EN el nombre del Dios misericordioso y compasivo.
‘S. M. Una revelación del Libro de Dios, el Poderoso, el Sabio. En verdad, en los cielos y en la [p. 221] tierra hay señales para los que creen; y en tu creación y en las bestias que están esparcidas hay señales para un pueblo que está seguro; y en la alternancia de la noche y el día, y en la provisión que Dios ha enviado desde el cielo y vivificado con ello la tierra después de su muerte, y en el cambio de dirección de los vientos hay señales para un pueblo que tiene sentido.
[5] Estos son los signos de Dios que te recitamos en verdad; y en ¿qué nueva historia después de Dios y sus signos creerán?
¡Ay de todo mentiroso pecador que oye los signos que Dios le envía, y luego persiste en enorgullecerse como si no los hubiera oído! ¡Así que dale la buena nueva de un dolor terrible! ¡Y cuando sabe algo de nuestros signos los toma por una broma! Para ellos hay un dolor vergonzoso, detrás de ellos está el infierno, y lo que han ganado no les servirá de nada, ni lo que han tomado además de Dios como patronos; y para ellos hay un gran dolor.
[10] Ésta es una guía, y quienes desmienten los signos de su Señor, tendrán el castigo de una plaga terrible.
Dios es quien os somete el mar para que las naves naveguen por él a su voluntad, y para que podáis pedir su gracia, y tal vez podáis dar gracias; y os ha sometido lo que está en los cielos y lo que está en la tierra, todo de Él; en verdad, en eso hay señales para un pueblo que reflexiona.
Decid a los creyentes que perdonen a quienes no esperan los días de Dios [1], para que Él recompense a un pueblo por lo que ha merecido.
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Quienquiera que actúe correctamente, lo hará por su propia alma, y quienquiera que actúe mal, lo hará contra ella; luego, a vuestro Señor seréis devueltos.
[15] Y trajimos a los hijos de Israel el Libro, el juicio y la profecía, y les proveímos de bienes, y los preferimos a los mundos. Y les trajimos pruebas manifiestas del asunto, y no discutieron hasta que les llegó el conocimiento, por envidia mutua. Ciertamente, tu Señor decidirá entre ellos el día de la Resurrección sobre aquello sobre lo que discutieron.
Luego te pusimos a cargo de una ley sobre este asunto: síguela, pues, y no sigas los deseos de quienes no saben. En verdad, no te servirán de nada contra Dios; y, en verdad, los impíos son protectores unos de otros, pero Dios es el protector de los que temen.
Esta es una visión para los hombres y una guía y una misericordia para un pueblo que está seguro.
[20] ¿Acaso los que cometen malas acciones cuentan con que los haremos iguales en su vida y en su muerte a los que creen y obran el bien? Mal juzgan.
Y Dios creó los cielos y la tierra en verdad; y cada alma será recompensada por lo que ha ganado, y no serán agraviados.
¿Has considerado a aquel que toma sus pasiones por su dios, y Dios lo extravía a sabiendas, y ha puesto un sello sobre su oído y su corazón, y ha puesto sobre su vista oscuridad? ¿Quién, pues, lo guiará en pos de Dios? ¿No se preocuparán entonces?
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Dicen: «Es sólo nuestra vida en este mundo, morimos y vivimos, y nada nos destruye excepto el tiempo». Pero no tienen conocimiento de esto; sólo sospechan.
Y cuando se les repiten nuestras señales con evidencias, su único argumento es decir: «Traed a nuestros padres, si decís la verdad».
[25] Di: «Dios os da vida, luego os mata, luego os reunirá en el día de la resurrección, no hay duda de ello; pero la mayoría de los hombres no lo saben».
De Dios es el reino de los cielos y de la tierra, y el día en que llegue la Hora, aquellos que la llamen [2] vanos serán perdedores. Y verás a cada nación arrodillada, a cada nación convocada a su libro: «Hoy sois recompensados por lo que habéis hecho».
Éste es nuestro Libro que os habla con la verdad; en verdad, hemos escrito lo que habéis hecho.
Pero a quienes crean y obren bien, su Señor les hará entrar en Su misericordia: esa es la felicidad evidente.
[30] Y en cuanto a los que no creen, ¿no se os recitaron mis signos y erais demasiado orgullosos y erais un pueblo pecador? Y cuando se dijo: «En verdad, la promesa de Dios es verdadera, y la Hora no hay duda en ella», dijisteis: «No sabemos qué es la Hora, sólo sospechamos, y no estamos seguros.»
Pero se les mostrarán los males de lo que han hecho, y les rodeará aquello de lo que se han estado burlando. Y se les dirá: «Hoy os olvidaremos como vosotros olvidasteis [p. 224] el encuentro de este día vuestro, y vuestro refugio será el fuego, y no tendréis quien os auxilie. Esto es porque tomasteis a broma los signos de Dios y la vida de este mundo os engañó; por eso hoy no seréis sacados de allí, ni seréis devueltos a vuestra gracia.»
[35] ¡De Dios, pues, es la alabanza, Señor de los cielos y Señor de la tierra, Señor de los mundos! ¡Suya es la grandeza en los cielos y en la tierra, y Él es el Poderoso y el Sabio!