Buenas tardes a todos. Después de las presentaciones de mis compañeros, ahora me toca a mí compartir parte de mi experiencia dando a conocer El libro de Urantia en presentaciones, entrevistas y eventos en general.
Tarde o temprano, todos los que hemos adoptado las enseñanzas del libro como nuestra guía en «el incierto laberinto de la vida» (LU 144:5.21) nos planteamos como algo natural dar a conocer su contenido. Sus enseñanzas nos parecen un regalo tan extraordinario que nos resulta casi inmoral guardarlas solo para nosotros; de ahí que queramos compartirlas con cuanta más gente mejor.
Sin embargo, no pasa mucho tiempo antes de que comprobemos que no es fácil contagiar fácilmente nuestro entusiasmo por el libro. Aparte de que no todo el mundo anda buscando ni está preparado para el libro, también podría ser que nuestro modo de darlo a conocer no sea el adecuado. Porque, como en casi todo en esta vida, la forma importa tanto como el contenido.
Puesto que a cualquiera de vosotros se os puede presentar algún día la ocasión de dar a conocer el libro ante un grupo de personas, me gustaría compartir con vosotros algunas cosas que he aprendido de la experiencia, y otras que he aprendido de los libros y por Internet.
Por supuesto, hay muchos más detalles y enseñanzas que comentar que los que os voy a exponer a continuación. Pero, como tampoco se trata de aburrir ni de abrumar con demasiada información, he aquí lo que considero más importante de lo que he aprendido y que quiero compartir con vosotros.
En primer lugar, quería mencionar una charla de la web TED (www.ted.com) que me pareció enormemente interesante respecto a cómo transmitir el contenido del libro. En realidad, la charla se centraba en cómo los líderes de cualquier ámbito (político, económico, social, etc.) «venden» un producto, pero nuestro objetivo no es demasiado diferente y es perfectamente aplicable a lo que perseguimos: dar a conocer las enseñanzas de El libro de Urantia de una manera eficaz, que provoque en los buscadores de la verdad el deseo de conocer más.
De esta charla surgió el tema principal de este encuentro, y es importante resaltar lo siguiente:
Si «sólo» nos limitamos a describir el libro y enumerar su contenido, la gente interpretará que estamos transmitiendo un conocimiento , aunque nos preste atención, nuestras palabras no provocarán en ellos más que una respuesta superficial. Esa información que estamos dando se quedará en la parte puramente intelectual de nuestra mente y no irá más allá. Seguramente, quienes nos escuchen pensarán que estamos intentando venderles otra moto de las muchas que circulan por ahí, y harán oídos sordos.
Sin embargo, si comenzamos nuestra presentación diciendo «por qué» damos a conocer el libro, estamos entrando en la zona de los valores, una zona mucho más profunda de nuestra mente, donde se activan los resortes que motivan a las personas a actuar como actúan, que hacen que los que nos oyen puedan identificarse con nosotros y quieran, por tanto, llegar adonde nosotros hemos llegado. Vosotros mismos lo habréis experimentado en numerosas ocasiones, aunque probablemente no hayáis sido conscientes de ello.
De modo que, en primer lugar, es bueno hacer una reflexión previa, plantearnos por qué hacemos lo que hacemos. Y , a continuación, transmitir nuestros porqués a los que nos escuchan como primer paso de la presentación. Porque justamente esas razones son las que pueden activar el mecanismo en las otras personas que despierte su interés, por identificación con nuestros motivos.
Aquí van tres ejemplos de esos porqués:
a. Queremos un mundo mejor.
b. Queremos compartir lo que hemos aprendido con el libro, pues nos ha hecho ser mejores personas.
c. Creemos firmemente que el libro ofrece las herramientas para superar la crisis de valores actual y avanzar hacia una nueva etapa de paz y progreso científico, filosófico y espiritual.
Una vez hemos especificado «por qué» hacemos lo que hacemos, el siguiente paso sería explicar «cómo» el libro consigue ofrecer una guía de vida. Llegados a este punto, puede ser interesante dar una breve pincelada de nuestra experiencia personal al leer el libro, así como destacar la manera en que el libro explica toda la realidad, comenzando por Dios Padre y descendiendo nivel tras nivel hasta llegar al ser humano y su historia. También puede ser interesante dar una pincelada acerca de la forma en que se reveló su contenido, para evitar todo tipo de sensacionalismo, veneración e idolatría y con la intención de que los lectores potenciales se centren en lo verdaderamente importante: el contenido.
Por último, una vez hemos enmarcado el libro en unos valores que nos llevan a actuar de un determinado modo, sería el momento de explicar el «qué» del libro. Esto es, los contenidos más importantes. Llegados a este punto, es importante decir que no debemos ser exhaustivos de ningún modo: partamos de la base de que es imposible hacer una síntesis exhaustiva de 2097 páginas en una presentación de una hora (o menos), y que habrá muchas cosas que se nos queden en el tintero. Mucho más si se trata de una entrevista, porque ahí no decidimos al cien por cien sobre lo que vamos a hablar. ¡Pero tampoco se trata de eso! No queremos (o no deberíamos querer) contarlo todo, pues en ese caso lo que vamos a hacer es aburrir al público. Tened en cuenta que cada persona debe descubrir El libro de Urantia a su ritmo y a su manera. Lo único que tenemos que hacer nosotros es darles unas breves pinceladas para que sientan curiosidad y el impulso suficiente para comenzar a leerlo. Como dice un refrán inglés, no se puede obligar a un caballo a que beba, pero sí se le puede dar cebada para que tenga sed y vaya a beber. ¡Por lo tanto, tenemos que despertar la «sed» de verdad en los que nos escuchan, para que sientan el impulso de beber de la fuente que les ofrecemos!
Como muestra, este es un ejemplo de esquema que he utilizado en algunas de mis presentaciones:
Mi experiencia personal: cómo conocí El libro de Urantia.
Lo que el libro supone para mí:
La respuesta a los grandes interrogantes de la existencia: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?
Un mapa de caminos del universo: de la Tierra hasta el Paraíso.
Un relato de nuestros verdaderos orígenes.
Una guía para el crecimiento personal, con el ejemplo sublime de Jesús de Nazaret.
Lo que puede hacer el libro para la mejora de la persona y, por extensión, de la sociedad.
Pero, desde luego, no es el único esquema ni el mejor. De hecho, otros amigos nuestros han dado presentaciones excelentes en las que el planteamiento ha sido diferente y se han hecho hincapié en otros puntos. Lo que sí hemos de tener claro es que, por mucho que se siga un guión común, hay tantas presentaciones como personas. Y ni siquiera una persona da la misma presentación dos veces.
Por último, y con esto acabo esta presentación, me gustaría animaros a que busquéis la ocasión de dar a conocer el libro ante un grupo de personas. Da igual si no tenemos experiencia en dar charlas o si creemos que no tenemos facilidad de palabra. Por experiencia propia, puedo deciros que, si os ponéis en manos del Padre, las palabras saldrán de vuestra boca con una fluidez que os sorprenderá. Nuestros amigos invisibles nos ayudan de formas que ni os imagináis.
También da igual si quienes os escuchan son tres personas o trescientas; en la cuestión de la difusión, no es la cantidad lo que buscamos, sino la calidad. En ocasiones, nos podemos sentir desanimados porque a una charla han venido muy pocas personas. Pero, ¿quién sabe si una, dos, tres personas de las que han asistido serán luego los catalizadores que den un impulso nuevo a la difusión del libro en aquella zona? Esta revelación se irá difundiendo de manera lenta, y muy difícilmente veremos resultados espectaculares e inmediatos; lo hemos comentado en numerosas ocasiones. Lo importante es sembrar.
Recordad lo que dice el libro: «El acto es nuestro; las consecuencias pertenecen a Dios» LU 48:7.13.