© 2011 Fundación Urantia
¿Cómo puedo responder brevemente a esta pregunta, cuando las enseñanzas de El libro de Urantia han sido una realidad viva diaria dentro de mí? Llevo empleándolas en mi servicio espiritual diario a mis hermanos durante casi 11 años. ¡El libro ha sido una bendición asombrosa!
Cuando supe de El libro de Urantia, mientras estaba todavía implicado en la escuela Fourth Way, una escuela de conciencia, sentí inmediatamente que el contenido de este libro daría las respuestas a todas mis preguntas existenciales y mucho más. Y así fue; tanto que, para mí, se convirtió en el libro del «¡vaya!». Una página tras otra me fue llenando de asombro, desde la naturaleza de Dios nuestro Padre, hasta la última página del libro, donde se explica el mayor desafío del hombre en la tierra.
A lo largo de ese mes y medio que me llevó la primera lectura del libro, me sumergí cada día desde por la mañana hasta última hora de la noche en las enseñanzas de El libro de Urantia, conectando las piezas del puzle cósmico. Y, a través de ese periodo, me tocó la gracia de Dios cuando Él permitió sentirle con todo mi ser y me hizo percibir que Él era y es verdaderamente mi Padre, nuestro Padre Universal, una persona con la que puedo relacionarme persona a persona. ¡Vaya! Y no solo Él es mi Padre, sino que su Divina Presencia, una guía perfecta, un fragmento de Él mismo, está dentro de mí, vive dentro de mí de manera que podamos ser finalmente uno. ¡Vaya!
Que nuestro Padre continúe bendiciéndoles en abundancia.
Guy Peron, Quebec (Canadá)
Nuestros días a menudo están llenos de actividades necesarias: familia, trabajo, juegos. Parece que estamos bombardeados con el estruendo de lo multimedia (que nos distrae) y que se supone que nos mantiene «informados». Sí, hay mucho de lo que ser consciente y con lo que permanecer alerta. Sí, gente muy, muy ocupada (y un planeta muy, muy ocupado)
«Urantia se estremece actualmente al borde mismo de una de sus épocas más asombrosas y apasionantes de reajuste social, de reanimación moral y de iluminación espiritual.» LU 195:9.2
A medida que esta época asombrosa se despliega ante nosotros, con su energía intensificada, se me hace evidente que debemos buscar con determinación lo que parece esquivo: la calma, la tranquilidad.
Esta quietud (esta «tranquilidad») es esencial para nuestro crecimiento personal. «La meditación tranquila…» LU 136:3.3, «a orar…en medio de los tranquilos contornos…» LU 144:3.14, «…paz, permaneced tranquilos…» LU 151:5.5, «…un periodo de tranquilidad y descanso…» LU 156:1.3. Además, nuestra misión como estudiantes e instructores de la verdad, la belleza y la bondad que abrazamos tiernamente en las enseñanzas de El libro de Urantia, es hacer las cosas de manera tranquila.
Se nos recuerda esto repetidamente, como se muestra en los siguientes extractos: «El plan del Maestro de enviarlos a trabajar de una manera tranquila y personal…» LU 138:2.10, «…dedicarse a los asuntos de su Padre de la manera más discreta y menos espectacular…» LU 138:6.5, «Jesús había proyectado una tranquila campaña misionera…» LU 138:7.1, «…meses de trabajo apacible… una gran prueba para los apóstoles» LU 138:9.2, «Sus esfuerzos fueron principalmente de naturaleza más tranquila y personal…» LU 141:8.2, «…efectuar algún trabajo discreto…» LU 144:0.3.
A medida que contemplamos el despliegue de la vida en Urantia, esforcémonos por alcanzar y abrazar la influencia tranquilizante y próspera del Tranquilo. ¡Que Dios les bendiga!
Evett Twyford, Illinois (EEUU)