1 Sedrach le dijo: «Tú, Maestro, creaste al hombre; ¿Conoces el bajo estado de su voluntad y su conocimiento? y enviáis al hombre al castigo con un pretexto falso; así que quítalo.
2 ¿Se supone que yo solo debo llenar los reinos celestiales?
3 Si no es así, Señor, salva también al hombre.
4 Un hombre lamentable ha transgredido tu voluntad, oh Señor.»
5 «¿Por qué arrojas palabras a mi alrededor como si fueran una red, Sedrach?
6 Creé a Adán y su esposa y el sol y dije: «Mírense unos a otros (para ver) quién está iluminado».
7 Y el sol y Adán eran de la misma naturaleza, pero la esposa de Adán era más brillante en belleza que la luna, y ella le dio vida.
8 Sedrach dijo: «¿De qué sirven las cosas bellas si se marchitan y se convierten en polvo?
9 ¿Cómo es que dijiste, Señor: «No devuelvas mal por mal»?
10 ¿Cómo es, Maestro, que la palabra de tu divinidad nunca miente?
11 ¿Y por qué pagasteis así al hombre, si no queréis devolver mal por mal?
12 Sé que entre los cuadrúpedos el mulo es un animal astuto, no es otro; sin embargo, con la brida la giramos hacia donde queremos.
13 Tienes ángeles; envíalos a vigilar (sobre el hombre) y cuando haga un movimiento hacia el pecado, agárrate de su pie, y no irá a donde quiere».