1 Entonces dije: «¿Para qué sirve esta tierra bendita, que está enteramente llena de árboles, y este valle maldito en medio?»
2 Entonces Uriel, uno de los santos ángeles que estaba conmigo, respondió y dijo: «Este valle maldito es para los que son malditos para siempre: aquí se reunirán todos los malditos que con sus labios hablan indecorosamente contra el Señor. Las palabras y de su gloria hablan cosas duras. Aquí serán reunidos y aquí será su lugar de juicio».
3 «En los últimos días habrá sobre ellos el espectáculo del juicio justo, en presencia de los justos para siempre: aquí los misericordiosos bendecirán al Señor de la gloria, al Rey Eterno».
4 «En los días del juicio sobre los primeros, lo bendecirán por la misericordia que les ha asignado (su suerte)».
5 Entonces bendije al Señor de la gloria, expuse su gloria y lo alabé gloriosamente.