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Lobos voraces, cerdos, y otros | Volumen 1 - No. 6 — Índice | Neutrinos, neutrones, y estrellas de neutrones |
La causa fundamental del dolor y el conflicto en el ámbito actual del tiempo y el espacio en el que vivimos es muy simple. Las diminutas partículas materiales existen como constituyentes de los átomos. El espacio es una extensión tridimensional en la que se encuentran las partículas materiales. El tiempo es una secuencia de momentos en los que ocurren los acontecimientos. Los físicos han demostrado que dos partículas materiales no pueden ocupar el mismo espacio en el mismo momento de tiempo. En el nivel macro, cuando dos cuerpos cualesquiera intentan ocupar el mismo momento del espacio-tiempo, se generará automáticamente un conflicto, lo que traerá dolor.
El conflicto surge del desacuerdo entre las partes, la variación de opiniones, la intención agresiva, la incompatibilidad, etc. El dolor puede surgir de causas físicas o emocionales que traen angustia mental. El dolor y el conflicto son un componente natural del ámbito ambiental en el que vivimos y funcionamos. El dolor puede llevarnos a actuar, a evaluar situaciones, incluso a tomar decisiones sobre valores éticos. Puede hacernos crecer en nuestros afectos, desarrollarnos, aprender, incluso puede iniciar nuestro deseo de buscar la máxima perfección.
Como agondonteros, triunfamos sobre dificultades insuperables cuando estamos solos. Como agondonteros, creemos sin ver, perseveramos aislados. En realidad, necesitamos vivir en un ámbito de posibles situaciones de conflicto. Estos son esenciales para nuestro progreso hacia la perfección. Pero el conflicto también puede deprimirnos y confundirnos, dependiendo de cómo cada uno de nosotros maneje el conflicto y el dolor en la experiencia de vida.
El reino en el que vivimos fue creado a propósito para que dos partículas materiales no puedan ocupar el mismo espacio y momento de tiempo. Al tratar de hacerlo, se pueden generar conflictos y dolor. Este reino de tiempo y espacio también nos ayuda a tomar conciencia del dolor y el conflicto que existe en la vida de nuestros hermanos y hermanas. Crea la oportunidad para que los ministremos durante su tiempo de sufrimiento y tormento. Si nunca tuviéramos conflicto y dolor en nuestras propias vidas, ¿cómo entenderíamos el dolor y el conflicto que existen en la vida de los demás?
Si viviéramos en un universo donde las partículas nunca entraran en conflicto en el tiempo y el espacio, ¿sería esto la perfección? Y si fuera así, ¿lo sabríamos? ¿Podríamos conocer el verdadero placer y la felicidad si no tuviéramos experiencia de conflicto o dolor con los cuales hacer comparaciones?
El Libro de Urantia nos dice que la mayor aflicción de la vida es nunca haber sido afligido. El reino físico del tiempo y el espacio, tal como existe en nuestro universo experiencial, brinda la oportunidad para esa aflicción. Seguramente esto está relacionado con el hecho de que dos partículas físicas no pueden ocupar el mismo espacio en el mismo momento de tiempo, proporcionando así la base para que ocurra todo conflicto y dolor.
El universo físico de tiempo y espacio en el que vivimos fue creado por Dios, y esa creación tiene un propósito. En el tiempo, tenemos pasado, presente y futuro. Podemos aprender de nuestra experiencia pasada, esperar experiencias futuras y vivir en el presente. Vivimos para buscar a Dios, para aprender a vivir en su presencia, en última instancia, para llegar a ser perfectos como él es perfecto. El elemento espacio-temporal del dolor y el conflicto es una gran experiencia de aprendizaje. Debemos estar agradecidos por las oportunidades que brinda.
Lobos voraces, cerdos, y otros | Volumen 1 - No. 6 — Índice | Neutrinos, neutrones, y estrellas de neutrones |