1 Cuando se retiraron, también cayó la noche, y al mismo tiempo llegó el carro de la luna con las estrellas.
2 Y yo, Baruc, dije: Señor, muéstrame también, te ruego, cómo
3 sale, de dónde sale y en qué forma avanza. Y el ángel dijo: Espera, y también lo verás pronto. Y al día siguiente también lo vi en forma de mujer, sentado en un carro con ruedas. Y había delante de él bueyes y corderos en el carro, y una multitud de
4 ángeles de la misma manera. Y dije: Señor, ¿qué son los bueyes y los corderos? Y él me dijo:
5 Ellos también son ángeles. Y de nuevo pregunté: ¿Por qué en un momento aumenta y en otro aumenta?
6 el tiempo disminuye Y (me dijo): Escucha, oh Baruc: Esto que ves fue escrito
7 por Dios hermosa como ninguna otra. Y en la transgresión del primer Adán, estuvo cerca de Sammael cuando tomó la serpiente como vestido. Y no se escondió, sino que aumentó, y Dios fue
8 se enojó con ella, la afligió y acortó sus días. Y dije: ¿Y cómo no brilla también siempre, sino sólo en la noche? Y el ángel dijo: Escucha: como en presencia de un rey, los cortesanos no pueden hablar libremente, así la luna y las estrellas no pueden brillar en presencia del sol; porque las estrellas siempre están suspendidas, pero el sol las protege, y la luna, aunque ilesa, es consumida por el calor del sol.