© 1998 Meredith Sprunger
© 1998 La Christian Fellowship de Estudiantes de El libro de Urantia
A medida que se acerca el tercer milenio, las visiones pocolípticas están por todas partes. Las profecías sobre el «fin de los tiempos» abundan al final de cada siglo. Art Bell se suma a este desfile en su reciente libro, The Quickening (Paper Chase Press, Nueva Orleans, 1997). Un título más exacto para el libro de Bell sería «Portentos de catástrofe». Su estudio enciclopédico de posibles escenarios apocalípticos cubre la zona costera. Bell observa que vivimos en una economía global y predice que el gobierno mundial está «a la vuelta de la esquina». Luego analiza nuestro tejido social en deterioro, la confusión de nuestras aspiraciones religiosas y espirituales, el empeoramiento de nuestros problemas ambientales, la amenaza de enfermedades y hambrunas, y la inminente posibilidad de desastres naturales.
Bell recuerda periódicamente al lector «…la deuda nacional de Estados Unidos está completamente fuera de control» (p. 55) «…es difícil idear esperanza para este mundo» (p. 119) «…la la supervivencia de nuestra especie está en juego,» (p. 236) «…no tenemos el control,» (p. 274) «…estás muy, muy indefenso,» (p. 290) «Estamos en un mundo que rápidamente se está convirtiendo en un lugar cada vez más peligroso para vivir» (p.302) y «…el mundo se volverá cada vez más inestable y nuestra existencia misma como especie estará en gran peligro». (pág. 148, 308)
Art Bell hace referencia al libro de Hal Lindsey The Final Battle. Lindsey popularizó la teoría del dispensacionalismo premilenial que proyecta un período en el que el mundo será gobernado por el Anticristo, seguido de una guerra en Oriente Medio y la batalla del Armagedón. Consciente o inconscientemente, Bell sienta las bases para este escenario apocalíptico, y aquí y allá sugiere la posibilidad de un dictador mundial.
Evidentemente vivimos en uno de los grandes períodos de transición de la historia. Durante estos períodos de transición siempre hay una ruptura del antiguo paradigma de valores y una gran confusión y perturbación en la sociedad. Junto con esta agitación hay una búsqueda espiritual generalizada. En nuestra sociedad se están consolidando las condiciones para el surgimiento de una nueva era filosófica. Los Altísimos, a mi juicio, están preparando nuestro planeta para la Quinta Revelación de Época. Nuestro mundo está, de hecho, al «borde de una de sus épocas más asombrosas y fascinantes de reajuste social, aceleración moral e iluminación espiritual». (LU 195:9.2) Sin embargo, el proceso evolutivo que lo llevará a buen término no duda tomará un tiempo considerable.