El relato del nombramiento de Hircano, hijo de Alejandro, como rey de los judíos, y del regreso a Roma del general del ejército romano.
1 Habiendo arreglado todo esto, Pompeyo nombró rey a Hircano; y se llevó a su hermano Aristóbulo encadenado:
2 También ordenó que los judíos no tuvieran dominio sobre aquellas naciones que habían sido sometidas por sus reyes antes de su llegada;
3 y exigió un tributo a la ciudad de la Santa Casa; y pactó con Hircano que recibiría la toma de posesión de los romanos cada año.
4 Y partió, llevándose consigo a Aristóbulo, dos de sus hijos y sus hijas; y le quedó un hijo llamado Alejandro, a quien Pompeyo no pudo prender porque había huido.
5 Entonces Pompeyo colocó en su habitación de la ciudad de la Santa Casa a Hircano y a Antípatro, y con ellos a su propio colega Escauro.