritu; ni es el alma. La personalidad es la única realidad invariable en la experiencia en constante cambio de una criatura; y unifica todos los demás factores asociados de la individualidad. La personalidad es el regalo único otorgado por el Padre Universal a las energías vivas y asociadas de la materia, la mente y el espíritu, y que sobrevive con la supervivencia del alma morontial. (LU 0:5.11)
Filosofía del proceso: Actitud con respecto a la mente/cerebro: La mente y el cerebro son la manifestación de una única realidad que está en f PSI Efecto: Fenómenos telepáticos y psicocinéticos que están en constante cambio.
Pituitaria: Parte del eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal (HPS) que responde al estrés. Almacena y libera oxitocina.
Puente: En lo profundo del tronco del encéfalo. Porción ventral: información sobre el movimiento y la sensación desde la corteza cerebral hasta el cerebelo. Porción dorsal: Información sobre la respiración, el gusto y el sueño.
Portadores de Vida: Personalidades de orden superior que inician la vida en los planetas y asumen la responsabilidad de las primeras etapas de la evolución biológica.
Mighty Messenger: Mortal ascendente que funcionó lealmente durante una rebelión.
Electroencefalografía Cuantitativa QEEG: Patrones eléctricos en la superficie del cuero cabelludo. Patrones de ondas cerebrales. Mapa de colores.
Receptor VMAT2: Implicado en la regulación de la dopamina y la serotonina. A veces se le llama «el gen de Dios».
Respuesta (reacción) al estrés: Activa el AHPS (el eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal).
Ritual: Ceremonia o comportamiento realizado de manera repetitiva que involucra los sentidos con componentes cognitivos y emocionales. Tiende a conectar el cerebro en relación al mito sustentado por el ritual.
Escáneres SPECT (Tomografía Computarizada por Emisión de Fotón Único): Trazador radiactivo inyectado durante una actividad o práctica (por ejemplo, oración, meditación o pensamiento). El trazador se adhiere al cerebro en ese momento y revela lo que está sucediendo en el sistema en ese momento.Escáneres PET (Tomografía por Emisión de Positrones): Emisiones de isótopos radiactivos en descomposición.
Serotonina: Neurotransmisor. Sentimientos de bienestar y felicidad. Mantiene el “buen humor”.
Substantia Nigra: Parte del cerebro que produce dopamina.
Sistema de Activación Reticular (RAS): Estimula otras partes del cerebro.
Sistema límbico: (amígdala, hipocampo e hipotálamo). Involucrado en las emociones y la motivación. Aspectos de la expresión emocional. Asigna atracción o aversión hacia objetos y experiencias. Dirige las emociones al mundo exterior a través del comportamiento. Conectado al ANS (Sistema Nervioso Autónomo) para solicitar reacciones emocionales. Ejemplo: Miedo – el sistema límbico conecta el sentimiento de terror – adrenalina liberada en el sistema de excitación – corazón acelerado, mayor estado de alerta, nudos en el estómago, etc. el resultado es la sensibilización de todo el cuerpo.
Sistema nervioso autónomo: Base de la función corporal. Conecta el cerebro con el resto del cuerpo. Emociones básicas: miedo, alegría, vergüenza. Compuesto por el sistema nervioso simpático (excitante) y el sistema nervioso parasimpático (calmante).
Sistema nervioso central: está formado por la médula espinal, el bulbo raquídeo, el mesencéfalo, el cerebelo, el diencéfalo y los hemisferios cerebrales.
Sistema nervioso entérico: Parte del sistema nervioso autónomo que regula el sistema gastrointestinal.
Sistema nervioso parasimpático: Mantiene la homeostasis. Antítesis de lo simpático. Conserva cuerpos, recursos y energía. Regula el mantenimiento fisiológico y las funciones vegetativas: crecimiento celular, digestión, relajación y sueño. Sistema calmante. Relajación y satisfacción. Botón de parada: nos calma. Parte del sistema nervioso autónomo.
Sistema nervioso simpático: Respuesta de lucha o huida. Base fisiológica de nuestras estrategias de adaptación ya sea que la estimulación sea positiva o negativa. Sensación de emoción. El botón «on» aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Parte del sistema nervioso autónomo.
Tálamo: Transmite información entre la corteza y el tronco del encéfalo (y también en otras estructuras corticales). Activo en muchos procedimientos, incluidos el movimiento, la atención, la percepción, la sincronización, el estado de alerta y la conciencia. La tabla de distribución de información sensorial.
Teoría del apego: Teoría que explica las relaciones a corto o largo plazo basadas en la capacidad del individuo para desarrollar confianza en un cuidador y en uno mismo. Basado en el trabajo de John Bowlby y centrado en el desarrollo social y emocional del individuo y la regulación de los sentimientos.
Teoría de la complejidad: Estudio del comportamiento de sistemas dinámicos, particularmente aquellos que son sensibles a las condiciones iniciales. Un proceso autoorganizado avanzará hacia la complejidad y cuando avanza hacia la complejidad se encuentra en su lugar más estable, más flexible y más adaptativo.
Tronco cerebral: Ayuda a mantener la homeostasis controlando las funciones autónomas. Se coordina con la corteza motora y contiene la protuberancia, el bulbo raquídeo y el mesencéfalo. Produce serotonina y dopamina.
Unión Mística (Unio Mystica): Unión mística con Dios o el Absoluto. Enamorado.
Valencia: atracción o repulsión intrínseca, especialmente de las emociones.
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Décima Conferencia Internacional de la Asociación UAI — Amsterdam Países Bajos | Le Lien Urantien — Número 78 — Junio 2017 |