Autor: William S. Sadler, Jr.
¡Nuestro estudio del universo maestro terminó con una nota distintiva de frustración! La fuerza irresistible de una trinidad absoluta se encontró con el hecho inamovible de una infinidad eterna. El resultado es un punto muerto.
La unificación de la Trinidad Absoluta es un proyecto sin fin. La Trinidad de Trinidades está en un estado incompleto. En el primer nivel, uno de sus miembros no está unificado; en el segundo nivel también falta un miembro. La Trinidad Absoluta no puede unificarse hasta que abarque la infinidad. Hasta que se unifique, Dios Absoluto no puede emerger de los potenciales de la Deidad Absoluta. Y, hasta que no emerja Dios Absoluto, el segundo nivel de la Trinidad de Trinidades no puede terminarse.
El universo maestro se está movilizando (como universo nuclear), listo para el desarrollo de los dominios citoplasmáticos que serán externos a él, pero no hay tales dominios citoplasmáticos: el espacio fuera del universo maestro está vacío. Los Organizadores de la Fuerza, que han sido los organizadores de todas las nebulosas del universo maestro, son los agentes de los Arquitectos del Universo Maestro, y es dudoso que estos Arquitectos tengan planes que se extiendan más allá del perímetro de la creación maestra.
Quizá podamos continuar nuestro estudio un poco más, si hacemos una distinción entre lo que es puro y absoluto cualitativamente y lo que es universal e infinito cuantitativamente. En esta consideración, nos gustaría asociar la palabra «absoluto» con el concepto de calidad no disminuida y la palabra «infinito» con el concepto de cantidad ilimitada.
Dada esta distinción, podemos considerar la cuestión del destino final desde un nuevo ángulo. Sostenemos que el destino absoluto se podría alcanzar, si se reconoce que la calidad de un valor-significado absoluto puede alcanzarse de manera subinfinita. Esto implica una calidad no disminuida de logro, asociada con una limitación definida en cuanto a la universalidad o la cantidad de logro.
Un ejemplo sencillo: un ser humano apenas podría respirar todo el aire del planeta (incluso durante toda su vida) Pero esta limitación en cuanto a la cantidad no significa que esa persona no pueda respirar aire. En esta situación, el límite en cuanto a la cantidad no tiene en absoluto nada que ver con el hecho de respirar, ni con la calidad del aire que se respira.
Havona como ejemplo. Cuando el Padre y el Hijo trinitizaron al Espíritu y crearon Havona, dieron una expresión completa a la calidad existencial de la perfección divina de la creación central; es el universo modelo perfecto. Pero las Deidades no dieron expresión infinita a la cantidad de este universo existencial. Si lo hubieran hecho, entonces todo el espacio (eterno) habría estado ocupado por un universo de perfección existencial. El Padre y el Hijo escogieron limitar la cantidad de creación en Havona; la limitaron a mil millones de mundos y a un área circunscrita en el espacio. Dieron expresión completa a la calidad de perfección divina, pero aún así limitaron su obra en cuanto a la cantidad de expresión. No proyectaron el universo maestro como una creación existencial, ni eternizaron el cosmos infinito por mandato. Estuvieron satisfechos con crear un universo modelo puro en cuanto a calidad de perfección, pero estrictamente subinfinito en cuanto a cantidad o tamaño.
Al limitar a Havona de ese modo, las Deidades del Paraíso hicieron posible los últimos desarrollos experienciales de las creaciones pos-Havona. Al limitar de manera similar la cantidad, o universalidad, en la que se puede experimentar la absolutidad, las mismas Deidades han tomado precauciones para el crecimiento eterno (crecimiento sin límites)
Después de todo, solo hay una alternativa perceptible al crecimiento eterno, y es un tipo de crecimiento que no llega a su fin. ¿Qué sucede entonces?
En el tercer prólogo de este estudio, hemos tenido una consideración meticulosa hacia la Primera Era del Universo, a la era existencial-eterna de Havona. En este epílogo deberíamos tener una consideración parecida hacia la Era Final del Universo, hacia la era experiencial-eterna del cosmos infinito. Las dos eras (la Primera y la Final) tienen puntos de comparación: la Primera tiene un final en el tiempo, pero no origen; la Era Final tiene un origen en el tiempo, pero no final. La Primera Era es una realidad eterna en el pasado; la Era Final es una realidad eterna en el futuro.
Trinitización en los albores de la Primera Era. Creemos que la historia del universo se repetirá. En los albores de la Era Final, hay un inventario análogo de la realidad actualizada (realidad experiencial actualizada). En los albores de la Era Final, hay dos Deidades experienciales y una base de operaciones. Las dos Deidades son el Ser Supremo y Dios Último; la base de operaciones es el universo maestro terminado. ¿Qué harán esas dos Deidades experienciales que inaugure la Era Final? Sostenemos que la historia cósmica se repetirá. Que lo que ocurrió en sentido existencial en los albores de la Primera Era se duplicará experiencialmente en los albores de la Era Final. Creemos que la Era Final se inaugurará cuando el Supremo y el Último se unan como Supremo-Último al trinitizar a su igual en Deidad, Dios Absoluto. Creemos que las repercusiones de esa acción serán el comienzo del cosmos infinito y la formación de la Trinidad de Trinidades: la tesis existencial-experiencial de la Deidad indivisa.
Trinitización en los albores de la Edad Final. Creemos que la historia del universo se repetirá. En los albores de la Edad Final hay un inventario análogo de realidad actualizada: realidad experiencial actualizada. En los albores de la Edad Final hay dos Deidades experienciales y una base de operaciones. Las dos Deidades son el Ser Supremo y el Dios Último; la base de operaciones es el universo maestro completo. ¿Qué harán estas dos Deidades experienciales que inaugurarán la Edad Final? Consideramos que la historia cósmica se repetirá. Lo que ocurrió en sentido existencial en los albores de la Primera Edad se duplicará experiencialmente en los albores de la Edad Final. Creemos que la Era Final será inaugurada cuando el Supremo y el Último se unan como el Supremo-Último en trinidizar con su igual en Deidad, el Dios Absoluto. Creemos que las repercusiones de esa acción serán el comienzo del Cosmos Infinito y la formación de la Trinidad de Trinidades, la tesis existencial-experiencial de la Deidad indivisa.
El Padre y el Hijo son Deidades existenciales e infinitas, de ahí que el resultado de su unión trinitizadora sea existencial e infinito (Dios Espíritu) El Supremo y el Último son Deidades experienciales y subinfinitas, de ahí que el resultado de su unión trinitizadora sea también experiencial y subinfinito: una expresión experiencial y limitada de Dios Absoluto. El Supremo y el Último son subinfinitos, pero también todopoderosos y omnipotentes. Son totalmente capaces de movilizar el gran total de toda la realidad experiencial actualizada que está representada en el universo maestro terminado (desde la «pelota de tenis» hasta la «Luna») Esa movilización de poder experiencial completamente ganado debería dar como resultado la aparición subinfinita de Dios Absoluto.
El Padre y el Hijo son Deidades existenciales e infinitas, de ahí que el resultado de su unión trinitizadora sea existencial e infinito (Dios Espíritu) El Supremo y el Último son Deidades experienciales y subinfinitas, de ahí que el resultado de su unión trinitizadora sea también experiencial y subinfinito: una expresión experiencial y limitada de Dios Absoluto. El Supremo y el Último son subinfinitos, pero también todopoderosos y omnipotentes. Son totalmente capaces de movilizar el gran total de toda la realidad experiencial actualizada que está representada en el universo maestro terminado (desde la «pelota de tenis» hasta la «Luna») Esa movilización de poder experiencial completamente ganado debería dar como resultado la aparición subinfinita de Dios Absoluto.
La trinitización original es existencial, y parece ser precreativa. La trinitización final es experiencial y parece ser supercreativa. El nivel último es el nivel creativo final; el Supremo-Último y Dios Absoluto son pos-Último en aparición, de ahí que parecen ser manifestaciones supercreativas de la Deidad experiencial.
Una imagen simbólica. En la mente del autor, esta acción trinitizadora del Supremo y el Último está simbolizada en la siguiente imagen:
La acción trinitizadora del Supremo y el Último es, en nuestra opinión, un nuevo tipo de transformación de la síntesis. De vuelta al capítulo V, consideremos lo que sucede cuando una vieja síntesis se transforma en una nueva tesis. Observamos que esto tiene lugar, tras la evolución terminada de la realidad finita, cuando la síntesis en el Supremo da lugar a una nueva tesis en la primera Trinidad experiencial. Este mismo proceso tiene lugar de nuevo tras el desarrollo terminado de lo absonito, cuando la síntesis en Dios Último da lugar a una nueva tesis en la segunda Trinidad experiencial. En nuestro estudio previo del Supremo y del Último las consideramos, respectivamente, como la síntesis del finito total y la síntesis del absonito total.
En su unión trinitizadora, estas dos Deidades experienciales parecen transformarse en dos nuevas tesis experienciales: el Supremo como la tesis del finito total, y el Último como la tesis del absonito total. Su expresión trinitizada de Dios Absoluto debería ser una tercera tesis: la tesis del absoluto experiencial (limitada)
Aquí nos encontramos con lo que parece ser una superimposición de tesis sobre tesis. ¿Es este un acontecimiento sin precedentes? ¿Hemos observado algo parecido en nuestro estudio de la eternidad pasada? Por supuesto, hemos observado una transacción similar: algo análogo tiene lugar en conexión con el escape de Dios de la infinidad.
Al emerger desde la infinidad, Dios constituye al Hijo como la tesis absoluta de la Deidad (existencial) y, como padre del Hijo, se constituye como la pretesis de la Deidad. En su unión trinitizadora, el Padre-Hijo constituye al Espíritu como la tesis conjunta de la Deidad. Esta es una superimposición triple de tesis sobre tesis, y culmina en la Trinidad del Paraíso: la tesis indivisa de la Deidad (existencial)
La unión del Supremo-Último en la trinitización de Dios Absoluto parece ser un duplicado (subinfinito y experiencial) de la acción de eternidad del Padre-Hijo al trinitizar el Espíritu. Si este es un razonamiento válido, entonces Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto constituyen la tesis triple de la Deidad experiencial. ¿Dónde se unifica esta triple tesis? Creemos que logra la unión en calidad (aunque limitada en cantidad) en el segundo nivel de la Trinidad de Trinidades, y se expande en el proceso de unificación hacia la formación objetiva de esta Trinidad triple (la tesis indivisa de la Deidad Total), existencial y experiencial.
Hemos establecido un paralelismo entre la acción del Padre-Hijo y la del Supremo-Último. Ciertamente parecen similares, pero no son lo mismo. Son análogos pero no homólogos. El Padre-Hijo, al trinitizar a Dios Espíritu, está emergiendo desde la infinidad; el Supremo-Último, al trinitizar a Dios Absoluto, está buscando ganarse la entrada a la infinidad. Lo que consigue el Padre-Hijo en sentido total (calidad y cantidad), el Supremo-Último podrá conseguirlo solo en sentido cualitativo. Dios Absoluto emerge como una realidad absoluta en términos de calidad, pero en términos de cantidad (universalidad) e infinidad es una manifestación subinfinita del Absoluto.
Tenemos la opinión de que la aparición trinitizada de Dios Absoluto será el acontecimiento más profundo en la historia de los universos desde la aparición en la eternidad del Espíritu Infinito. En nuestra opinión, hay comparaciones cercanas entre la aparición de estas dos Deidades. El Espíritu Infinito es el resultado de la primera trinitización de la Deidad. Dios Absoluto sería el producto de la trinitización final de la Deidad.
Cuando aparece el Espíritu Infinito, se personaliza como un corolario creativo de la aparición del universo eterno. Tenemos la idea de que la aparición de Dios Absoluto coincidirá también con la aparición del comienzo del universo infinito. La primera creación es realmente eterna; la creación final es potencialmente infinita.
¿Cómo va a proyectarse probablemente el cosmos infinito por y en la trinitización de Dios Absoluto? Creemos que el Supremo y el Último son capaces de movilizar tanto potenciales físicos como espirituales. En nuestra opinión, su unión en la trinitización de Deidad final es una unión total (nada queda fuera) Este esfuerzo trinitizador por parte de las dos Deidades experienciales es total. Este total incluye todas las cosas, significados y valores que se pueden movilizar (físicos, mentales o espirituales), toda la realidad experiencial. Por consiguiente, tenemos la opinión de que Dios Absoluto aparecerá simultáneamente a la materialización de la zona más interna del cosmos infinito.
¿Cómo será esta «primera entrega» de un universo infinito? Como ya hemos considerado (en el capítulo XI, sección 5), este universo no se parecerá a nada que haya aparecido en la creación maestra. Por primera vez, los planes trascendentes de los Arquitectos del Universo Maestro se trascenderán. Probablemente ninguna criatura tenga una imagen previa del comienzo del universo infinito. Creemos que hay aspectos de Havona que se podrían usar para deducir el carácter de este nuevo dominio, pero son fases existenciales y absolutas del eterno Havona y este nuevo universo es experiencial. No obstante, creemos que la creación central tiene fases de absolutidad existencial, que se coordinan con todo lo experiencial que pudiera aparecer en el cosmos infinito.
En cuanto al tamaño de este nuevo dominio, solo lo podemos suponer. Volvamos a nuestra estimación de las magnitudes del universo maestro. Asemejábamos el gran universo (la creación actualmente organizada y habitada) a una pelota de tenis y, en la misma escala, comparábamos el universo maestro con una Luna más grande. Esta es una comparación de algo que tiene cinco centímetros de diámetro con un cuerpo espacial que tiene 5000 Km. de diámetro. Suponemos que la zona más interior del cosmos infinito estaría relacionada en cuanto a tamaño con el universo maestro, del mismo modo que el universo maestro está relacionado con el gran universo. En otras palabras: si el universo maestro fuera la pelota de tenis, entonces la zona más interior del cosmos infinito sería algo como la Luna. Y esta es solo la zona más interior, quizá con mucho la más pequeña.
Tenemos una razón para suponerlo así. En cada instancia pasada, el núcleo del citoplasma ha tenido un tamaño muy pequeño en comparación con el dominio de la periferia. Havona debe ser muy pequeño en comparación con el tamaño (pero no con la masa) de los superuniversos. Hemos calculado que el gran universo es bastante pequeño cuando se lo compara con el universo maestro. Ahora, cuando consideramos el universo maestro como el núcleo de una creación exterior, creemos que existirá la misma relación; el universo maestro nuclear será pequeño en comparación con el comienzo del cosmos infinito.
La aparición de Dios Absoluto tiene otro paralelismo en la aparición del Espíritu Infinito: ambos dan como resultado la formación de una trinidad. El Espíritu Infinito completa la personalización existencial de la Deidad y hace posible formar la Trinidad existencial: la Trinidad del Paraíso. La aparición de Dios Absoluto es la aparición (limitada) de la tercera Trinidad experiencial y termina objetivamente el segundo nivel de la Trinidad de Trinidades.
De vuelta al capítulo XII del estudio, observamos que la Trinidad de Trinidades podría formarse como una realidad objetiva, pero no podría completar su formación debido a la ausencia de uno de los tres miembros del segundo nivel: Dios Absoluto. Con la aparición de esta tercera Deidad experiencial, podemos hacer inventario de la Trinidad de Trinidades:
Creemos que el tercer nivel de la Trinidad triple estará ocupado por el Absoluto Universal, mientras Dios Absoluto esté limitado e incompleto. ¡Y eso significa que será para siempre! Dios Absoluto siempre estará inacabado, incompleto y limitado (en sentido cuantitativo) Si terminara su crecimiento y su desarrollo experiencial, alcanzaríamos las afueras de la infinidad y estaríamos más allá del fin de la eternidad.