El relato de la muerte de Alejandro hijo de Hircano
1 Después el rey Alejandro enfermó de fiebre cuartana durante tres años enteros.
2 Pero cuando el gobernador de una ciudad llamada Ragaba se rebeló contra él, condujo allí un ejército poderoso, llevando consigo a su esposa y a su familia, y sitió la ciudad.
3 Pero cuando estaba a punto de ser tomado, su enfermedad aumentó y sus fuerzas disminuyeron; y su esposa, que se llamaba Alejandra, perdió toda esperanza de su recuperación:
4 el cual, acercándose a él, le dijo; «Ahora sabes cuáles son las diferencias entre tú y los fariseos: y tus dos hijos son niños, y yo soy mujer, y en absoluto podremos resistirlos: ¿qué consejo, pues, nos das a mí y a ellos? »
5 Él le dijo: «Mi consejo es que perseveres contra la ciudad hasta que sea tomada, lo cual será pronto.
6 Y cuando la hayas conquistado, establecerás su gobierno según lo establecido en las demás ciudades.
7 Pero ante toda esta gente finge que estoy enfermo; y hagas lo que hagas, finge que lo haces por sugerencia mía; y revela mi muerte a aquellos servidores en quienes puedas confiar.
8 Y cuando hayas terminado esto, ve a la ciudad de la Santa Casa, después de haber secado y embalsamado mi cuerpo con especias; y llena el lugar donde estoy acostado de muchos perfumes, para que no salga de mí ningún olor desagradable.
9 Y cuando los asuntos del país estén resueltos, ve de allí, envuélveme en abundantes perfumes y llévame al palacio como si estuviera enfermo.
10 y cuando esté allí, mandad llamar a los principales de los fariseos; y cuando vengan, hónralos y diles buenas palabras:
11 Entonces di: Alejandro ya está muerto, y he aquí te lo entrego, haz con él lo que te parezca bien y desde ahora se comportará contigo como quieras.
12 Porque si hacéis esto, sé muy bien que no nos harán nada a mí ni a vosotros, excepto lo que es bueno; y el pueblo los seguirá, y tus asuntos se ordenarán inmediatamente después de mi muerte, y reinarás seguro hasta que tus dos hijos crezcan».
13 Después de esto, Alejandro murió; y su esposa ocultó su muerte; y cuando la ciudad fue tomada, ella volvió a Jerusalén; y habiendo llamado a los principales de los fariseos, les habló como Alejandro le había aconsejado.
14 A ellos respondieron que Alejandro había sido su rey y ellos su pueblo; y le hablaron con todo cariño, y le prometieron ponerla al frente de su gobierno.
15 Entonces salieron y reunieron hombres; y tomando el cuerpo de Alejandro, lo llevaron magníficamente a su entierro: y enviaron hombres para nombrar reina a Alejandra; con cuyo consentimiento fue designada.
16 Y fueron los años del reinado de Alejandro veintisiete.