El propósito del Consejo Asesor Cultural es facilitar la misión de la Fundación Urantia de difundir El libro de Urantia y sus enseñanzas por todo el mundo; mejorar la conciencia cultural, la compasión y la sabiduría de nuestros esfuerzos de difusión; permitir que los miembros del consejo se familiaricen con la Fundación Urantia (su misión, visión y valores); fomentar la colaboración entre los miembros del consejo y la Fundación para apoyar a los lectores en sus respectivas culturas; y facilitar las relaciones y el entendimiento mutuo entre los miembros del consejo.
Durante el primer mandato de dos años, los asesores representaron a Taiwán, Polonia, Colombia y Brasil. Asistieron a reuniones trimestrales para conocer diferentes aspectos y programas de la Fundación Urantia. Además, cada uno de ellos hizo una presentación al consejo describiendo la historia, la cultura y los avances que el libro está haciendo en su país.
Todos los participantes coinciden en lo beneficiosa que ha sido la experiencia. Hemos invitado a nuestros consejeros actuales a unirse a los nuevos miembros en el próximo segundo mandato asistiendo a nuestras reuniones. De este modo, el consejo crece y mantiene la continuidad.
A continuación figura una lista de las cinco cosas más importantes que nuestros consejeros aprendieron y obtuvieron al participar en el consejo.
¶ Stephy (Yi-Hsuan) Hsu, de Taiwán, actualmente residente en Nueva York
He aprendido a apreciar la pasión y la dedicación de los lectores de El libro de Urantia.
Compartir la cultura taiwanesa y aprender de otros miembros del Consejo me inspiró y fomentó el aprecio mutuo por el intercambio cultural.
Disfruté conectando y estableciendo contactos con una comunidad mundial de individuos entusiastas de El libro de Urantia.
Debatir y participar en los talleres me permitió comprender más profundamente las enseñanzas del libro, lo que me llevó a una mayor comprensión espiritual.
Mi experiencia con el CAC me dio un sentido más profundo de mi propósito.
¶ Krystyna Wardega-Piasecka, de Polonia, que actualmente vive y trabaja en Noruega
La gente de la Fundación Urantia es cálida y amable; no es una institución fría.
Ninguno de nosotros puede comprender plenamente la nación o cultura de la que procede.
Aprendí algunas posibles razones de la falta de confianza mutua de los polacos y cómo esto probablemente ha llevado a una idea equivocada de Polonia en otros países.
Revisar los puntos de vista culturalmente arraigados mediante la conversación, observación y exploración es un paso importante en el propio desarrollo.
Todos deberían tener la experiencia de conocer otras culturas y su percepción del contenido de El libro de Urantia.
Comprendí el funcionamiento interno de la Fundación y sus esfuerzos por preservar y dar a conocer la revelación.
Comprendí mejor el trabajo de las distintas organizaciones relacionadas con Urantia.
Me hice más consciente del trabajo que realizan los lectores de Urantia en Colombia.
El trabajo con el CAC confirmó la importancia de los grupos de estudio de Urantia.
Tomé conciencia de los esfuerzos que realizan las distintas culturas para dar a conocer la revelación, y de algunos retos comunes que surgen de esos esfuerzos.
Aprendí más no solo sobre el trabajo externo, sino también sobre el pensamiento que rige las decisiones y acciones de la Fundación.
Comprendí la complejidad del proceso de publicar el libro en distintas lenguas manteniendo la fidelidad al texto original.
Mi comprensión creció a través de las interacciones con personas de otros países y culturas, y aprendí sobre las dudas y dificultades que pueden surgir cuando se trabaja para conseguir colaboradores, recursos financieros y en la difusión de El libro de Urantia.
Me di cuenta de que, por mucho que hayamos conseguido ya en términos de difusión en Brasil, estamos lejos de haber terminado nuestro trabajo; queda mucho por hacer.
De cara al futuro, tengo curiosidad por ver cómo utilizará la Fundación la iniciativa del CAC para profundizar su relación con las asociaciones locales.