1 Y las negras undécimas aguas que habéis visto: ésta es la calamidad que ahora azota a Sion.
2 ¿Crees que no hay angustia para los ángeles en presencia del Poderoso?
Que Sión estaba tan entregada,
¡Y eso he aquí! los gentiles se jactan en sus corazones,
y se reúnen ante sus ídolos y dicen:
«Es pisoteada la que muchas veces es pisoteada,
¿Y ha sido reducida a servidumbre quien redujo (a otros)»?
3 ¿Acaso pensáis que en estas cosas se alegra el Altísimo,
¿O que su nombre sea glorificado?
4 [Pero ¿cómo servirá para Su justo juicio?]
5 Pero después de esto los dispersos entre las naciones serán azotados por la tribulación,
Y habitarán avergonzados en todo lugar.
6 Porque en cuanto Sión es entregada
Y Jerusalén fue arrasada,
¿Prosperarán los ídolos en las ciudades de los gentiles?
Y el vapor del humo del incienso de justicia que es por la ley se apaga en Sion,
Y en la región de Sión, en todo lugar, ¡he aquí! hay humo de impiedad.
7 Pero se levantará el rey de Babilonia que ya ha destruido a Sión,
Y se jactará ante el pueblo,
Y hablará grandes cosas en su corazón delante del Altísimo.
8 Pero él también al final caerá. Estas son las aguas negras.