© 2004 K. Richard Keeler, Memo Z., Algimantas Jokubenas
© 2004 Fundación Urantia
«A pesar de todos los conceptos que conciernen la inmutabilidad de la Deidad, el hombre percibe que vive en un universo de cambio constante y crecimiento experiencial.» LU 104:3.2
Durante los pasados seis meses estos ciclos de crecimiento experiencial han afectado a la Fundación Urantia, ya que hemos experimentado cambios significativos en nuestra dirigencia y en el personal. El cambio y crecimiento son normales, y la Fundación permanece fiel a su misión y propósitos.
Cada tres años la Junta de Fideicomisarios elige a sus funcionarios. En abril el fideicomisario Seppo Kanerva fue electo como el nuevo presidente de la Fundación y Georges Michelson-Dupont fue reelecto como vicepresidente. Además, Mo Siegel y Gard Jameson fueron reelectos como secretario y tesorero respectivamente.
Richard Keeler, el presidente saliente, creyó que serviría mejor a la Fundación si daba un paso al costado permitiendo a otro fideicomisario asumir los deberes de presidente. Richard declinó ser nominado para la reelección, sin embargo permanece en la Junta como activo y vigoroso fideicomisario. La Fundación Urantia está muy agradecida a Richard por su liderazgo, fortaleza, lealtad y dedicación que han permitido a la Fundación mantener el curso firme, y le damos la bienvenida a Seppo apoyándolo a enfrentar los nuevos desafíos y deberes.
Richard Keeler se convirtió en el presidente de la Fundación en 1997. Durante sus seis años de liderazgo han habido muchos logros notables, incluyendo un incremento significativo en el número de traducciones de El libro de Urantia y el desarrollo de una red internacional que permite la publicación, distribución y diseminación en muchos países. Richard también procuró el entendimiento y la reconciliación entre diferentes grupos de lectores de El libro de Urantia, y realizó muchos viajes para mostrar el interés de la Fundación por promover actividades en diversas latitudes. Como gerente de traducciones de la Fundación y anterior gerente de los Representantes alrededor del mundo, Seppo Kanerva, hizo importantes contribuciones en la producción de traducciones y estimuló el interés por las enseñanzas en el ámbito internacional. Al igual que Richard, él está comprometido a promover la buena voluntad entre los lectores y a curar viejas heridas.
La ex Directora Ejecutiva Tonia Baney renunció el pasado enero para regresar, junto con su esposo Steve, a su hogar en Maui, Hawai. Ella sirvió durante siete años y medio, durante los cuales llevó a la creación e implementación de un extensivo plan de negocios y mercadotecnia que contribuyó a incrementar las ventas del libro y proyectó a la Fundación dentro de un marco multinacional. Ella condujo al personal con sensibilidad y habilidad. Su visión de posibilidades futuras la llevó a organizar el Proyecto Mateo; un equipo de voluntarios que trabajan para elevar el perfil de la Fundación entre los lectores y atraer los fondos necesarios que permitirán que El libro de Urantia y sus traducciones estén disponibles por todo el mundo.
Mindy Williams sirvió como Gerente de Asuntos de la Oficina durante cuatro años, asistiendo hábilmente en los complicados asuntos legales del trabajo de la Fundación, asumiendo también otros varios deberes. Inmediatamente después de la partida de Tonia, Mindy se desempeño con entusiasmo durante varios meses como la Gerente General de la oficina de la Fundación en Chicago, pero en mayo pasado ella y su esposo Allen decidieron regresar a la Florida.
Extrañaremos a Tonia y a Mindy, y les deseamos grandes éxitos en sus nuevos - y más cálidos - alrededores. En forma interina, Jay Peregrine ha asumido el rol de gerente de la oficina hasta tanto los fideicomisarios elijan y designen un nuevo gerente general.
Es con gran placer que acepto la oportunidad de servir a la revelación como el nuevo presidente de la Fundación Urantia. Agradezco a mis colegas por su confianza en mí y haré lo mejor que pueda para cumplir esta imponente tarea. En mi primer declaración a los lectores del Urantian News como presidente, deseo enfocarme en algunos asuntos que considero esenciales.
Primero que nada, deseo expresar mi gratitud a mi predecesor, Richard Keeler, por su inmensurable contribución al bienestar de la revelación. Durante la presidencia de Richard, la expansión de las actividades de la Fundación y el progreso de ta revelación en todos los continentes se consolidaron como hechos innegables e irreversibles. Debido a las muchas traducciones de El libro de Urantia, el carácter internacional de la Fundación y el movimiento de lectores ganaron fuerza, y se consolidaron como hechos innegables e irreversibles también. Sé que durante su período al frente de la organización, Richard trabajó devotamente en pos de varias metas que yo aplaudo y comparto: el bienestar de la revelación, la implementación de la Declaración de Fideicomiso, la preparación de traducciones de El libro de Urantia a la mayor cantidad de idiomas posibles, la protección de la revelación en contra de violaciones; protegiendo los derechos de autor y las marcas de servicio registradas, el mantenimiento de la impresión del libro a perpetuidad, el crecimiento y progreso evolutivos de las actividades de la Fundación y del movimiento en su conjunto, la internacionalización del mismo, y la solidificación y estabilización financiera de la Fundación.
Haré mi mayor esfuerzo por promover y trabajar por todas estas metas y objetivos como miembro de un equipo y con la colaboración de mis colegas fideicomisarios, el personal de la Fundación, las oficinas y los representantes, los miembros de la AIU, los voluntarios y aquellos que nos apoyan, y todos los dedicados lectores de El libro de Urantia. Hay también muchas otras necesidades esenciales que requieren de nuestros constantes y activos esfuerzos, tales como estabilidad financiera adicional para la Fundación Urantia, el fortalecimiento de su estructura, la superación de divisiones entre grupos de lectores de El libro de Urantia, y el fomento de la cooperación individual y colectiva con nuestros amigos superhumanos a fin de producir el renacimiento espiritual de toda la humanidad, a través de la puesta en práctica de la revelación por todo el mundo.
Deseo y espero hacer la voluntad del Padre, compartiendo este deseo con todos los demás creyentes y religionistas dedicados. Este deseo es la base para nuestros esfuerzos conjuntos. A medida que vamos avanzando, creo que es el deseo del Padre que estemos de buen ánimo y tratando siempre de dar lo mejor de nosotros mismos, permaneciendo al mismo tiempo firmes en nuestra devoción y compromiso con la verdad. A fin de implementar y servir a la revelación contenida en El libro de Urantia - siendo ésta una parte importante del plan del Padre para la evolución humana que tan recientemente ha llegado a nosotros para iluminarnos e inspirarnos - debiésemos usar las mentes con que Dios nos ha dotado a fin de ejercitar la misericordia, el perdón, la tolerancia y la justicia.
Durante los seis años en que serví como presidente, me esforcé en promover la unidad espiritual. Me doy cuenta que los reveladores también enfatizan la diversidad, la imaginación y la libertad espiritual creativa. Pero unidad espiritual Bunidad de propósitoB no requiere de uniformidad de creencia, mucho menos uniformidad en los arreglos institucionales. La Comisión de Seres Intermedios afirma que cuando Jesús y los apóstoles estaban cruzando por el norte de Galilea, el Maestro dijo:
«La religión del espiritu requiere tan solo unidad de experiencia - uniformidad de destino- permitiendo la plena diversidad de la creencia. La religión del espiritu requiere solamente uniformidad de discernimiento, no uniformidad de punto de vista ni de opinión. La religión del espiritu no exige uniformidad de puntos de vista intelectuales, tan solo unidad de sentimientos espirituales. Las religiones de autoridad se cristalizan en credos sin vida; la religión del espiritu crece en el regocijo y libertad en aumento en las acciones ennoblecedoras de servicio amante y ministración misericordiosa.» (LU 155:6.9)
El énfasis que pone Jesús en el servicio amoroso es un vívido recordatorio de los desafíos que confrontan tanto la Fundación como todos los lectores de la revelación. Sí, debemos continuar llevando adelante las siempre presentes tareas de la Fundación por publicar, traducir y preservar el texto. Pero estoy convencido que los lectores de la revelación deben encontrar también formas más imaginativas, eficientes y amorosas, de trabajar juntos, mientras que también buscamos promover el crecimiento espiritual en el mundo, un más amplio, más profundo y más sincero respeto a la paternidad de Dios y la hemandad de los hombres.
Después de todo, los reveladores no trajeron sus enseñanzas simplemente para darles algo que hacer a impresores y libreros. El desafío real es el de producir cambios de trascendencia epocal en la forma en que los hombres y mujeres piensan, viven y se tratan los unos a los otros. Como nos dice un Consejero Divino: «La afectuosa dedicación de la voluntad humana a hacer la voluntad del Padre es el regalo más selecto que el hombre puede hacer a Dios.» (LU 102:6.7) Y como dijo el Maestro: «Si amáis a vuestros semejantes como yo os he amado, todos los hombres sabrán que vosotros sois mis discipulos» (LU 102:6.7). Esta profunda elevación espiritual inspirará a la humanidad y nos ayudará a terminar la muy retrasada tarea pendiente; así como partes importantes del plan del Padre para Urantia que han sido retrasados en gran medida debido a la traición de Caligastia y la falta de Adán y Eva.
Mientras me desempeñé como presidente, el interés por la revelación en otras regiones del mundo se amplió substancialmente. Por ejemplo, la Asociación Internacional Urantia (AIU) opera ahora en 17 países, y la Fundación está vendiendo considerablemente más ejemplares de las seis traducciones publicadas, que del texto original en inglés. La revelación no es aún un movimiento global, pero nos estamos acercando a ese punto.
En unos cuantos años la Fundación tendrá disponibles siete traducciones más (estoniano, alemán, italiano, lituano, portugués, rumano y sueco). También hemos comenzado a trabajar en las traducciones al chino, indonesio, japonés y otros seis idiomas, pero llevará tiempo considerable completar estos proyectos.
Como presidente de la Fundación, procuré expandir el círculo de lectores comprometidos que ayudan con tareas específicas y también realizan otras invaluables contribuciones en tiempo y recursos. Por ejemplo, desde 1999 los miembros del Proyecto Mateo han estado ayudando a la Fundación a desarrollar planes mejorados para recolectar fondos y aumentar la base de donantes de la Fundación.
En septiembre pasado animé a la Junta de Fideicomisarios a considerar incrementar sus reservas de sabiduría invitando a consejeros experimentados a nuestras reuniones trimestrales. Desde entonces se han nombrado cuatro Fideicomisarios Asociados de la Fundación (Carolyn Kendall, Jane Ploetz, Nancy Shaffer y Kathleen Swadling) y dos Fideicomisarios Eméritos (Patricia Mundelius y Neal Waldrop), quienes han dado su apoyo y ayuda a los Fideicomisarios con la carga de trabajo. Y espero que sigamos beneficiándonos de su discernimiento y energía durante los años por venir.
No estoy dejando la junta, simplemente estoy cambiando de posición.
Antes de hacer algunas observaciones personales, quisiera felicitar de todo corazón a la Escuela por Internet del Libro de Urantia (UBIS); un novedoso emprendimiento que surgió a la vida durante los pasados años gracias a la iniciativa y el esfuerzo de Dorothy Elder. También me complace elogiar el discernimiento, la dedicación y las contribuciones de Tonia Baney, quien sirvió durante siete años y medio como la Directora Ejecutiva de la Fundación, y quien ahora ha retornado a una menos tumultuosa vida en Hawai, donde residía anteriormente.
En nuestras publicaciones y tradiciones procuramos mantener un fuego ardiente de bienvenida al que puedan venir todos aquellos que quieran calentarse y renovar su devoción a la voluntad de El Gran Espíritu, nuestro Padre Celestial.
A lo largo de mis 62 años en Urantia he recolectado algunas verdades de mis ancestros amerindios, quienes pertenecieron a la nación de los nativos americanos Cherokee. Al dejar la presidencia de la Fundación Urantia, el recuerdo de dos tradiciones vienen a mi mente.
El Fuego Central. Cuando los nativos americanos establecían un campamento o villa, encendían un fuego en la choza principal y lo mantenían ardiendo día y noche, nunca dejaban que se apagara. Todos los demás fuegos surgían de ese fuego central. Si alguna hoguera particular se apagaba, la madre de esa familia encendía una antorcha en el fuego principal y lo llevaba de regreso a su choza.
De hecho, eso es lo que tratamos de hacer en la Fundación Urantia. En nuestras publicaciones y tradiciones procuramos mantener un fuego ardiente de bienvenida al que puedan venir todos aquellos que quieran calentarse y renovar su devoción a la voluntad de El Gran Espíritu, nuestro Padre Celestial. Todos nos calentamos frente a fuegos que no hemos creado y bebemos de pozos que no hemos construido.
La Pluma del Águila. Varios grupos del hombre rojo mantenían la tradición de que cuando un jefe completaba su término, le entregaba a su sucesor una pluma de águila para ser usada en su cabellera o en el penacho.
Así que ahora, en espíritu, paso una pluma de águila a mi amigo y colega Seppo Kanerva, el nuevo presidente de la Fundación Urantia. Ojalá la lleve en serenidad espiritual, paz y con el amor de Dios y de los hombres. Que también mantenga en alto la herencia de sus predecesores, y que cuando llegue el momento, pueda a su vez pasar a su sucesor la pluma simbólica del noble águila.
Memo Z.
La Fundación Urantia anuncia con sumo placer que los traductores han completado el trabajo de Il Libro di Urantia, la traducción italiana de The Urantia Book, y que en preparación para su publicación, el texto está siendo formateado actualmente. Un grupo de voluntarios comenzaron el proyecto en 1987, y en 1995 la Fundación comenzó a auspiciar el esfuerzo. Cuatro años más tarde, los traductores terminaron el primer borrador, y desde entonces han estado puliendo y refinando el texto.
Le extendemos nuestras profundas felicitaciones al equipo de traductores italianos y les agradecemos por los años de dedicación y perseverancia. La traducción finalizada es en verdad un tributo viviente al difunto Giuseppe Zecchinato, quien lideró las fases iniciales del proyecto, pero quien desgraciadamente falleció mientras éste estaba aún en progreso.
Los traductores italianos trabajaron por amor a la revelación, sin recibir paga alguna, pero la Fundación Urantia debe solventar los costos de publicación. Hacemos un llamado a la generosidad de los donantes para que los millones de amantes de la verdad hablantes del idioma italiano que existen en el mundo puedan leer la revelación en su propia lengua.
Cedemos ahora la palabra a Memo Zago, el jefe de traductores, para que nos cuente la historia desde su propia perspectiva.
por Memo Z.
Conocí a Giuseppe Zecchinato durante los años 80. Él me contó acerca del libro de Urantia y rápidamente descubrí que estaba profundamente interesado en saber más. Entonces él me facilitó seguir con la lectura y comencé con la «La vida y las enseñanzas de Jesús», a partir de la edición original en francés.
Las historias resultaban intrigantes y sentí la urgencia de adquirir la edición completa en francés. Luego de leer todo el libro, decidí traducir el texto en mi propio idioma italiano. Cuando terminé algunos documentos se los di a Giuseppe y le pedí su apreciación. Al poco tiempo después, ambos decidimos intentar la traducción desde el inglés. Con mucho trabajo y luego de superar varias dificultades pudimos traducir unos cuarenta documentos, cuando la tarea se vio totalmente interrumpida a raíz que Giuseppe cayó seriamente enfermo. Parte de las consecuencias de su enfermedad fue que quedó prácticamente ciego.
Luego de un tiempo decidí continuar con el esfuerzo de traducción. Traducía del inglés pero también tenía la traducción en francés a la mano como herramienta de referencia. Después visitaba a Giuseppe todos los sábados y compartía mi trabajo con él, (esto era fácil de realizar ya que ambos vivíamos en Verona.)
Yo le leía la nueva traducción a Giuseppe, quien no podía leer nada a raíz de su deteriorada vista. Luego de discutir lo que le leía en voz alta, nos poníamos de acuerdo sobre las correcciones que debían ser realizadas.
Esta forma de trabajo fue extremadamente lenta. Basado en la impresión de lo que oía, Giuseppe consideró que el texto era lo suficientemente bueno para ser publicado, y en 1999 le informó a la Fundación que la traducción podría ser impresa para el año 2000. Yo pensaba que habíamos hecho un buen trabajo, pero que debíamos chequear la traducción por un experto en el idioma inglés, y le transmití estas inquietudes al Fideicomisario Georges Michelson-Dupont.
Al poco tiempo falleció Giuseppe. Entonces Seppo Kanerva, el Director de los traductores, sugirió que considerara aceptar a Antonella Carrara como mi asociada en la revisión y pulido del texto italiano, desde entonces ella ha sido una voluntariosa colaboradora. Ella a su vez reclutó a su amigo Salvatore Frustaci, otro experto en el idioma inglés.
Ésta era la situación en el año 2001, y desde ese entonces a la fecha, Antonella, Salvatore y yo hemos trabajado juntos en equipo. Ellos me enviaban sus propuestas de modificaciones y mejoras y yo en general aceptaba sus sugerencias, y me sentía sumamente agradecido a ambos. He revisado el texto italiano tres veces, siempre realizando algunas correcciones aquí y allá, eliminando las imperfecciones. Finalmente el 27 de mayo, hemos considerado el trabajo terminado. ¡La traducción al italiano estaba realmente terminada!
Le doy gracias a Dios por haber conocido a Giuseppe Zecchinato. Le doy gracias a Dios por haberme inspirado para trabajar en el proyecto de traducción utilizando el texto francés y el inglés. Le agradezco especialmente por haberme dado la energía física y mental para persistir durante todos estos años, superando innumerables dificultades que parecían impedir la concreción de esta inmensa tarea. Le agradezco porque ahora podemos ver el resultado, la primera edición de Il Libro di Urantia.
Algimantas comenzó el proceso en 1994 realizando presentaciones sobre aspectos selectos de la revelación. Al poco tiempo se sintió poco satisfecho con ello y comenzó a leer página tras página de su propio manuscrito. Al principio no tenía la intención de traducir el libro entero, pero cuando se acercó a la página 1500 se dio cuenta que realmente sí podía hacerlo.
El Sr. Jokubènas realizó la mayor parte de su trabajo en tinta y papel, pero en 1998 la Fundación lo proveyó de un computador, y desde mayo de 1999 hasta abril de 2003 se le otorgó un modesto estipendio mensual. Su jornada de diez años ha sido intensa e inspiradora, y él está claramente complacido en haber servido al propósito de Dios. Ustedes podrán percibir su entusiasmo en cuanto le otorguemos la palabra.
¡Muy bien, Algimantas, tu turno!
por Algimantas Jokubènas
Al comienzo de la década de los 90 , estaba trabajando para la radio y TV lituanas como director de Relaciones Exteriores y del Departamento de Programa Comercial y también como analista político. Cuando el 13 de enero de 1991 las tropas soviéticas ocuparon las oficinas centrales de la radio y la TV, miles de personas se agruparon en vigilia alrededor del Parlamento para defenderlo de los tanques soviéticos. A raíz de haber estado activamente involucrado en un movimiento político que respaldaba la independencia de Lituania de la anterior Unión Soviética, mi familia y yo estábamos en la lista de periodistas que serían apresados una vez que los soviéticos lograran el control total.
Durante esa época comencé a buscar profundamente las causas de todo lo que estaba pasando en mi país, lo que me llevó a reflexionar sobre cuestiones espirituales en lugar de simples pensamientos materiales. El 13 de enero de cada año, las personas venían al Parlamento y se reunían alrededor de fogatas para conmemorar los eventos de 1991. En una de estas ocasiones en el año 1994, algunos de los periodistas de nuestra compañía de TV estábamos charlando sobre los acontecimientos del pasado reciente, y yo dije que no tenía sentido que alguien tratase de ocupar las oficinas de la TV o el Parlamento ya que eran tan sólo objetos materiales, que debería de haber cosas más elevadas que nadie pueda destruir, algo espiritual. Una mujer me dijo que ella tenía un libro en inglés que hablaba de esas cosas y que estaría feliz de dármelo.
Un par de meses más tarde estaba sosteniendo en mis manos un ejemplar de The Urantia Book. Leí la primer página y creí en cada una de las palabras, ya que lo que decía parecía todo muy obvio y muy claro. Pero la página siguiente era una confusión total, no podía entender nada. Busqué todas las palabras desconocidas, pero aún así no pude comprender lo que significaban. Luego de meditar en lo que debería hacer, decidí seguir leyendo.
Cuanto más leía, más puede entender la forma sistemática de ver la realidad, y esto me llevó a seguir avanzando en la exploración del Libro de Urantia. Eventualmente comencé a sentir que la información contenida en el libro estaba respondiendo a las preguntas que había estado haciendo a diferentes personas y que éstas no me habían podido responder.
Cuando estaba casi terminando con la lectura de todo el libro, comencé a sentirme un poco triste de que pronto no iba a tener más para leer. Deseé que hubiese mucho más, pero también tomé conciencia de que yo no tenía derecho a guardar toda esa información tan importante sólo para mí. Entonces fui a ver al editor en jefe de un periódico y le mostré El libro de Urantia, y le ofrecí escribir una serie de artículos sobre él. Pero dijo que no. Finalmente pensé en dirigirme directamente a las personas y decidí visitar la llamada Casa de los Maestros, que estaba auspiciando funciones culturales y una variedad de lecturas.
Hablé con el director de esa institución y le describí mi idea para iluminar a las personas. Él apoyó la iniciativa y me ofreció un cuarto, pero me dijo que tenía que buscar mi propia audiencia. Como forma de publicitarme visité a diferentes disertantes que estaban presentando sus temas e hice breves presentaciones sobre El libro de Urantia, y luego invité a las personas a participar de mis charlas.
Di mi primera presentación a mediados de febrero de 1995 , y en total unas doscientas a trescientas personas estuvieron participando de mis clases. Al preparar mis charlas me di cuenta de que al parafrasear ideas del libro en mis propias palabras podría estar confundiendo a mi audiencia por haber quizás malinterpretado el texto. Por lo que decidí tomar notas y usarlas durante mis clases, pero eso tampoco era perfecto. Mis notas podían incluir errores de interpretación o equivocaciones. Este razonamiento me llevó a traducir algunos de los pasajes y leerlos en la sala de clases. Durante los primeros tres o cuatro meses desarrollé la siguiente forma de trabajo: cada semana traducía la mayor cantidad de pasajes que pudiese leer durante dos horas. Yo no tenía la idea de traducir el libro como un todo; pero luego de un tiempo me di cuenta de que los pasajes que omitía eran tan importantes como los que sí leía en voz alta. Entonces decidí traducir páginas del libro sin saltearme ningún párrafo, y terminar la cantidad de hojas que pudiese leer en el transcurso de dos horas. Aún no tenía la idea de traducir todo el libro, y me hubiese asustado tan solo en pensarlo. Tenía un solo pensamiento: traducir cada semana todo lo que pudiese leer durante las dos horas del viernes.
No tenía computador, así que gasté unas cuantas lapiceras y lápices. Luego de traducir unas mil hojas, comencé a pensar «que sería bueno tener la totalidad del Libro de Urantia en lituano, así muchas personas podrían leerlo en su idioma materno en lugar de simplemente escucharme a mí leyendo en voz alta». Cuando llegué a las casi mil quinientas páginas, me di cuenta que este trabajo podía convertirse en una traducción completa. El océano ya no parecía tan ancho, y estaba comenzando a ver la otra orilla.
Desde ese punto en adelante, comencé a sentir una muy fuerte guía y ayuda desde mi propio interior. Esto me hizo recordar las lecciones de inglés en el colegio secundario cuando mis notas oscilaban entre satisfactorias e insatisfactorias, seguidas por mi esfuerzo personal durante las vacaciones de verano. Finalmente me inscribí en la universidad para estudiar inglés, luego me uní a un grupo recientemente formado de traductores que incluía no solo entrenamiento profesional en teoría y práctica de traducciones, sino también estudios profundos en gramática, sintaxis y estilo en lituano. Mirando todo esto retrospectivamente, me doy cuenta que no tenía idea de lo que estaba haciendo en la universidad, ya que mi plan original había sido el de convertirme en un oficial del ejército soviético. Pero Dios tenía otros planes para mí. Últimamente me he convencido que fue Dios el que estaba traduciendo El libro de Urantia en lituano, y que yo he sido simplemente su herramienta, una lapicera en sus manos. Y estoy encantado de haberle servido de esta manera, al igual que de cualquier otra.
Alabado sea el Señor y que la paz sea con vosotros, con amor fraterno, Algimantas.
La Fundación ha hecho un considerable progreso en su proyecto de colocar 4.500 ejemplares de la traducción al español de The Urantia Book en bibliotecas y otros centros claves de conocimiento por América Latina. (Estos libros son los que no cumplieron con los requisitos de calidad de empastado para ser vendidos en el comercio.) Según lo hemos informado anteriormente, hacer realidad este plan ha representado un enorme esfuerzo. Personal y Representantes de la Fundación Urantia y cerca de cincuenta voluntarios de México, Centro América y Sudamérica, han estado trabajando en este proyecto.
Hasta julio pasado, un total de 2.500 ejemplares de la traducción al español han sido colocados en bibliotecas, universidades, colegios y seminarios (entre otros). Setecientos libros se colocaron en México, 500 en Argentina, 420 en Colombia, 150 en Bolivia, 100 en Uruguay, 130 en Paraguay, 300 en Perú y 200 en Ecuador.
Los miembros de la Asociación Urantia Luz del Norte (NLUAC por sus siglas en inglés) decidieron unírsenos en el patrocinio de este proyecto, y queremos agradecerles de forma especial. Ellos han estado recolectando fondos en forma constante y enviándolos a la Fundación Urantia, representando su ayuda un rol crucial en la continuidad del proyecto.
Hacemos un llamado a los amigos de la Fundación Urantia y de los creyentes en la revelación, pues fondos adicionales son urgentemente necesarios aún. Más libros se encuentran ya en otros países de Centro y Sur América y están listos para ser distribuidos. Nuestros voluntarios están alineados y listos para la tarea, mientras que el Representante Itinerante de la Fundación continua con su exitoso recorrido por los más importantes centros de aprendizaje.
Esperamos que usted se nos una para asegurar el éxito de este proyecto de siembra de la revelación por los países de Latinoamérica. Usted puede enviar su contribución directamente a la Fundación Urantia en Chicago o, si vive en el Canadá, directamente a la NLUAC a la siguiente dirección: 12 Burley Avenue, Toronto, ON Canadá M4K 3Z6, teléfono +416-482-7115, website: www.ganid.org. (Asegúrese de indicar que está contribuyendo al Programa de libros de regalo de la traducción española.)
Reaching Out to Latin America
Copies of El Libro de Urantia Placed through July 2004
Conferencia Urantia 2004 — Del 28 de julio al 1º de agosto se llevó a cabo la conferencia internacional de la AIU «La Mente - Terreno de Elección», la cuál atrajo a más de 250 lectores de El libro de Urantia de todo el mundo a la Dominican University, ubicada en River Forest, un hermoso suburbio de la ciudad de Chicago. La conferencia fue auspiciada por la Asociación Urantia del Gran Lago Michigan. Los participantes tuvieron la oportunidad de recibir profundas presentaciones plenarias de 12 disertantes, pudieron elegir entre más de 50 talleres, conferencias, grupos de discusión, entretenimientos musicales por parte de grandes talentos y la posibilidad de hacerse cantidad de nuevas amistades y renovar las anteriores. Las reuniones de trabajo de los diferentes comités de la AIU previas al inicio de la Conferencia demostraron ser muy fructíferas, y ofrecieron a los dirigentes de las organizaciones la oportunidad de enriquecer las relaciones interpersonales, tomar importantes decisiones y debatir sobre estimulantes estrategias para la prestación de nuevos servicios.
Los jóvenes que participaron en esta conferencia fueron más que nunca, y le dieron una dimensión especial al evento. Alrededor de 35 fueron estos motivados buscadores que dedicaron su tiempo a las sesiones de estudio y también a recordar momentos pasados, profundizando las enseñanzas, conociéndose más entre ellos y a los participantes mayores.
Nueva asociación local — El domingo 22 de febrero de 2004, la asociación local número 26 se unió a la familia de la Asociación Urantia de los EE.UU. Se trata de la Asociación Hermandad Urantia de Arizona, a la que se le otorgó su licencia en la ciudad de Phoenix, contando con veintitrés miembros. Desde ese momento ya se sumaron dos nuevos miembros y el grupo se ha embarcado en el proyecto de colocar libros en todas las bibliotecas del estado.
La expansión Brasileña — A comienzo de este año la Asociación Urantia de Brasil superó su estatus como local y se convirtió en una asociación nacional. Contando actualmente con más de 100 lectores, la de Brasil es una de las más dinámicas organizaciones de la AIU.
La Fundación Urantia lleva publicando The Urantia Book por medio siglo y mantiene relaciones estables con firmas líderes, pero la industria editorial ha cambiado dramáticamente en los años recientes. Para mantener esas relaciones sólidas y asegurar que los productos que llevan el nombre de la Fundación Urantia sean de la máxima calidad así como que sean distribuidos de la mejor y la más económica forma posible, el personal de la Fundación participa periódicamente en ferias de libros tales como la Book Expo América, misma que se llevó a cabo entre el 2 y el 6 de Junio en el McCormick Place Convention Center de Chicago.
Dado que participaron casi todos los distribuidores, impresores y editores más importantes hoy día en el planeta, el personal de la Fundación estuvo sumamente ocupado durante esos tres días buscando nuevas oportunidades, afirmando las relaciones existentes y procurando otras. El stand de este año le permitió a la Fundación Urantia realizar valiosos contactos en América Latina que ayudarán a expandir el creciente mercado del Libro de Urantia. También fue posible explorar nuevos formatos de textos electrónicos, algunos sumamente innovadores. Uno de estos días se podrá encontrar cerca suyo con uno de esos textos de El libro de Urantia.
Noticias de la escuela de El libro de Urantia en el Internet
En junio la Escuela del Libro de Urantia por Internet (UBIS) completó su quinto año ofreciendo cursos a lectores alrededor del mundo. El primer curso en inglés comenzó en julio de 1999 y hasta junio del 2004 se han ofrecido un total de 49 cursos. Además un creciente número de lectores están ahora estudiando en finlandés, francés y español. Durante los primeros cinco años, han participado más de ochocientos lectores.
Para los miembros directivos del UBIS y los profesores / facilitadores que han trabajado juntos ofreciendo los cursos, estos cinco años han sido una provechosa oportunidad para obtener experiencia y trabajar en equipo. Durante los pasados dos años, el grupo ha desarrollado programas para entrenar maestros y mentores, incluyendo un manual para los nuevos profesores / facilitadores. En junio pasado estos dedicados voluntarios se reunieron en la oficina de la Fundación en Chicago durante un fin de semana para evaluar y planificar para el futuro, y ya sus ideas innovadoras están rindiendo frutos.
El 30 de agosto los lectores pudieron comenzar a inscribirse para los cursos que comienzan en septiembre (https://www.urantia.org/education/urantia-book-internet-school-ubis-newsletter. La Escuela invita a todos aquellos que comparten nuestro interés en las enseñanzas a participar de estas actividades de educación, extensión cultural, estudio y entrenamiento de profesores / facilitadores.
«El verdadero maestro mantiene su integridad intelectual tan sólo si sigue siendo un aprendiz». (LU 130:3.7)
En diciembre del 2003, la Fundación Urantia comenzó a ponerse en contacto con quienes la apoyan preguntándoles si estarían dispuestos a contribuir con un dólar por día. Si la Fundación recibiera esta suma de parte de un tercio de las personas cuyo nombre está en su registro de lectores, recabaría el dinero suficiente para solventar todo el trabajo que está siendo actualmente realizado, además de concretar nuevos proyectos para permitir que El libro de Urantia y sus enseñanzas estuviesen disponibles en la mayor parte del mundo. La Fundación tendría mayores recursos para actividades de educación, difusión, traducciones, libros de regalo y distribución mundial. (Menos del 5 % del dinero necesario para llevar adelante las tareas de la Fundación proviene de la venta de libros, más del 95 %, prácticamente todo el dinero, proviene de donativos.)
Muchos de ustedes pueden haber recibido ya el llamado de uno de los miembros de nuestra Junta de Fideicomisarios invitándolos a ser uno de estos fieles contribuyentes con quienes contamos para asegurar estabilidad financiera. Como respuesta, un gran número de lectores han autorizado a debitar de sus tarjetas de crédito la suma de 30 dólares cada mes a favor de la Fundación, acción que provee fondos constantes que permiten a la Fundación continuar con su trabajo.
Muchos lectores que se han unido al club Un Dólar por Día nos han contado que aunque tienen capacidades financieras limitadas, de todos modos pueden contribuir con un dólar por día Bespecialmente si se toman el trabajo de apartarlo cada día. Un lector nos contó que cuando vacía sus bolsillos al final del día, separa un dólar y lo pone en una jarrita. Muchos otros nos han dicho que esto es principalmente hacer una elección y asumir un compromiso de contribuir con su «granito de arena» para la revelación, y no significa realmente una cuestión de recursos financieros.
Si usted quiere asociarse al club Un Dólar por Día, ser aún más generoso, o incluso donar un monto menor, por favor háganos un llamado telefónico (+1-773-525-3319) o envíenos un e-mail a urantia@urantia.org. También puede visitar nuestra página Web urantia@urantia.org o ponerse en contacto con cualquiera de las oficinas de la Fundación en el mundo.
El 13 de abril, miembros del Proyecto Mateo y los fideicomisarios de la Fundación Urantia auspiciaron un encuentro en Santa Mónica, California. Sesenta lectores del área de Los Ángeles y otras localidades, desde Santa Bárbara hasta San Diego, pasaron juntos una agradable tarde compartiendo información, amistad y un refrigerio.
El Dr. Ralph Zehr, presidente del Proyecto Mateo, presentó una disertación muy inspiradora sobre «Las grandes oportunidades de la vida». Luego los fideicomisarios Richard Keeler y Gard Jameson junto con personal de la Fundación, expusieron sobre los temas de traducciones, publicaciones y programas de extensión. Para muchos de los presentes esta fue la primera vez que se reunían con otros lectores, y ésta es siempre una experiencia feliz, sobre todo porque se realizó de forma tal que los lectores nuevos del libro tuvieron la posibilidad de llevar a sus familias.
Luego de una cena informal, treinta y cinco de los participantes pasaran una cordial velada junto a sus nuevos amigos.
Helena Sprague fue una de las primeras lectoras en Nueva Inglaterra (USA) del recién publicado Urantia Book. El difunto William S. Sadler, Jr., entonces Vicepresidente de la Fundación Urantia y contacto de negocios del primer marido de Helena, Alexander Wall, vio que ella era una buscadora de la verdad. Helena se convirtió en socia a distancia de la Urantia Brotherhood (Hermandad Urantia) en 1966, y en junio de 1974 fue nombrada Representante Itinerante de la Brotherhood. Fue socia fundadora de la Sociedad Urantia de Connecticut Central en 1979.
En agosto de ese año fue electa como miembro del Consejo General, en el cual sirvió durante seis de los nueve años correspondientes, hasta que en abril de 1985 fue elegida como miembro de la Junta de Fideicomisarios de la Fundación Urantia. Durante el período en que le tocó ejercer sus funciones fue cuando nació un creciente malestar entre el nuevo presidente de la Junta y la dirigencia de la Brotherhood. El problema estaba relacionado con temas relativos a la separación de las funciones de cada organización; cada una había incursionado en áreas que no eran de su prerrogativa. Helena renunció en junio de 1989, junto con los fiduciarios Frank Sgaraglino y Gloriann Harris, precipitando una serie de eventos que culminaron en la escisión entre la Fundación y la Brotherhood.
Helena era oriunda de Washington DC., se graduó de la Universidad de Cornell y obtuvo una Maestría de la Universidad de Columbia. Fue docente en escuelas de Darien y de New Britain. Fue madre de dos hijos y una hija de su primer matrimonio, tenía dos nietos y un bisnieto. Vivía en Hartford junto con su amado esposo Sydney Sprague, compañero de 30 años, cuando se produjo su deceso a la edad de 87 años luego de una breve enfermedad.
David Glass ofreció el siguiente mensaje de despedida a esta admirada amiga de la comunidad urantiana: «Adiós Helena, que todas las bendiciones y alegrías sean tuyas en tu jornada hacia Dios. También celebramos tu admisión a los incomparables e indescriptibles reinos cuya hermosura está más allá de lo que ninguno de nosotros jamás se haya imaginado.»
La Fundación Urantia está buscando una persona calificada para ocupar la Dirección de la Oficina Internacional, una posición de tiempo completo en la oficina central de Chicago, Illinois, EE.UU. Ésta es el tipo de oportunidad que se da una vez en la vida para que una persona amante de la revelación tenga oportunidad de marcar la diferencia. Mientras que esta posición requiere excelencia organizativa y trabajo duro, su remuneración está en el alma y en el sentimiento de estar involucrado en una buena causa. Información sobre las responsabilidades del puesto y las calificaciones necesarias pueden ser obtenidas en http://www.urantia.org/news info/iom.html. Las solicitudes serán recibidas hasta el 30 de septiembre de 2004.
«Paz es la palabra con la que describo lo que encontré en El libro de Urantia después de tantos años de búsqueda» – República Dominicana
«He leído el libro completo una vez y estoy casi a mitad de camino en mi segunda lectura. En esta segunda vuelta se va tornando más fácil de leer y comprender. Debo decir que, en lo que a mí me concierne, este es el libro más grande que existe en todo Nebadon y Orvonton.» – Ontario, Canadá
«Soy afortunado en haber encontrado un libro tan interesante que contiene toda la verdad, la belleza y la bondad.» – Rawalpindi, Pakistán
«Encontré por primera vez El libro de Urantia en la biblioteca de mi localidad a finales de los años 60. Desde entonces pensé muchas veces en él, pero nunca poseí un ejemplar hasta hace poco. Es la única obra de este tipo que suena verdadera en todos los niveles. Gracias por sus servicios. Gracias a Dios, nuestro Padre y a su Hijo Micael por compartir esta verdad» – Wisconsin, EE.UU.