1 Y él me tomó y me llevó hacia el oeste; y cuando llegó el momento de la puesta, vi de nuevo el pájaro que venía delante de ella, y tan pronto como llegó vi a los ángeles, y levantaron la corona.
2 [...]
3 de su cabeza. Pero el pájaro se quedó exhausto y con las alas contraídas. Y mirando estas cosas, dije: Señor, ¿por qué levantaron la corona de la cabeza del sol, y por qué está
4 el pájaro estaba tan exhausto Y el ángel me dijo: La corona del sol, cuando haya pasado el día, cuatro ángeles la toman, la llevan al cielo y la renuevan, porque ella y sus rayos han sido contaminado en la tierra; además se renueva cada día. Y yo, Baruc, dije: Señor, ¿y por qué?
5 Sus rayos están contaminados sobre la tierra. Y el ángel me dijo: Porque ve la iniquidad y la injusticia de los hombres, es decir, fornicaciones, adulterios, hurtos, extorsiones, idolatrías, borracheras, homicidios, contiendas, celos, malas palabras, murmuraciones. , susurros, adivinaciones y cosas semejantes que no agradan a Dios. Por estas cosas se contamina, y por eso se renueva.
6 Pero tú preguntas por el pájaro, cómo está exhausto. Porque al retener los rayos del sol a través del fuego y el calor abrasador de todo el día, se agota. Porque, como dijimos antes, a menos que sus alas protegieran los rayos del sol, ningún ser viviente sería preservado.