1 En aquellos días, los poderosos y los reyes que poseen la tierra le implorarán que les conceda un pequeño respiro de sus ángeles de castigo a quienes fueron entregados, para que puedan postrarse y adorar ante el Señor de los espíritus, y confesar sus pecados delante de Él.
2 Y bendecirán y glorificarán al Señor de los espíritus, y dirán: 'Bendito el Señor de los espíritus y el Señor de los reyes, el Señor de los poderosos, el Señor de los ricos, el Señor de la gloria y de los Señor de la sabiduría,
3 Y espléndido en cada cosa secreta es Tu poder de generación en generación, y Tu gloria por los siglos de los siglos: Profundos son todos Tus secretos e innumerables, y Tu justicia es incalculable.
4 Ahora hemos aprendido que debemos glorificar y bendecir al Señor de los reyes y al que es Rey sobre todos los reyes.
5 Y dirán: «¡Ojalá tuviéramos descanso para glorificarnos y dar gracias y confesar nuestra fe delante de Su gloria!»
6 «Y ahora anhelamos un poco de descanso, pero no lo encontramos: lo seguimos con todas nuestras fuerzas y no lo obtenemos: y la luz se ha desvanecido delante de nosotros, y las tinieblas son nuestra morada por los siglos de los siglos:»
7 «Porque no creímos delante de Él ni glorificamos el nombre del Señor de los espíritus, [ni glorificamos a nuestro Señor] sino que nuestra esperanza estaba en el cetro de nuestro reino y en nuestra gloria».
8 «Y en el día de nuestro sufrimiento y tribulación Él no nos salva, y no encontramos respiro para confesar que nuestro Señor es veraz en todas Sus obras, y en Sus juicios y Su justicia, y Sus juicios no tienen respeto de personas».
9 «Y nosotros pasamos de delante de Su faz a causa de nuestras obras, y todos nuestros pecados son contados en justicia».
10 Ahora se dirán a sí mismos: «Nuestras almas están llenas de ganancias injustas, pero eso no nos impide descender de en medio de ellas a la carga del Seol».
11 Y después sus rostros se llenarán de oscuridad y de vergüenza ante el Hijo del Hombre, y serán expulsados de su presencia, y la espada permanecerá delante de su rostro en medio de ellos. [1]
12 Así habló el Señor de los espíritus: «Esta es la ordenanza y el juicio con respecto a los poderosos, los reyes, los exaltados y los que poseen la tierra delante del Señor de los espíritus».