1 También se encuentra en los anales que el profeta Jeremías ordenó a los llevados que tomaran del fuego, como se ha indicado:
2 Y cómo el profeta, después de haberles dado la ley, les encargó que no olvidaran los mandamientos del Señor y que no se equivocaran en su mente al ver imágenes de plata y de oro con sus adornos.
3 Y con otras palabras similares les exhortaba a que la ley no se apartara de sus corazones.
4 También está escrito en el mismo escrito que el profeta, advertido por Dios, ordenó que el tabernáculo y el arca fueran con él, mientras subía al monte donde Moisés subió y vio la herencia de Dios.
5 Y cuando Jeremías llegó allí, encontró una cueva hueca, donde puso el tabernáculo, el arca y el altar del incienso, y cerró la puerta.
6 Y algunos de los que lo seguían vinieron a marcar el camino, pero no pudieron encontrarlo.
7 Al darse cuenta de esto, Jeremías los reprendió, diciendo: En cuanto a ese lugar, será desconocido hasta el día en que Dios reúna a su pueblo y los reciba en misericordia.
8 Entonces el Señor les mostrará estas cosas, y aparecerá la gloria del Señor, y también la nube, como se mostró en tiempos de Moisés, y como cuando Salomón deseó que el lugar fuera santificado con honor.
9 También se declaró que él, siendo sabio, ofreció el sacrificio de la dedicación y de la terminación del templo.
10 Y como cuando Moisés oró al Señor, descendió fuego del cielo y consumió los sacrificios, así también oró Salomón, y descendió fuego del cielo y consumió los holocaustos.
11 Y Moisés dijo: Como la ofrenda por el pecado no se podía comer, se consumió.
12 Así que Salomón guardó aquellos ocho días.
13 Lo mismo se cuenta en los escritos y comentarios de Neemías; y cómo fundó una biblioteca y reunió las actas de los reyes, y de los profetas, y de David, y las epístolas de los reyes acerca de los santos dones.
14 De la misma manera también Judas reunió todas las cosas que se habían perdido a causa de la guerra que tuvimos, y quedaron con nosotros,
15 Por tanto, si lo necesitáis, enviad a algunos para que os lo traigan.
16 Ya que estamos a punto de celebrar la purificación, os hemos escrito: y os irá bien si guardáis los mismos días.
17 Esperamos también que el Dios que libró a todo su pueblo y les dio a todos la herencia, el reino, el sacerdocio y el santuario,
18 Pronto tendrá misericordia de nosotros, como lo prometió en la ley, y nos reunirá de todas las tierras bajo el cielo en el lugar santo, porque él nos libró de grandes angustias y purificó el lugar.
19 En cuanto a Judas Macabeo y a sus hermanos, y a la purificación del gran templo y a la dedicación del altar,
20 Y las guerras contra Antíoco Epífanes y Eupátor su hijo,
21 Y las señales manifiestas que vinieron del cielo a aquellos que se comportaron virilmente en su honor por el judaísmo: de modo que, siendo sólo unos pocos, dominaron todo el país y persiguieron multitudes bárbaras,
22 Y reconstruyeron el templo famoso en todo el mundo, liberaron la ciudad y mantuvieron las leyes que estaban en vigor, siendo el Señor misericordioso con ellos.
23 Todas estas cosas, digo, habiendo sido declaradas por Jasón de Cirene en cinco libros, intentaremos resumirlas en un solo volumen.
24 Por considerar el número infinito, y la dificultad que encuentran en el deseo de examinar las narraciones de la historia, por la variedad del asunto,
25 Hemos tenido cuidado de que los que lean se deleiten, de que los que desean memorizarlo se sientan cómodos y de que todos aquellos a quienes llegue la lectura obtengan beneficio.
26 Por lo tanto, para nosotros, que hemos asumido esta dolorosa tarea de reducir, no fue fácil, sino una cuestión de sudor y vigilancia;
27 Así como no es fácil para quien prepara un banquete y busca el beneficio de otros, sin embargo, para complacer a muchos, emprenderemos con gusto este gran esfuerzo;
28 Dejando al autor el manejo exacto de cada detalle, y trabajando para seguir las reglas de un resumen.
29 Porque como el arquitecto de una casa nueva debe cuidar de todo el edificio; pero el que se propone colocarlo y pintarlo, debe buscar cosas adecuadas para adornarlo: así creo que nos pasa a nosotros.
30 Estar en cada punto, examinar las cosas en general y sentir curiosidad por los detalles, pertenece al primer autor de la historia:
31 Pero al que haga un compendio se le concederá ser breve y evitar mucho trabajo.
32 Aquí, pues, comenzaremos la historia, añadiendo sólo esto a lo dicho: que es una tontería hacer un prólogo largo y ser breve en la historia misma.