La historia de la magnanimidad de algunos de los hombres de Herodes y de su valentía.
1 Ahora bien, en tiempos de Antígono se habían multiplicado los ladrones y los que codiciaban la propiedad ajena;
2 y se dirigieron a unas cuevas en las montañas, a las que sólo podía acceder un hombre a la vez, por ciertos lugares preparados para ello por ellos y que sólo ellos conocían.
3 y aunque otros los conocieran, no pudieron subir a la cueva; porque siempre había un hombre listo en la boca que, con muy poco esfuerzo, podía fácilmente repeler a una persona que subía.
4 Y ahora algunos de estos hombres habían conseguido en esa cueva abundancia de armas, provisiones y bebida, y todo lo que necesitaban;
5 junto con todo el botín que habían obtenido atacando a quienes encontraron, y lo que habían tomado con razón o sin ella.
6 Cuando, pues, Herodes se enteró de sus procedimientos y descubrió que era probable que sus asuntos causaran demora»; También que los hombres no podían actualmente subir a ellos por escaleras, ni de hecho subir de ninguna manera:
7 Hizo uso de grandes cofres de madera, ensamblados y ensamblados, y los llenó con hombres, añadiendo comida y agua, y que llevaban lanzas larguísimas y ganchudas:
8 y ordenó que bajaran aquellos cofres desde la cima de las montañas, en medio de las cuales estaban las cuevas, hasta colocarlos frente a sus bocas:
9 y cuando se encontraron frente a ellos, pidió que sus hombres los atacaran cuerpo a cuerpo con espadas, y que desde lejos los arrastraran con aquellas lanzas.
10 Y se hicieron los cofres y se llenaron de hombres.
11 Y cuando algunos de ellos fueron bajados y se encontraban frente a las entradas de aquellas cuevas, sin que se hubiera dado información a los que allí vivían, uno de los hombres que estaban en los cofres se precipitó hacia las cuevas, seguido de sus compañeros;
12 y mataron a los ladrones que estaban dentro de ellos y a sus seguidores, y los arrojaron abajo en los valles; todos los hombres que Herodes había enviado, emulando a estos jist.
13 Y en esta hazaña, su coraje, su valentía y su audacia fueron tan notorios que nunca se vio nada igual: y exterminaron por completo a los ladrones de todas aquellas partes.