Una Visión de Juicio y Salvación (Capítulo XXVII.).
1 Y miré y vi: ¡he aquí! el cuadro se balanceó y [de él] surgió, en su lado izquierdo, un pueblo pagano, y saquearon a los que estaban en el lado derecho, hombres y mujeres y niños: [a algunos los masacraron,] a otros se los quedaron. ¡Mira! Los vi correr hacia ellos por cuatro entradas, y quemaron el templo con fuego, y saquearon las cosas sagradas que allí había.
2 Y dije: «¡Oh Eterno! ¡Mira! Al pueblo (que surge) de mí, a quien Tú has aceptado, las hordas de paganos lo saquean, y a algunos los matan, mientras que a otros los retienen como a extraños, y el Templo lo han quemado con fuego, y las cosas hermosas que allí hay ellos las robaron [y destruyeron]. ¡Oh Eterno, Poderoso! Si esto es así, ¿por qué has lacerado ahora mi corazón, y por qué debería ser así?
3 Y Él me dijo: «Oye, Abraham. Lo que has visto sucederá a causa de tu descendencia que me enoja a causa de la estatua que viste, y a causa de la matanza humana en la imagen, por el celo en el Templo; y como has visto, así será».
4 Y dije: «¡Oh Eterno, Poderoso! Que pasen ahora las obras de maldad (hechas) en impiedad, pero (muéstrame) más bien aquellos que cumplieron los mandamientos, incluso las obras de su (?) justicia. Porque tú puedes hacer esto».
5 Y Él me dijo: «El tiempo de los justos llega primero a través de la santidad (que fluye) de los reyes y gobernantes justos que al principio creé para que gobernaran entre ellos. Pero de estos salen hombres que cuidan de sus intereses, como te he hecho saber y has visto.