1 Ahora, pues, Matusalén, hijo mío, te mostraré todas las visiones que he tenido y las contaré delante de ti.
2 Dos visiones tuve antes de tomar esposa, y una era muy diferente de la otra: la primera cuando estaba aprendiendo a escribir; la segunda antes de tomar a tu madre, (cuando) tuve una visión terrible. Y por ellos oré al Señor.
3 Me había acostado en casa de mi abuelo Mahalalel, (cuando) vi en una visión cómo el cielo se derrumbó y fue arrastrado y cayó a la tierra.
4 Y cuando cayó a la tierra, vi cómo la tierra era tragada en un gran abismo, y las montañas quedaban suspendidas sobre las montañas, y las colinas se hundían sobre las colinas, y los árboles altos se arrancaban de sus troncos y eran arrojados hacia abajo y hundido en el abismo.
5 Y entonces una palabra cayó en mi boca, y alcé (mi voz) para gritar en voz alta, y dije: «La tierra está destruida».
6 Y mi abuelo Mahalaleel me despertó mientras yacía cerca de él y me dijo:
7 «¿Por qué lloras así, hijo mío, y por qué te lamentas así?» Y le conté toda la visión que había visto, y él me dijo: «Una cosa terrible has visto, hijo mío, y de grave momento es tu visión onírica en cuanto a los secretos de todos los pecados de la tierra. : debe hundirse en el abismo y ser destruido con gran destrucción».
8 «Y ahora, hijo mío, levántate y suplica al Señor de la gloria, ya que eres creyente, que quede un remanente sobre la tierra y que Él no destruya toda la tierra».
9 «Hijo mío, desde el cielo todo esto vendrá sobre la tierra, y sobre la tierra habrá una gran destrucción».
10 Después me levanté y oré, imploré y supliqué, y escribí mi oración para las generaciones del mundo, y todo te lo mostraré a ti, mi hijo Matusalén.
11 Y cuando bajé y vi el cielo, y el sol saliendo por el este, y la luna poniéndose por el oeste, y algunas estrellas, y toda la tierra, y todo como Él lo había conocido en el principio, entonces bendije al Señor del juicio y lo ensalcé porque había hecho salir el sol por las ventanas del oriente, y ascendió y se levantó sobre la faz del cielo, y se puso en camino y siguió recorriendo el camino mostrado a a él.