© 2011 Robert Gallo
© 2011 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Organizado por lectores de la región parisina junto con los de Turena, este encuentro tuvo lugar los días 14 y 15 de noviembre en el dominio de Châles en Sologne, al sur de Orleans. Reunió a 11 participantes regionales a los que se sumaron Isabelle y Jean Annet de Bélgica para formar un grupo de 13 seminaristas que intercambiaron sus opiniones, en perfecta armonía, en el suntuoso marco del castillo que nos ha reservado y bajo la luz de un suave paisaje otoñal. sol.
Entre los felices “elegidos” de este encuentro, podríamos reconocer a Anne-Marie y Dominique Ronfet, Elisabeth y Jean-François TROUVE, Marlène y Georges Dupont, Isabelle y Jean ANNET, Thierry Lepage y su pareja, Christine Baussain, Jean DUVEAU y su servidor Roberto Gallo.
Todos los participantes se reunieron durante el almuerzo del sábado y se separaron al final del almuerzo del domingo después de 24 horas de lecturas y debates (intercalados con una noche de descanso) sobre el siguiente tema:
¿Cómo nos ilumina el LU sobre esta afirmación que se ha extendido a lo largo de los siglos “Dios hizo al hombre a su imagen”?
Este encuentro fue un primer encuentro a medio camino entre un encuentro nacional y una sesión de lectura: se parecía a un encuentro nacional por su carácter de seminario residencial sobre un tema específico y se parecía a una sesión de lectura por su relativa proximidad (excepto para nuestros amigos belgas) y su brevedad. Esta fórmula, que se limita a un único “fin de semana” (tiempo de transporte incluido), seguramente prosperará a juzgar por el grado de satisfacción de los participantes.
En cuanto al “trabajo” y para mantener un hilo conductor, trabajamos sobre un soporte de textos preparados por Anne-Marie sin prohibirnos volver frecuentemente al Libro. Desde el principio los participantes descartaron cualquier parecido físico con Dios para concentrarse en las dotaciones espirituales. Concluimos que las similitudes divinas estaban en la composición, funcionamiento y destino de estas dotaciones.
Somos como Dios porque lo que nos caracteriza (Personalidad, Mente, Ajustador) emana de Dios. Así como las personalidades creativas del tiempo y el espacio, en conjunción con el espíritu impersonal de la Trinidad del Paraíso, crean nuevos potenciales; de manera similar, nuestra personalidad en conjunto con el espíritu impersonal (el Ajustador) crea un alma inmortal. Así como el Supremo crece a través de los actos de personalidades creativas, así el hombre crece a través de la persistencia de sus propias decisiones que provocan el crecimiento del alma en sí misma y a través de ella. Potencialmente similar a Dios en el nivel finito, el hombre nunca dejará, en un futuro eterno, de acercarse cada vez más a la imagen de Dios: Sed perfectos como yo soy perfecto.
Roberto Gallo