© 1996 Meredith Sprunger
© 1996 La Christian Fellowship de Estudiantes de El libro de Urantia
Libros importantes: ciencia, antropología y arqueología en El libro de Urantia | Otoño 1996 — Índice | Más Salmos Hoy: El Padre Universal |
Prensa de Dorset, 1991, 179 págs.
Este perspicaz libro rastrea sucintamente la relación entre la ciencia y la religión en la civilización occidental. Comenzando con la teología natural inherente a la medicina, Foster observa el progresivo declive de la religión en nuestra cultura provocado por la teoría de la evolución de Darwin, la influencia dominante de la segunda ley de la termodinámica y la creencia generalizada en los modelos mecánicos del cientificismo. Luego señala nuevos descubrimientos en física y biología molecular que presagian una nueva era de la ciencia que él llama «ciencia sobrenatural».
Foster pasó treinta y dos años en el proceso de escribir el libro. «Empecé este libro comprendiendo que los avances de la física moderna habían abierto nuevas puertas al pensamiento filosófico. El centro de tales ideas fue la Universidad de Cambridge y las ideas propuestas por Eddington, James y Whitehead en la década de 1930, cuyo principio principal era «La materia del mundo es materia mental» (p. vii).
Después de examinar los hallazgos científicos contemporáneos que no encajan en los viejos conceptos de azar y determinismo, David Foster hace algunas observaciones interesantes:
«El darwinismo estaba equivocado… La importancia de que Darwin esté equivocado es inmensa, porque implica la admisión de lo sobrenatural en la ciencia. No se conoce ningún procedimiento mediante el cual especificidades como la 10650 de la hemoglobina (la probabilidad de que esta proteína básica haya podido evolucionar por casualidad, p. 78-84) puedan explicarse sin introducir en la ciencia una inteligencia sobrenatural, una inteligencia que puede ignore las estadísticas y cree un propósito único. Además, esta misma situación destrona a la Segunda Ley de la Termodinámica de su posición preeminente en la física, y permite la credibilidad de que esta Ley puede ser revertida por la voz tranquila del Secretario Maxwell y sus ‘demonios clasificadores conscientes’. En pocas palabras, DIOS EXISTE». (pág. 170-1)
El libro termina planteando la pregunta: «¿Puede ahora la ciencia estar de acuerdo con la religión?» Y la respuesta de Foster es: «Hemos visto que hasta 1900 la ciencia asestó duros golpes a la religión basándose en ‘pruebas’ relacionadas con el azar y la necesidad y atribuibles al darwinismo, la Segunda Ley de la Termodinámica y los modelos mecánicos de realidad de un solo nivel. Estas tres ideologías han sido progresivamente demolidas desde 1900 en adelante, particularmente por Planck, Einstein y Heisenberg, y más tarde por la biología molecular. Son reemplazados por una nueva idea de la importancia y el predominio de la especificidad en el universo, con la inevitable implicación de que Dios existe. Las implicaciones que esto pueda tener para la humanidad están fuera del alcance de nuestra discusión actual». (p. 179) Si está interesado en una breve reseña de las implicaciones filosófico-religiosas de algunas de las posiciones básicas de la ciencia contemporánea, The Philosophical Scientists es un libro estimulante para leer.
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