© 2016 Neville Twist
© 2016 Asociación Urantia Internacional (IUA)
Encontré El libro de Urantia en algún momento de 1985. Fue a través de un compañero de trabajo, que traía este gran libro azul al trabajo y lo leía durante la hora del almuerzo. Cuando le pregunté de qué iba ese gran libro azul, recibí una respuesta dubitativa que sonó parecida a «no es nada y es muy difícil de entender», una respuesta repetida varias veces antes de que tomara el libro un día y echara un vistazo al contenido por mí mismo. Al ver los documentos de Jesús, supe instantáneamente que tenía que leer ese libro. Poco después me hice con un ejemplar y comencé a leer, ¡y leer, y leer!
Al haberme criado en un hogar cristiano conservador y fundamentalista, me dieron una buena base de enseñanzas de la Biblia y escuché muchos sermones parecidos a los del evangelista Billy Graham. Y aunque llevaba algunos años sin ir a la iglesia, siempre retuve mi fe en Dios. Sentía el deseo de redescubrir a Dios y de conocer su propósito respecto a mi vida. Este deseo me llevó a explorar otras Iglesias y denominaciones, a viajar a países lejanos y a vivir en un kibutz de Israel. Estaba ansioso por conocer verdades más altas y significados más profundos de la vida.
No mucho después de sumergirme en El libro de Urantia (en detrimento de las reparaciones del hogar y de otros aspectos de mi vida), tuvimos el privilegio de recibir la visita (aquí en Auckland, Nueva Zelanda, en 1986) de John Hales, Berkley Elliot y Tom Allen, en representación de la Fundación Urantia y la Hermandad. Nos animaron a crear un grupo de estudio y a reunirnos regularmente. Abrazamos esta idea desde el principio y formamos el primer Grupo de Estudio de El libro de Urantia de Auckland, del que tengo el placer de decir que ha funcionado bastante bien desde entonces. (Ha habido al menos otro grupo de estudio anterior a este en la capital de Nueva Zelanda, Wellington).
Aunque somos un grupo diverso de individuos, hemos seguido juntos durante 30 años. El grupo de estudio se ha convertido en un centro importante de nuestra vida. Ha sido fuente de inspiración y aprendizaje, un intercambio de ideas y significados, un momento de amistad y compañerismo con otras personas de mente afín; saber que poseemos las verdades más grandes de nuestro planeta y las responsabilidades que esto conlleva; poder compartir nuestro yo interior con otros creyentes en el Padre Universal, el Hijo Creador, la hermandad de los hombres y las enseñanzas de Jesús de Nazaret.
Cuando comenzamos nuestro grupo de estudio, y durante los 10 primeros años aproximadamente, nos reuníamos semanalmente con temas/documentos programados para todo el año. Leíamos de memoria en su gran parte, si no el libro entero. Los asistentes a estas reuniones oscilaban entre 4 y 10, con un grupo fiel de unos 5. A lo largo de los años hemos tenido muchos visitantes en nuestro grupo, pero por desgracia pocos nos hemos quedado. Muchos eran buscadores sinceros de la verdad que pasaban por allí, mientras que otros tenían intereses alternativos que promocionar. Muy pronto decidimos que el grupo de estudio era para estudiar El libro de Urantia y solo El libro de Urantia.
A lo largo de los años, la manera en que hemos dirigido las reuniones del grupo de estudio ha evolucionado y cambiado, del mismo modo que ha cambiado el mundo que nos rodea. Tradicionalmente siempre hemos tenido un moderador que dirigía la reunión y la mantenía dentro de los cauces. Otra parte de nuestro formato era comenzar y terminar con una breve oración, algo que pienso que necesita ser parte de todo grupo de estudio. Ayuda a preparar la mente, a ser más consciente de las fuerzas espirituales interiores y que nos rodean, y da la bienvenida a nuestros visitantes invisibles. También ayuda a enfocarse en las enseñanzas y a que estas enseñanzas «reflejen» verdaderos significados y valores para nosotros.
Conozco muchas personas que son lectores sinceros de El libro de Urantia, pero que por diferentes razones no desean fraternizar o estudiarlo con otros lectores. Para mí es algo triste. Poder socializar y conversar libremente sobre las enseñanzas con compañeros lectores de El libro de Urantia es importante, y descubrir lo que otro interpretó en un párrafo de una manera completamente diferente a la tuya y debatirlo. Hemos visto que también es muy importante celebrar reuniones sociales. Celebrar la Navidad (21 de agosto), la Pascua, el Día Nacional de Estudio, así como asistir a conferencias regionales e internacionales es también muy importante, aunque esto último puede ser difícil en estar parte del mundo debido a nuestra ubicación remota en el globo.
El mundo está cambiando y cambia rápido. Vivimos en un universo que evoluciona en el tiempo y el espacio, así que el cambio es inevitable. Por lo tanto, las cosas cambiarán respecto a cómo y dónde dirigimos nuestro grupo de estudio. Internet será sin duda una influencia fundamental en este cambio. De hecho, en una reunión reciente del grupo, decidimos hacer nuestra próxima reunión por Internet en Skype o Zoom. Si esto va bien, proponemos celebrar una reunión al mes en este formato, para que otras personas de Nueva Zelanda puedan unirse y formar parte de él. Aunque siempre nos reuniremos en persona regularmente, pues creemos que el contacto social en nuestros grupos de estudio y nuestras conferencias es una parte esencial del crecimiento de la revelación.
Es decepcionante que el número de miembros se haya mantenido bastante estático a lo largo de los años, especialmente cuando muchos de nuestro grupo se dirigen hacia sus años de jubilación. Es una pena que no haya una generación más joven que tome las riendas y mantenga viva la antorcha. Se nos dice que nos dieron la revelación temprano, así que debemos esperar el momento en que las enseñanzas vengan por sí solas. No dudo que los serafines de las Iglesias y los serafines del progreso estarán debatiendo sobre las maneras más apropiadas de utilizar la revelación. Estoy seguro de que el Comité de Grupos de Estudio de la Asociación Urantia Internacional debatirá sobre maneras efectivas de fomentar nuevos grupos de estudio y sobre cómo conectarlos.
A lo largo de los años, he asistido a unas 12 conferencias regionales e internacionales, todas en Australia excepto la segunda, que fue en Nueva Zelanda. A través de una planificación y organización excelentes de individuos entregados y con talento, estas conferencias han sido siempre verdaderamente educativas, edificantes, motivadoras, renovadoras e inspiradoras. Son una oportunidad maravillosa de conocer a nuevos lectores, de reencontrarse con viejos amigos, de compartir experiencias y de aprender de gente muy sabia e inteligente. Da humildad poder participar en una oración, meditación y adoración en grupo, así como fraternizar con música, teatro y risas. Las amistades que se hacen pueden durar toda la vida y quizá mucho más.
Como individuo, como creyente en El libro de Urantia y sus enseñanzas, como creyente en que la quinta revelación de época cambiará totalmente el mundo algún día, creo que es mi responsabilidad compartir silenciosamente estas verdades con los demás; saciar el apetito de verdad de mis semejantes; intentar apelar a su fragmento divino. Nunca siento vergüenza de El libro de Urantia. Conversaré con discreción sobre el libro con cualquiera que tenga hambre de verdad. La mayoría de los que me conocen saben también que soy estudiante de El libro de Urantia y que estoy muy dispuesto a compartir estas verdades sublimes con todo aquel que quiera escucharme.
Qué privilegio es haber descubierto El libro de Urantia y haber eliminado tanta confusión, tanta duda, tanto dogma, tanta teología, tanta tradición y tantos rituales. Tener un nuevo «punto central de referencia» en mi mente; tener esperanza en este planeta, de vida eterna y una carrera sempiterna en el universo. Loado sea el Padre y su maravilloso hijo creador, Jesús de Nazaret, hijo de Dios e hijo del hombre.
Neville Twist
Miembro del Comité de Grupos de Estudio de la Asociación Urantia
Vicepresidente de ANZURA