1 Dios le dijo: «Si toco su pie, él dice: «No me has dado ninguna gracia en el mundo», y por eso lo dejé a sus propios deseos porque lo amaba y por eso envié a mis ángeles justos para vigilarlo día y noche».
2 Sedrach dijo: «Sé que entre tus propias criaturas, Maestro, amaste primero al hombre; entre los cuadrúpedos, las ovejas; entre los árboles, el olivo; entre las plantas que dan fruto, la vid; entre las cosas que vuelan, la abeja; entre los ríos, (el) Jordán; entre las ciudades, Jerusalén.
3 Pero el hombre también ama todo esto, Maestro.
4 Dios dijo a Sedrach: «Te voy a preguntar una cosa, Sedrach; si puedes responderme, entonces con razón me has desafiado, aunque hayas tentado a tu creador».
5 Sedrach dijo: «Habla».
6 El Señor Dios dijo: «Desde que creé todo, ¿cuántos han nacido, cuántos han muerto, cuántos morirán y cuántos cabellos tienen?
7 Dime, Sedrach, desde que fueron creados el cielo y la tierra, ¿cuántos árboles se han creado en el mundo, y cuántos caerán, cuántos se harán y cuántas hojas tendrán?
8 Dime, Sedrach, desde que hice el mar, ¿cuántas olas se han agitado, cuántas se han agitado ligeramente, cuántas se levantarán y cuántos vientos soplarán cerca de la orilla del mar?
9 Dime, Sedrach, desde la creación del mundo de los siglos cuando el aire está lleno de lluvia, ¿cuántas gotas han caído sobre el mundo y cuántas caerán?
10 Y Sedrach dijo: «Señor, sólo tú sabes todas estas cosas; sólo tú estás familiarizado con todo esto; Sólo te ruego que liberes al hombre del castigo, porque de lo contrario yo mismo voy a ser castigado y no seré separado de nuestra raza».