1 De allí me fui a otro lugar, al occidente de los confines de la tierra.
2 Y vi un fuego ardiendo que corría sin descanso, y no se detenía ni de día ni de noche, sino que corría regularmente.
3 Y pregunté diciendo: «¿Qué es esto que no descansa?»
4 Entonces Ragüel, uno de los santos ángeles que estaba conmigo, me respondió y me dijo: «Este curso de fuego que has visto es el fuego del occidente que persigue a todas las lumbreras del cielo».