LXXXVI. El Capítulo de la Estrella de la Noche | Página de portada | LXXXVIII. El Capítulo de lo Abrumador |
EN el nombre del Dios misericordioso y compasivo.
Celebrado el nombre de tu Señor Altísimo, que creó y formó, y que decretó y guió, y que hace surgir el pasto, [5] y luego lo convierte en rastrojo oscuro!
Te haremos recitar, y no olvidarás [1], salvo lo que a Dios le plazca. En verdad, Él conoce lo manifiesto y lo oculto; y te enviaremos [p. 329] fácilmente para que te alivies; recuérdalo, pues, en verdad, el recordatorio es útil.
[10] Pero el que teme se cuidará; pero el miserable lo evitará; el que se asará en el gran fuego, y entonces en él no morirá ni vivirá.
Próspero es aquel que se purifica, [15] y recuerda el nombre de su Señor y ora!
¡No! Pero preferís la vida de este mundo, mientras que la del más allá es mejor y más duradera.
En verdad, esto estaba en los libros de antaño, los libros de Abraham y Moisés.
LXXXVI. El Capítulo de la Estrella de la Noche | Página de portada | LXXXVIII. El Capítulo de lo Abrumador |
328:2 Véase también el Capítulo II, versículo 1, Parte I, pág. 14. ↩︎