© 1959 William S. Sadler
© 1961 Fundación Urantia
«No permitáis que la magnitud de Dios, su infinitud, obscurezca ni eclipse su personalidad. «Aquel que concibió el oído, ¿no oirá? Aquel que formó el ojo, ¿no verá?» El Padre Universal es la cumbre de la personalidad divina; él es el origen y el destino de la personalidad a través de toda la creación. Dios es infinito y personal; es una personalidad infinita. El Padre es verdaderamente una personalidad, a pesar de que la infinitud de su persona le coloca por siempre fuera del alcance de la plena comprensión de los seres materiales y finitos.» LU 1:5.1 Salmos 94:9.
«Dios es mucho más que una personalidad, tal como la mente humana entiende la personalidad; él es incluso mucho más que cualquier concepto posible de una superpersonalidad. Pero es totalmente fútil discutir estos conceptos incomprensibles de la personalidad divina con las mentes de las criaturas materiales cuyo máximo concepto de la realidad del ser consiste en la idea e ideal de la personalidad. El concepto más elevado posible del Creador Universal a que tiene acceso la criatura material está contenido dentro de los ideales espirituales de la idea exaltada de la personalidad divina. Por tanto, aunque vosotros podáis saber que Dios debe ser mucho más que el concepto humano de la personalidad, igualmente conocéis bien que el Padre Universal no puede de ningún modo ser nada menos que una personalidad eterna, infinita, verdadera, buena y bella.» LU 1:5.2
«La personalidad divina no es egocéntrica; la autodistribución y el compartir de la personalidad caracterizan la identidad divina con libre albedrío. Las criaturas anhelan la asociación con otras criaturas personales; los Creadores se sienten motivados a compartir su divinidad con sus hijos universales; la personalidad del Infinito se revela como el Padre Universal, que comparte la realidad de su ser y la igualdad del yo con dos personalidades coordinadas: el Hijo Eterno y el Actor Conjunto.» LU 10:1.3
«En esta transacción original, el YO SOY teórico alcanzó la realización de la personalidad volviéndose el Padre Eterno del Hijo Original, a la vez que simultáneamente se volvía la Fuente Eterna de la Isla de Paraíso. En coexistencia con la diferenciación del Hijo respecto del Padre, y en presencia del Paraíso, apareció la persona del Espíritu Infinito y el universo central de Havona. Con la aparición de la Deidad personal coexistente, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito, el Padre escapó, como personalidad, de la difusión, que de otra manera hubiera sido inevitable, por todo el potencial de la Deidad Total. De allí en adelante, es tan sólo en asociación de Trinidad con sus dos iguales en la Deidad, en que el Padre llena todo el potencial de Deidad, mientras que la Deidad experiencial se actualiza cada vez más en los niveles de divinidad de la Supremacía, la Ultimidad y la Absolutez.» LU 0:3.22
«La personalidad del hombre mortal no es ni cuerpo, ni mente, ni espíritu; tampoco es el alma. La personalidad es la única realidad invariable en una experiencia por otra parte constantemente cambiante de la criatura; y une todos los demás factores asociados de la individualidad. La personalidad es el don único que el Padre Universal hace a las energías vivientes y asociadas de materia, mente y espíritu, y que sobrevive con la supervivencia del alma morontial.» LU 0:5.11
«La mente material es la arena en la cual viven las personalidades humanas, tienen autoconciencia, toman decisiones, eligen a Dios o lo abandonan, se eternizan o se destruyen a sí mismos.» LU 111:1.3
«El tipo de personalidad que es donado a los mortales urantianos tiene una potencialidad de siete dimensiones de autoexpresión o realización de la persona. Estos fenómenos dimensionales son realizables como tres en el nivel finito, tres en el nivel absonito, y uno en el nivel absoluto. En los niveles subabsolutos esta dimensión séptima o de la totalidad es experienciable como el hecho de la personalidad. Esta suprema dimensión es un absoluto asociable y, aunque no infinito, es dimensionalmente potencial para la penetración subinfinita de lo absoluto.
«Las dimensiones finitas de la personalidad tienen que ver con la longitud, profundidad y amplitud cósmicas. La longitud indica significado; la profundidad significa valor; la amplitud comprende el discernimiento —la capacidad de experimentar una conciencia indiscutible de la realidad cósmica.» LU 112:1.9
«No perdáis jamás de vista las perspectivas antipodales de la personalidad tal como es concebida por Dios y por el hombre. El hombre ve y comprende la personalidad, mirando desde lo finito hacia lo infinito; Dios mira de lo infinito a lo finito. El hombre posee el tipo más bajo de personalidad; Dios, el más alto, incluso supremo, último y absoluto. Por lo tanto, los mejores conceptos de la personalidad tuvieron que esperar pacientemente la aparición de ideas mejoradas de la personalidad humana, especialmente la revelación ampliada de la personalidad tanto divina como humana en la vida de otorgamiento en Urantia de Micael, un Hijo Creador.» LU 1:6.3
«Aunque difícilmente podemos tratar de definir la personalidad, podemos intentar narrar nuestra comprensión de los factores conocidos que contribuyen a constituir el conjunto de energías materiales, mentales y espirituales cuya interasociación constituye el mecanismo por el cual y en el cual y a través del cual el Padre Universal hace que funcione la personalidad donada.» LU 16:8.2
«El otorgamiento de personalidad a la criatura confiere una liberación relativa a partir de la respuesta esclavizada a la causación antecedente, y las personalidades de todos estos seres morales, evolutivos u otros, están centradas en la personalidad del Padre Universal. Ellos son atraídos siempre hacia su presencia en el Paraíso por esa afinidad del ser que constituye el vasto y universal círculo familiar y el circuito fraterno del Dios eterno. Existe un parentesco de espontaneidad divina en toda personalidad.» LU 5:6.9
«En ausencia de Dios, y con excepción de su persona excelsa y central, no habría personalidad alguna a través de todo el vasto universo de universos. Dios es personalidad.» LU 1:5.7
«El Padre Universal es el secreto tanto de la realidad de la personalidad, como del otorgamiento de la personalidad y del destino de la personalidad. El Hijo Eterno es la personalidad absoluta, el secreto de la energía espiritual, de los espíritus morontiales y de los espíritus perfeccionados. El Actor Conjunto es la personalidad espíritumente, la fuente de la inteligencia, la razón y la mente universal. Pero la Isla del Paraíso es no personal y extraespiritual, siendo la esencia del cuerpo universal, la fuente y centro de la materia física y el modelo maestro absoluto de la realidad material universal.» LU 0:5.5
«La capacidad para la personalidad divina es intrínseca en el Ajustador prepersonal; la capacidad para la personalidad humana existe potencialmente en la dote de la mente cósmica del ser humano. Pero la personalidad experiencial del hombre mortal no es observable como una realidad activa y funcional hasta después de que el vehículo de la vida material de la criatura mortal haya sido tocado por la divinidad liberadora del Padre Universal, siendo así lanzado a los mares de la experiencia como personalidad autoconsciente, autodeterminada (relativamente) y autocreadora. El yo material es verdadera e incualificablemente personal.» LU 5:6.6
«El otorgamiento de la personalidad es la función exclusiva del Padre Universal, la personalización de los sistemas vivientes de energía que él otorga con los atributos de conciencia creadora relativa y con el correspondiente control en forma de libre albedrío. No hay personalidad aparte de Dios el Padre, y no existe personalidad ninguna sino por Dios el Padre. Los atributos fundamentales del yo humano, así como el núcleo en forma de Ajustador absoluto de la personalidad humana, son dones del Padre Universal, que actúa en su dominio exclusivamente personal del ministerio cósmico.» LU 5:6.4
«El Padre Universal es el Dios de las personalidades. El dominio de la personalidad en el universo, desde la criatura mortal y material más inferior hasta los seres más elevados con dignidad de creador y condición divina, tiene su centro y circunferencia en el Padre Universal. Dios el Padre es el otorgador y el conservador de toda personalidad. Y el Padre Paradisiaco es asímismo el destino de todas las personalidades finitas que sinceramente eligen hacer la voluntad divina, los que aman a Dios y anhelan ser como él.» LU 5:6.1
«La personalidad es uno de los misterios no resueltos de los universos. Podemos formar conceptos apropiados de los factores que entran en la composición de las diversas órdenes y niveles de personalidades, pero no comprendemos plenamente la verdadera naturaleza de la personalidad misma. Percibimos claramente los numerosos factores que, cuando se combinan, constituyen el vehículo de la personalidad humana, pero no comprendemos plenamente la naturaleza y significación de tal personalidad finita.» LU 5:6.2
«En el organismo humano la suma de sus partes constituye el yo —la individualidad— pero dicho proceso no tiene absolutamente nada que ver con la personalidad, que es el unificador de todos estos factores en cuanto se relacionan a las realidades cósmicas.» LU 112:1.18
«El conocimiento produce orgullo en el hecho de la personalidad; la sabiduría es la conciencia del significado de la personalidad; la religión es la experiencia del conocimiento del valor de la personalidad; la revelación es la seguridad de la supervivencia de la personalidad.» LU 102:3.9
«Los círculos psíquicos no son exclusivamente intelectuales, tampoco son totalmente morontiales; tienen que ver con el estado de la personalidad, el logro de la mente, el crecimiento del alma y la sincronización con el Ajustador. La travesía exitosa de estos niveles requiere el funcionamiento armónico de toda la personalidad, no meramente de alguna fase de la misma. El crecimiento de las partes no equivale a la maduración auténtica del todo; en realidad las partes crecen en proporción a la expansión del yo entero —todo el yo— material, intelectual y espiritual.» LU 110:6.3
«La autoconciencia es en esencia conciencia comunal: Dios y el hombre, Padre e hijo, Creador y criatura. En la autoconciencia humana existen cuatro comprensiones latentes e inherentes de la realidad universal:
«1. La búsqueda del conocimiento, la lógica de la ciencia.«2. La búsqueda de los valores morales, el sentido del deber.
«3. La búsqueda de los valores espirituales, la experiencia religiosa.
«4. La búsqueda de los valores de la personalidad, la habilidad de reconocer la realidad de Dios como personalidad y la comprensión paralela de nuestra relación fraternal con las demás personalidades.» LU 16:9.9
«La personalidad humana es la imagen-sombra espacio-temporal proyectada por la divina personalidad del Creador, y jamás se puede comprender adecuadamente realidad alguna mediante el examen de su sombra. Las sombras deben interpretarse en términos de la verdadera substancia.» LU 1:6.1
«Los Directores del Censo se preocupan de los seres humanos —así como también de otras criaturas volitivas— tan sólo hasta el punto de registrar el hecho de la función de la voluntad. No se ocupan de los registros de tu vida y de tus acciones; no son en ningún sentido personalidades que registran. El Director del Censo de Nebadon, número 81.412 de Orvonton, actualmente estacionado en Salvington, está en este mismo momento personalmente consciente de tu presencia viviente aquí en Urantia; y otorgará a los registros confirmación de tu muerte en el momento en que cesas de funcionar como criatura volitiva.» LU 24:2.7
«El Padre Universal dona personalidad a las numerosas órdenes de seres a medida que funcionan en los distintos niveles de la realidad universal. Los seres humanos de Urantia están dotados de personalidad del tipo finito mortal, funcional en el nivel de los hijos ascendentes de Dios.» LU 16:8.1
«Las personalidades pueden asemejarse, pero no son nunca idénticas. Las personas de una serie, tipo, orden o modelo original específicos pueden asemejarse unas a otras y efectivamente se asemejan, pero no son nunca idénticas. La personalidad es esa característica de un individuo que conocemos, y que nos permite identificar a dicho ser en algún momento futuro sea cual fuere la naturaleza y grado de los cambios de forma, mente, o estado espiritual. La personalidad es esa parte de todo individuo que nos permite reconocer e identificar positivamente a esa persona como la que hemos conocido anteriormente, aunque haya cambiado mucho debido a la modificación del vehículo de expresión y manifestación de su personalidad.» LU 16:8.4
«La personalidad de la criatura se distingue por dos fenómenos automanifestantes y característicos de conducta reactiva mortal: la autoconciencia y el relativo libre albedrío asociado.
«La autoconciencia consiste en la conciencia intelectual de la realidad de la personalidad; incluye la habilidad de reconocer la realidad de otras personalidades. Indica la capacidad para experiencia individualizada en las realidades cósmicas y con ellas, equivalentes al logro del estado de identidad en las relaciones de la personalidad en el universo. La autoconciencia connota el reconocimiento de la realidad de la ministración de la mente y la comprensión de la independencia relativa del libre albedrío creador y determinador.» LU 16:8.5
«El relativo libre albedrío que caracteriza la autoconciencia de la personalidad humana se ocupa de:
«1. Decisión moral, sabiduría superior.«2. Elección espiritual, discernimiento de la verdad.
«3. Amor altruista, servicio de hermandad.
«4. Cooperación con propósito, lealtad de grupo.
«5. Discernimiento cósmico, la comprensión de los significados universales.
«6. Dedicación de la personalidad, devoción incondicional a hacer la voluntad del Padre.
«7. Adoración, la búsqueda sincera de los valores divinos y el amor de todo corazón del Dador divino de valores.» LU 16:8.7
«El tipo urantiano de personalidad humana puede ser considerado como funcionando en un mecanismo físico que consiste en la modificación planetaria del tipo nebadónico del organismo, que pertenece a la orden electroquímica de activación de la vida y está dotado de la orden nebadónica de la serie de mente cósmica orvontónica del modelo original de reproducción. La dotación del don divino de la personalidad en tal mecanismo mortal dotado de mente confiere la dignidad de la ciudadanía cósmica y permite que dicha criatura mortal se torne reactiva al reconocimiento constitutivo de las tres realidades mentales básicas del cosmos:
«1. El reconocimiento matemático o lógico de la uniformidad de la causación física.«2. El reconocimiento razonado de la obligación de la conducta moral.
«3. La comprensión por la fe de la adoración fraternal de la Deidad, asociada con el servicio amante a la humanidad.
«La plena función de dicha dotación de la personalidad es la comprensión inicial del parentesco con la Deidad. Dicho yo, morado por un fragmento prepersonal de Dios el Padre, es en efecto y de hecho un hijo espiritual de Dios. Dicha criatura no sólo revela la capacidad de recibir el don de la presencia divina sino que también exhibe la respuesta reactiva al circuito de la gravedad de personalidad del Padre Paradisiaco de todas las personalidades.» LU 16:8.15
«La personalidad es una dotación única de naturaleza original cuya existencia es independiente de la dotación del Ajustador del Pensamiento y antecedente a la misma. Sin embargo, la presencia del Ajustador aumenta la manifestación cualitativa de la personalidad. Los Ajustadores del Pensamiento, cuando provienen del Padre, son idénticos en su naturaleza, pero la personalidad es distinta, original y exclusiva; y la manifestación de la personalidad está ulteriormente condicionada y cualificada por la naturaleza y cualidades de las energías asociadas de carácter material, mental y espiritual que constituyen el vehículo orgánico para la manifestación de la personalidad.» LU 16:8.3
«Las formas más elevadas de intercomunicación inteligente entre los seres humanos reciben gran asistencia de los Ajustadores residentes. Los animales sí tienen sentimientos de prójimo, pero no se comunican conceptos entre sí; pueden expresar emociones pero no ideas ni ideales. Tampoco experimentan los hombres de origen animal un tipo elevado de relación intelectual o comunión espiritual con su prójimo hasta que se haya efectuado la dotación de los Ajustadores del Pensamiento aunque, cuando dichas criaturas evolucionarias desarrollan el habla, están en camino de recibir a los Ajustadores.
«Los animales se comunican entre sí de una manera burda, pero no hay prácticamente personalidad en tales contactos primitivos. Los Ajustadores no son personalidad; son seres prepersonales. Pero vienen de la fuente de la personalidad, y su presencia aumenta las manifestaciones cualitativas de la personalidad humana; esto es especialmente verdad si el Ajustador ha tenido experiencia previa.» LU 109:4.1
«El tipo de Ajustador tiene mucho que ver con el potencial para la expresión de la personalidad humana. A lo largo de las edades, muchos de los grandes líderes intelectuales y espirituales de Urantia han ejercido su influencia principalmente por la superioridad y experiencia previa de sus Ajustadores residentes.» LU 109:4.3
«La personalidad se busca inherentemente para unificar todas las realidades constituyentes. La personalidad infinita de la Primera Fuente y Centro, el Padre Universal, unifica a los siete constituyentes Absolutos de la Infinidad; y la personalidad del hombre mortal, siendo dote exclusiva y directa del Padre Universal, del mismo modo posee el potencial de unificar los factores constituyentes de la criatura mortal. Dicha creatividad unificante de toda personalidad de criatura es la marca de nacimiento de su fuente elevada y exclusiva, y es prueba ulterior de su contacto ininterrumpido con esta misma fuente a través del circuito de personalidad, por medio del cual la personalidad de la criatura mantiene un contacto directo y sostenedor con el Padre de todas las personalidades en el Paraíso.» LU 56:4.2
«Aunque sería presuntuoso intentar definir la personalidad, puede resultar útil un recuento de algunas de las cosas que se conocen sobre la personalidad:
«1. La personalidad es esa cualidad en la realidad donada por el Padre Universal mismo o por el Actor Conjunto, que actúa en nombre del Padre.«2. Cualquier sistema viviente de energía que incluya la mente o el espíritu, puede recibir este don.
«3. No está totalmente sujeta a las cadenas de la causación antecedente. Es relativamente creadora o cocreadora.
«4. Cuando la reciben las criaturas materiales evolucionarias, hace que el espíritu anhele el dominio de la energía-materia a través de la mediación de la mente.
«5. La personalidad, aunque no tiene identidad, puede unificar la identidad de cualquier sistema viviente de energía.
«6. Tan sólo revela respuestas cualitativas al circuito de personalidad, en contraste con las tres energías que muestran respuestas tanto cualitativas como cuantitativas a la gravedad.
«7. La personalidad es inalterable en presencia del cambio.
«8. Puede dar un don a Dios: dedicación del libre albedrío a hacer la voluntad de Dios.
«9. Se caracteriza por la moralidad —consciencia de la relatividad de las relaciones con otras personas. Discierne los niveles de conducta y discrimina selectivamente entre ellos.
«10. La personalidad es única, absolutamente única: es única en el tiempo y en el espacio; es única en la eternidad y en el Paraíso; es única cuando se la recibe como don —no hay duplicados; es única durante cada momento de la existencia; es única en relación a Dios —él no tiene favoritos, pero tampoco las suma entre sí, porque no son sumables —son asociables pero no totalizables.
«11. La personalidad responde directamente a la presencia de otras personalidades.
«12. Es la cosa singular que se puede agregar al espíritu, ilustrando así la primacía del Padre en relación con el Hijo. (La mente no necesita ser agregada al espíritu)
«13. La personalidad puede sobrevivir a la muerte mortal con identidad en el alma sobreviviente. El Ajustador y la personalidad son inalterables; la relación entre ellos (en el alma) no es sino cambio, evolución continuada; y si este cambio (crecimiento) cesara, el alma cesaría.
«14. La personalidad es consciente en forma única del tiempo, y esto es algo distinto de la percepción del tiempo que tienen la mente o el espíritu.» LU 112:0.2
«Las certidumbres de la ciencia proceden enteramente del intelecto; las certidumbres de la religión surgen de los cimientos mismos de la entera personalidad. La ciencia apela a la comprensión de la mente; la religión apela a la lealtad y devoción del cuerpo, la mente y el espíritu, aun de la personalidad total.» LU 102:1.4
«Es difícil identificar y analizar los factores de una experiencia religiosa, pero no es difícil observar que tales practicantes religiosos viven y se conducen como si ya estuvieran ante la presencia del Eterno. Los creyentes reaccionan a esta vida temporal como si la inmortalidad ya estuviese en sus manos. En la vida de dichos mortales hay una originalidad válida y una espontaneidad de expresión que para siempre los separan de aquellos entre sus semejantes que tan sólo han bebido de la sabiduría del mundo. Los religionistas parecen vivir en emancipación eficaz del apuro cansador y de la tensión dolorosa de las vicisitudes inherentes a las corrientes temporales del tiempo; demuestran una estabilización de la personalidad y una tranquilidad de carácter que no son explicables por las leyes de la fisiología, la psicología y la sociología.» LU 102:2.3
««Por sus frutos los conoceréis». La personalidad básicamente es invariable; lo que cambia —lo que crece— es el carácter moral. El error más grande de las religiones modernas es el negativismo. El árbol que no da fruto ha de ser «arrancado y arrojado en el fuego». El valor moral no deriva de la simple represión —de la obediencia a la admonición «no harás». El temor y la vergüenza son motivaciones indignas de la vida religiosa. La religión es válida sólo cuando revela la paternidad de Dios e intensifica la hermandad de los hombres.» LU 140:4.7
«El amor es el secreto de la asociación beneficiosa entre las personalidades. No es posible conocer realmente a una persona como resultado de un solo encuentro. No es posible conocer apreciativamente la música a través de la deducción matemática, aunque la música sea una forma de ritmo matemático. El número asignado a un abonado al sistema de teléfonos no identifica de ninguna manera la personalidad de ese abonado ni significa nada respecto de su carácter.» LU 12:9.2
«En los superuniversos evolucionarios la energía-materia es dominante, excepto en la personalidad, donde el espíritu, a través de la mediación de la mente, lucha por el dominio. La meta de los universos evolucionarios es la subyugación de la energía-materia por parte de la mente, la coordinación de la mente con el espíritu y todo ello en virtud de la presencia creadora y unificadora de la personalidad. Así pues, en relación con la personalidad los sistemas físicos se vuelven subordinados; los sistemas mentales, coordinados; y los sistemas espirituales, directivos.
«Esta unión de poder y personalidad se expresa en los niveles de Deidad, en el Supremo y como él. Pero la evolución real para la dominación del espíritu es un crecimiento que se basa en las acciones de libre albedrío de los Creadores y de las criaturas del gran universo.» LU 116:6.1
«El Supremo es el canal divino a través del cual fluye la infinitud creativa de las triodidades que cristaliza en el panorama galáctico del espacio, contra el cual tiene lugar el magnífico drama de la personalidad en el tiempo: la conquista espiritual de la energía-materia a través de la mediación de la mente.» LU 117:3.2
«La personalidad es un nivel de la realidad deificada y se encuentra desde el nivel mortal y el de los seres intermedios de la activación más elevada de la mente de adoración y sabiduría a través del nivel morontial y espiritual hasta el logro de la finalidad del estado de personalidad. Esa es la ascensión evolucionaria de la personalidad de las criaturas mortales y la personalidad semejante, pero existen numerosas otras órdenes de personalidades del universo.
«La realidad está sujeta a la expansión universal, la personalidad a la diversificación infinita, y ambas son capaces de coordinación casi ilimitada con la Deidad y de estabilización eterna. Aunque se limita definitivamente la gama metamórfica de la realidad no personal, no conocemos limitación alguna en la evolución progresiva de las realidades de la personalidad.
«En los niveles experienciales logrados, todas las órdenes o valores de la personalidad son asociables y aun cocreacionales. Aún Dios y el hombre pueden coexistir en una personalidad unificada, tal como está demostrado tan exquisitamente en el estado presente de Cristo Micael —Hijo del Hombre e Hijo de Dios.» LU 0:5.1
«Se basan todos los conceptos mortales de la realidad en la suposición de la actualidad de la personalidad humana; todos los conceptos de las realidades superhumanas se basan en la experiencia de la personalidad humana con la realidad cósmica de ciertas entidades espirituales asociadas y personalidades divinas y en la misma. Todo lo que sea no espiritual en la experiencia humana, a excepción de la personalidad, es un medio para un fin. Toda verdadera relación del hombre mortal con otras personas —humanas o divinas— es un fin en sí mismo. Y dicho compañerismo con la personalidad de la Deidad es el objetivo eterno de la ascensión universal.» LU 112:2.8
«El propósito de la evolución cósmica consiste en adquirir la unidad de la personalidad a través de un dominio cada vez mayor del espíritu, de una respuesta volitiva a la enseñanza y conducción del Ajustador del Pensamiento. Se caracteriza la personalidad, tanto humana como superhumana, por una cualidad cósmica inherente que puede llamarse «la evolución del dominio», la expansión del control tanto del yo como del medio ambiente.» LU 112:2.15
«La personalidad de la criatura mortal puede eternizarse mediante la autoidentificación con el espíritu morador a través de la técnica de elegir hacer la voluntad del Padre. Dicha consagración de la voluntad es equivalente a la realización de la eternidad-realidad de propósito. Esto significa que el propósito de la criatura se ha vuelto fijo en cuanto se refiere a la sucesión de los momentos; dicho de otra manera, que la sucesión de los momentos no presenciará ningún cambio en el propósito de la criatura. Un millón o mil millones de momentos no significan una diferencia. El número ha cesado de tener significado en cuanto al propósito de la criatura. Así, la elección de la criatura más la elección de Dios eventúan en las realidades eternas de la unión perdurable del espíritu de Dios y la naturaleza del hombre en el servicio eterno de los hijos de Dios y de su Padre del Paraíso.» LU 118:1.2
«La personalidad en progreso deja una huella de realidad actualizada al pasar a través de los niveles ascendentes de los universos. Sean éstas o de mente, o de espíritu o de energía, las creaciones crecientes del tiempo y el espacio se modifican por la progresión de la personalidad a través de sus dominios. Cuando el hombre actúa, el Supremo reacciona, y esta transacción constituye el hecho de la progresión.» LU 117:5.6
«Jesús fue la personalidad humana perfectamente unificada. Y hoy, como en Galilea, sigue unificando la experiencia mortal y coordinando las empresas humanas. Unifica la vida, ennoblece el carácter y simplifica la experiencia. Entra en la mente humana para elevar, transformar y transfigurar. Es literalmente verdad: «Si un hombre tiene dentro de sí a Jesús Cristo, es él una criatura nueva; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas».» LU 100:7.18
«El Hijo del Hombre siempre fue una personalidad aplomada. Aun sus enemigos no dejaron jamás de respetarlo plenamente; aun temían su presencia. Jesús no tenía temores. Estaba sobrecargado de entusiasmo divino, pero no se volvió jamás fanático. Era emocionalmente activo, pero nunca frívolo. Era imaginativo pero siempre práctico. Se enfrentaba francamente con las realidades de la vida, pero no fue jamás torpe ni prosaico. Era valiente, pero jamás precipitado; prudente, pero nunca cobarde. Era comprensivo pero no sentimental; singular pero no excéntrico. Era piadoso pero no mojigato. Y tenía tanto aplomo porque estaba tan perfectamente unificado.» LU 100:7.4
«Respetad siempre la personalidad del hombre. Una causa recta no se ha de avanzar jamás por la fuerza; las victorias espirituales sólo se pueden alcanzar mediante el poder espiritual. Esta amonestación contra el empleo de influencias materiales atañe tanto a la fuerza psíquica como a la fuerza física. No se deben emplear argumentos avasalladores ni superioridad mental para obligar a los hombres y a las mujeres a entrar al reino. La mente del hombre no debe ser aplastada por el solo peso de la lógica ni sobrecogida por la elocuencia sagaz. Aunque no se puede del todo eliminar la emoción como factor en las decisiones humanas, los que quieran avanzar la causa del reino no deben apelar directamente a las emociones en sus enseñanzas. Apelad directamente al espíritu divino que habita en la mente de los hombres. No recurráis al temor, la piedad ni el mero sentimiento. Al apelar a los hombres, sed justos; ejerced autocontrol y exhibid discreción; mostrad respeto adecuado por la personalidad de vuestros alumnos. Recordad que yo he dicho: «He aquí que llego a la puerta y golpeo, y si alguien me abre, yo entraré».
«Al atraer a los hombres al reino, no disminuyáis ni destruyáis su autorrespeto. Aunque un excesivo respeto de sí mismo puede llegar a destruir la humildad y culminar en orgullo, vanidad y arrogancia, la pérdida del respeto propio lleva a menudo a una parálisis de la voluntad. Es propósito de este evangelio, restaurar el autorrespeto en los que lo han perdido y controlarlo en los que lo tienen. No cometáis el error de limitaros a condenar las equivocaciones en la vida de vuestros alumnos; recordad que también debéis reconocer generosamente las cosas dignas de alabanza en su vida. No olvidéis que nada me detendrá en mis esfuerzos por restaurar el autorrespeto de los que lo han perdido y sinceramente desean recuperarlo.» LU 159:3.2
«Cuidad de no herir el respeto propio de las almas temerosas y miedosas. No empleéis sarcasmo con mis hermanos de mente sencilla. No os mostréis cínicos con mis hijos dominados por el temor. El ocio destruye el respeto a sí mismo; por lo tanto, advertid a vuestros hermanos que se mantengan ocupados en su tarea de elección, y esforzaos por asegurar trabajo a los que se encuentran sin empleo.» LU 159:3.4
«Si el hombre mortal no sobrevive la muerte natural, los verdaderos valores espirituales de su experiencia humana sobreviven como porción de la experiencia continuada del Ajustador del Pensamiento. Los valores de la personalidad de ese ser no sobreviviente persisten como factores en la personalidad del Ser Supremo en actualización. Estas cualidades persistentes de la personalidad están privadas de identidad, pero no de los valores experienciales acumulados durante la vida mortal en la carne. La sobrevivencia de la identidad depende de la sobrevivencia del alma in-mortal de estado morontial y de valor divino en constante aumento. La identidad de la personalidad sobrevive mediante la sobrevivencia del alma y en ella.» LU 16:9.3
«El hombre no logra la unión con Dios como una gota de agua podría encontrar unidad con el océano. El hombre alcanza la unión divina mediante una comunión espiritual progresiva y recíproca, una relación de personalidad con el Dios personal, un creciente logro de la naturaleza divina a través de una conformidad, inteligente y sincera con la voluntad divina. Dicha relación sublime sólo puede existir entre personalidades.» LU 1:7.2
«Un ser humano también sabe que es una parte de un cosmos ideacional, pero aunque este concepto pueda durar más allá de una vida mortal, no hay nada inherente en el concepto que indique la supervivencia personal de la personalidad que lo concibe. Tampoco va el agotamiento de las posibilidades de la lógica y de la razón a revelar jamás al ser lógico o al ser razonador la verdad eterna de la supervivencia de la personalidad.» LU 101:10.2
«A lo largo y a lo ancho del gran universo el Supremo lucha por expresarse. Su evolución divina se basa en cierta medida en la acción y sabiduría de toda personalidad en existencia. Cuando un ser humano elige la supervivencia eterna, está cocreando el destino; y en la vida de este mortal ascendente el Dios finito encuentra una medida mayor de autorrealización de la personalidad y una ampliación de la soberanía experiencial. Pero si una criatura rechaza la carrera eterna, esa parte del Supremo que es dependiente de la elección de esta criatura experimenta un atraso inescapable, una deprivación que debe ser compensada por una experiencia substitucional o colateral; en cuanto a la personalidad del que no sobrevive, ésta es absorbida en la superalma de la creación; volviéndose parte de la Deidad del Supremo.» LU 117:4.2
La palabra «personalidad» no aparece en la Biblia.
La psicología considera la personalidad como la suma de las capacidades constitutivas, conceptuales, afectivas y receptivas del individuo. La personalidad es más que el «encanto», la urbanidad y la cultura.
La personalidad es difícil de definir—pero se reconoce que actúa en diferentes niveles:
Jung: Introvertidos y extrovertidos—a los que se han añadido los ambivertidos.
Sheldon: Esta es la mejor clasificación y la más científica: