© 2014 Mike Wood
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Decisiones destacadas de la reunión de enero de la Junta de Fideicomisarios | Volume 8, Issue 1, March 2014 — Index | La restauración del lugar de nacimiento de la Quinta |
De Mike Wood, Overland Park (Kansas, Estados Unidos)
Eugene Asidao y Nestor Nano han estado en Filipinas durante más de un mes distribuyendo ejemplares de El libro de Urantia (donados por la Fundación Urantia y la Asociación Urantia Internacional) en bibliotecas, universidades, grupos de estudio y personas interesadas. Poco después de su llegada, se reunieron con Febby Marshall, que es una inspectora de policía que vive en Manila. La presentación llegó a través de un lector de El libro de Urantia de Estados Unidos que leyó sobre el viaje de Eugene y Nestor en el número de diciembre de las Noticias en Línea de la Fundación Urantia. Febby estaba muy ilusionada por conocerles y ha estado ayudando en la logística del proyecto.
La Fundación Urantia ha recibido numerosos correos de bibliotecas y universidades de la Gran Manila agradeciendo a la Fundación la donación de El libro de Urantia. Hasta ahora, la lista está compuesta por seis bibliotecas universitarias con catorce sucursales, que incluyen la Loyola School of Theology, el National College of Business and Arts y dos redes de bibliotecas públicas con un total de veinticinco sucursales.
A su regreso, estaba deseando escuchar el relato de Eugene y Nestor sobre su aventura de siembra de El libro de Urantia en Filipinas. Aunque quizá no sepamos nunca el impacto total de su trabajo, me recordó la «parábola del sembrador».
Un sembrador salió a sembrar y sucedió que mientras sembraba, algunas semillas cayeron al borde del camino… Otras semillas cayeron en lugares rocosos… Pero otras semillas cayeron en una buena tierra, y cuando crecieron, algunas produjeron treinta, otras sesenta y otras cien granos. LU 151:1.2
Nadie pidió a Eugene y Nestor que llevaran a cabo este proyecto; fue una idea totalmente suya. Hicieron gestiones para tomarse unas vacaciones del trabajo, pagaron su propio transporte y el envío de los libros. La única ayuda que pidieron fue para obtener ejemplares de El libro de Urantia.
Mientras empaquetábamos 160 Libros de Urantia en noviembre, Eugene y Nestor nos dijeron que no tenían ni idea de cómo se desarrollaría este proyecto. Sólo sabían que querían compartir El libro de Urantia y sus enseñanzas con la gente de su tierra natal.
Su servicio de asistencia me trae a la mente una de mis afirmaciones de mota favoritas:
Los débiles se conforman con los propósitos, pero los fuertes actúan. La vida sólo es el trabajo de un día—hacedlo bien. El acto es nuestro; las consecuencias pertenecen a Dios. LU 48:7.13
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