© 2007 Michel Rouanet
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Le Lien Urantien — Número 40 - Otoño de 2007 | Le Lien Urantien — Número 40 — Otoño 2007 | La mejora biológica de la humanidad. |
Con motivo del traslado de la sede de París a Marsella, quisiera agradecer a Georges y Marlène Michelson-Dupont en nombre de todos los miembros que han formado la AFLLU desde su creación en 1996. En efecto, no sólo Georges y Marlène, miembros fundadores de la AFLLU (ver lista adjunta de los nuevos estatutos) que trabajaron activamente en la transición del CERDH a la AFLLU, ahora bajo los auspicios de la AUI, pero albergaron su sede en sus instalaciones de la Fundación Urantia SA Francia durante once años.
La proximidad de las dos estructuras durante esta primera década de existencia fue la oportunidad para una interacción fructífera entre las dos entidades, una participando en la misión de la otra: la venta de LU y la actividad social de estudio de LU estaban así íntimamente vinculadas.
Con la madurez, estas dos estructuras se fueron independizando: a partir de 2004, la Fundación utilizó redes de distribución comercial para las ventas de LU. La AFLLU tuvo que encontrar soluciones para su propia administración.
La decisión tomada este año por el nuevo consejo de administración de la AFLLU y ratificada en una asamblea general extraordinaria sobre el traslado de la sede al nuevo secretario de la AFLLU en Marsella (ver columna izquierda) completa la separación de las actividades de la Fundación y la AFLLU. Aunque ambos siguen unidos por el mismo objetivo, difundir las enseñanzas de LU, toman dos caminos diferentes: traducciones/ediciones/ventas para los primeros, organización social del estudio para los segundos.
Gracias de nuevo a Georges y Marlène por dar la mano a la AFLLU durante estos primeros años.
Ahora autónoma, nuestra asociación está en el camino de un crecimiento esencial antes de alcanzar algún día la plena madurez. Acaba de adquirir, en la asamblea general extraordinaria de 2007, un consejo de administración compuesto por doce personas y un comité de una veintena de intermediarios regionales para apoyar al presidente y a su tradicional ejecutivo en la misión que le confía. Pero no nos engañemos: estas dos nuevas entidades, todavía embrionarias, deben encontrar sus identidades y sus ritmos de trabajo para no quedarse en cascarones vacíos y estériles. La AFLLU todavía reúne sólo un centenar de personas repartidas por todo el territorio nacional, y sólo puede vivir y crecer gracias a la participación activa de todos, cada uno según sus capacidades y disponibilidad, en su región y/o en el seno de los equipos nacionales.
El verano de 2007 marca un nuevo comienzo.
Esperemos que seamos capaces de dar o mantener un alma fraterna a nuestra asociación para no convertirnos en una sociedad marginal de connivencia intelectual.
“_¿Qué hace por el alma humana? ¿Acerca a Dios al hombre? ¿Conduce esto al hombre a Dios?» [1388.5]
Saludos cordiales a todos.
michel r.
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