Los nórdicos primitivos pensaban que los eclipses eran causados por un lobo que devoraba una parte del Sol o de la Luna. [1]
Los hombres rojos en vías de desaparición tuvieron un profeta en los últimos cien años, el tenskwatawa shawnee, que predijo el eclipse de Sol de 1806 y denunció los vicios del hombre blanco. [2]