Ve y aprende la tarifa de los arrieros: diez millas por un zouz, once por dos zouzim.
Chaggigah, fol. 9, col. 2.
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Cuando Israel subía a Jerusalén para asistir a las festividades, debían permanecer en el atrio del Templo, apiñados unos contra otros; sin embargo, al postrarse, había un amplio espacio entre ellos (Rashi habla de unas cuatro varas), de modo que no podían oírse mutuamente la confesión, lo cual podría haberles hecho sonrojar. Sin embargo, al postrarse, debían extenderse once varas detrás del Santo de los Santos.
Yoma, fol. 21, col. I,
En los días de Joel, hijo de Petuel, hubo una gran escasez, porque (como se dice en Joel 1:4) «Lo que dejó la oruga se lo comió la langosta», etc. Ese año, el mes de Adar (cerca de marzo) terminó y no llovió. Cuando cayó algo de lluvia, durante la semana siguiente, el profeta dijo a Israel: «Salid a sembrar». Respondieron: «Quien solo tiene una o dos medidas de trigo o cebada, ¿comerá y vivirá, o sembrará y morirá?». Aun así, el profeta instó: «Salid a sembrar». Entonces obedecieron al profeta, y en once días la semilla había crecido y madurado; y es con referencia a esa generación que se dice (Sal. 126:5): «Los que sembraron con lágrimas, con alegría segarán».
Taanith, fol. 5, col. 1.
¿Qué se considera una mujer en su minoría de edad? Es la que tiene entre once años y un día, y doce años y un día. Si es menor o mayor de estas edades, se le tratará de la manera habitual.
Yevamoth, fol. 100, col. 2.
Quien da una prutah a un hombre pobre recibe seis bendiciones, y aquel que le dice una palabra amable recibe once bendiciones en sí mismo (ver Isaías lviii. 7, 8).
Bava Bathra, fol. 9, col. 2.
En la página siguiente del mismo tratado se dice: «Por una prutah dada como limosna a un hombre pobre, uno se hace partícipe de la visión beatífica». (Véase también Midrash Tillim sobre Salmos 17:15).
El prutah era la moneda más pequeña de circulación en aquel entonces. Se estima que equivalía a aproximadamente una vigésima parte de un penique inglés. En algunos barrios de Polonia, los judíos tienen pequeñas monedas delgadas de latón, con la palabra hebrea prutah impresa, para usos caritativos de quienes no pueden permitirse dar un kreutzer a un pobre. Los pobres, cuando reúnen varias, las cambian por monedas de mayor valor en la limosna designada por la congregación. Así, incluso los pobres pueden dar limosna a otros pobres. (Véase mi “Génesis”, pág. 277, n.º 31).
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El rabino Yojanán dijo que a Moisés en el Sinaí se le mencionaron once tipos de especias. Rav Hunna preguntó: “¿Qué texto bíblico prueba esto?” (Éxodo 30:34), “Toma especias aromáticas” (el plural implica dos), “estacto, mirra y gálbano” (estos tres suman cinco), “especias aromáticas” (la repetición duplica las cinco en diez), “con incienso puro” (lo cual suma once).
Kerithoth, fol. 6, col. 2.