© 2022 Obol Sunday Jimmy
© 2022 Fundación Urantia
De Obol Sunday Jimmy, Kampala (Uganda)
Durante mis clases de confirmación, quise saber por qué Melquisedec solo se menciona tres veces en la Biblia, pero mi profesor no pudo darme una respuesta lógica y en su lugar me dijo que era demasiado joven para entender ciertos elementos de la Biblia. Desafiante, me dirigí directamente al párroco en busca de respuestas. Me dijo que hasta que no se estudia teología, es difícil comprender algunos versículos bíblicos.
Me sentí ridiculizado por la sugerencia de que el conocimiento espiritual era dominio de los iniciados en los dogmas religiosos. Protesté abandonando la clase de confirmación (a día de hoy, no me inclino ante las doctrinas religiosas). Entonces pedí la opinión de mi amigo de la infancia Khatukhira Bernard. Me dijo que no podía responder a esa pregunta, pero me llevó a casa de sus padres, donde me entregó El libro de Urantia.
Recuerdo la fecha en que el libro habló por primera vez a mi mente consciente: 9 de octubre de 1998. Llevaba siete días con el libro cuando por fin lo abrí. El primer párrafo del Prólogo es en sí mismo una revelación que lleva al lector al nivel más alto y abstracto de hablar de Dios, mucho más allá del bagaje cultural o las prácticas de culto de cada uno.
Por desgracia, la religión abrahámica ha creado mucha confusión cuando afirma que solo se puede entender a Dios a través de la fe abrahámica (de lo contrario, uno es visto como pagano). El resultado es separar al hombre de Dios al exigir una perspectiva ajena a la gente de tantas culturas.
No hay palabras más grandes ni más mágicas en esos libros religiosos abrahámicos que las afirmaciones de El libro de Urantia sobre Dios. Incluso la cuarta parte, relativa a la vida y enseñanzas de Jesús, no puede entenderse realmente a no ser que el lector haya superado la «pobreza conceptual» que le ha causado «gran confusión respecto al significado de términos como Dios, divinidad y deidad». LU 0:0.1 El libro de Urantia quitó el velo que había cubierto mi mente y me permitió comprender a Dios: primero el Dios interior, luego el Dios exterior, y finalmente el Dios que hay en la diversidad más allá de la personificación religiosa. El Espíritu de la Verdad me guio en la búsqueda de la verdad, cuyas revelaciones llegaron a través de los diferentes seres celestiales, en lugar de ser transmitidas a través de la tradición oral, donde los significados se alteraban y perdían. Estas nuevas revelaciones sirven al propósito superior de la verdad de asegurar la realización de la hermandad del hombre y la paternidad de Dios entre los mortales de Urantia.
He aquí una historia que puede ayudar a explicar lo que el libro significa para mí personalmente. Cuando tenía unos seis años, vivía con mi madrastra. Sucedió que una vez, cuando mi madre me visitó, le robé algo de dinero, algo que nunca había hecho antes. Ocurrió porque estaba celoso de la vida de mis compañeros de clase. Me gasté una parte y volví a casa. Ella me registró el bolsillo y encontró el cambio. Después de darme una dura charla, me quedé solo y oí una voz que me decía: «ve a pedirle perdón y devuélvele el dinero que te queda». Hice caso a la voz y sentí que me quitaba un peso de encima cuando mi madre me dijo: «¡no es culpa tuya, hijo!».
Entonces, ¿qué significa El libro de Urantia para mí? La clave es el Ajustador del Pensamiento, cuya guía creo que experimenté de niño, mostrándome cómo la elección del libre albedrío es útil una vez nos hemos sintonizado con la voz del Ajustador, que es el puente entre el Padre Universal y la mente imperfecta del mortal.
En el documento 2, un Consejero Divino nos dice que «la misericordia divina representa una técnica equitativa de ajuste entre los niveles de perfección y de imperfección del universo» LU 2:4.5 En esa misma sección leemos también que «la misericordia es simplemente justicia atemperada por esa sabiduría que surge de la perfección del conocimiento y del reconocimiento pleno de la debilidad natural y de los obstáculos ambientales de las criaturas finitas» LU 2:4.1 El ministerio de la misericordia no transmite directamente la realización de la perfección del amor divino, pero eso me fue revelado más tarde, cuando llegué a apreciar la intervención de la misericordia divina.
¿Qué posibilidades veo para compartir esta revelación con los demás? Al final, la ambigüedad del concepto de Dios solo se puede apreciar cuando se abrazan los significados de las deidades culturales locales para aprovechar la diversidad de la humanidad. Para abordar esta necesidad, puedo imaginar un futuro en el que Uganda, ya en el corazón de África, pueda convertirse en un centro para dar a conocer El libro de Urantia en África, un lugar donde anclar el movimiento global de El libro de Urantia para hacer realidad la hermandad del hombre y la paternidad de Dios.