© 2021 Simon Orsini
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Si le preguntamos a un astrónomo cuál es el origen del Big Bang, responderá “El Big Bang no tiene origen”. Quienes buscan el origen del origen se suman a la metafísica.
Estaba escuchando a un erudito que enseñaba que antes del Big Bang no había nada, ¿cómo puedo pedirle a alguien que represente la nada? Ni la nada, ni siquiera el vacío, ni el espacio, ni el tiempo.
Y, sin embargo, presente en la nada, el misterio de la energía constituye la barrera que la ciencia y la filosofía no pueden superar. Para los científicos, la energía designa una fuerza y una acción.
Hoy sabemos que existe una segmentación de la energía por lo que un poder creativo debe actuar con coordenadas.
Para los creyentes el problema está resuelto, su conciencia cósmica implica el reconocimiento de una causa primera. Los científicos sólo creen en lo que descubren. Lo que me molesta es la afirmación de que todo sucede por sí solo, es inconcebible para un universo tan inmenso, con agujeros negros de increíble gravedad, energía oscura y materia oscura.
No podemos explicar una cosa partiendo de su sombra.
En el universo espiritual existen personas que se encargan de segmentar la energía material, que tienen el poder de organizar y ensamblar partículas en formación unitaria. Es el frío del espacio y otras influencias las que actúan para organizar creativamente las partículas fundamentales. Estas personas tienen el poder de la antigravedad lo que les permite condicionar la siguiente materia.
Las partículas segmentadas de energía compondrán los electrones; inmediatamente después de los electrones, la materia subelectrónica que es la etapa explosiva y repulsiva de los gases supersolares. La materia electrónica es la etapa eléctrica de la diferenciación de materiales, seguida de la materia subatómica que existe en los soles calientes.
Podemos continuar con los átomos destrozados que se encuentran en los soles enfriándose por el espacio, la materia ionizada, los átomos individuales despojados de sus electrones, por la electricidad, el calor, los rayos X. Pero continuemos nuestra búsqueda, llegamos a la materia atómica, la sustancia química. etapa de organización elemental de las unidades moleculares que son visibles, la materia radiactiva que ha desorganizado los elementos pesados, y finalmente la materia colapsada que se encuentra En el interior de soles fríos o muertos, en esta materia queda poca actividad electrónica y su velocidad de rotación se reduce considerablemente.
El calor es la medida de la actividad electrónica, el frío es el resto relativo de energía.
Bajo ciertas condiciones de temperatura, se manifiesta velocidad circular o de rotación, presión gravitacional y comportamiento antigravitacional.
La integridad de la materia está garantizada por el hecho de que la energía sólo puede absorberse o emitirse en cantidades exactas llamadas cuantos, la cantidad de energía absorbida o liberada durante un cambio de posición de los electrones es siempre un cuanto.
La excitación de los contenidos del espacio produce una reacción ondulatoria al paso de partículas de materia que se mueven rápidamente.
La interminable confusión que acompaña a la observación de la mecánica ondulatoria de los cuantos se debe a la superposición de ondas de energía.
Cada galaxia es un cúmulo de espacio geográfico que comprende una porción de la creación habitada en el universo.
Es la desaceleración del electrón lo que proporciona las diferentes formas de rayos X.
Las propiedades físicas de la materia dependen de la velocidad de rotación de los elementos que la componen, de su número, del tamaño de los que giran, de su distancia al cuerpo nuclear o del contenido espacial de la materia. La estabilidad de un átomo depende del número de neutrones eléctricamente inactivos en el núcleo central, el comportamiento químico depende enteramente de la acción de los electrones que giran alrededor del núcleo.
La creación de la energía y la concesión de la vida son prerrogativas del Padre Universal y de sus personalidades Creadoras asociadas. El río de energía y de vida es una efusión continua de las Deidades, es la corriente universal y unida de la fuerza paradisiaca que sale hacia todo el espacio. Esta energía divina impregna toda la creación. Los organizadores de la fuerza inician los cambios y establecen las modificaciones de la fuerza espacial que se traducen en energía; los directores del poder transmutan la energía en materia; y así nacen los mundos materiales. Los Portadores de Vida inician en la materia muerta los procesos que llamamos vida, la vida material. Los Supervisores del Poder Morontial cumplen igualmente su misión en todos los reinos de transición entre los mundos materiales y los mundos espirituales. Los Creadores espirituales superiores inauguran procesos similares en las formas divinas de la energía, y se originan las formas espirituales superiores de la vida inteligente. (LU 42:1.5)
La existencia de formas preelectrónicas de la materia está indicada por los dos pesos atómicos del plomo, el plomo de formación original pesa un poco más que el plomo producido por la desintegración del uranio por medio de la demanda de radio, la diferencia de peso atómico representa la pérdida real de energía en la demolición del átomo. Creo que si no hubiera energía potencial en reserva, los átomos no podrían durar miles de millones de años.
La radiación es la piedra angular del descubrimiento, los rayos ultravioleta tienen diversas producciones mecánicas, la luz visible del sol es luz blanca, los rayos infrarrojos nos indican la ralentización de la actividad electrónica, el calor se vuelve soportable, las ondas terrestres son canales para las retransmisiones televisivas.
La excitación del contenido del espacio produce una reacción ondulatoria al paso de partículas que se mueven rápidamente.
Una de las causas de la radioactividad de los átomos destrozados puede corregirse acelerando su velocidad de rotación y llegar a comportarse en parte como si estuvieran dotados de antigravedad, pero, sin intervención, no pueden alcanzar la velocidad crítica en la que se encuentran. perderían su individualidad y volverían a la etapa de energía de poder que haría desaparecer la radioactividad material. Las partículas positivas de radio vuelan por el espacio a una velocidad de 16.000 km por segundo, las partículas negativas no están lejos de la velocidad de la luz.
Para concluir, es importante decir que la salvación para todos consiste en espiritualizar la conciencia moral, que adquiere así un valor de supervivencia. Cuando, en este inmenso universo material, tenemos la oportunidad de tener un yo en conciencia, rechazar esta oportunidad sería la inconsciencia suprema y absoluta.
Simón Orsini