© 2016 William Cooper
© 2016 Fundación Urantia
De William Cooper (Texas, EEUU)
En la navidad de 1970, mi madre pasó unos días con nosotros en Dallas (Texas). Me dio El libro de Urantia porque le había impresionado. Durante los meses siguientes, leí algo de la naturaleza de Dios y a continuación algunos de los documentos de la vida de Jesús. Le leía a mi esposa, Kaye, y le preguntaba: ¿será verdad? ¿Podrían Dios y Jesús ser realmente tan maravillosos? Lágrimas de alegría se deslizaban a menudo por mis mejillas (y por mi sonrisa) mientras contemplaba lo que se decía de ellos. Desde entonces, Kaye y yo hemos llegado a confiar en el libro como espiritualmente verdadero. Creo que continuaríamos sintiéndonos de esta manera incluso si descubriéramos que no era exacto en los hechos científicos.
Desde el principio de exponernos a El libro de Urantia, Kaye y yo hemos tenido un interés especial en usar las lecciones que el libro nos ha enseñado para optimizar nuestra relación con Dios, Miguel, el Espíritu Santo y nuestra familia celestial.
Mucho ha cambiado para mejor desde que comencé a leer el libro. En 1972, hubo una oposición oficial a todo lo que atrajera la atención pública hacia el libro. Hubo incluso resistencia a traducirlo a otros idiomas. Hoy día hay entusiasmo por las traducciones y por los proyectos que implican una exposición pública del libro y de sus enseñanzas. ¡Qué tiempo tan maravilloso para vivir en Urantia – y ver desplegarse estos acontecimientos nuevos y milagrosos, y participar en la asombrosa empresa de los seres celestiales de corregir el curso de este planeta aplicando las enseñanzas de El libro de Urantia!
Son buenos tiempos para unirse a nuestra familia celestial en esta tarea. Hay muchas cosas que podemos hacer. Ya hay muchas actividades y organizaciones que trabajan para promover los principios de El libro de Urantia en el planeta. Necesitan voluntarios y fondos para cubrir necesidades que el voluntariado no cubre. Coordinar acciones alrededor de una causa en la que la gente cree puede dar como resultado que hagan pequeñas contribuciones económicas, se vuelvan activos y formen pequeños ejércitos de voluntarios. Este enfoque puede tener muchos efectos positivos en la diseminación de las enseñanzas.
Últimamente estoy intentando animar, con palabras y con fondos, esas actividades de El libro de Urantia que merecen la pena y que descubro. Busco actividades con las que estoy de acuerdo sustancialmente, pero no exijo estar de acuerdo en todos los detalles. Tenemos una oportunidad maravillosa. Rezo para que ni ustedes ni yo pongamos nuestro tiempo, nuestros esfuerzos y nuestro dinero en nuestro éxito social o económico mientras malgastamos la oportunidad de participar ahora mismo en la aventura de nuestra familia celestial de reclamar este planeta. Quiero mi pequeña parte de esa acción, y quiero que ustedes también tengan la suya. Hay aventuras que vivir al dar de manera regular servicio y ayuda económica. No es necesario que las aportaciones sean grandes o tengan un enorme efecto – siempre que haya suficientes.
Así que agárrense y no pierdan detalle. Es un viaje cósmico, pero el precio del billete es modesto.