1 Y después de esto tuve otro sueño, y te mostraré todo el sueño, hijo mío. Y Enoc levantó (su voz) y habló a su hijo Matusalén:
2 «A ti, hijo mío, hablaré: escucha mis palabras; inclina tu oído a los sueños de tu padre».
3 «Antes de tomar a tu madre Edna, tuve una visión en mi cama, y he aquí un toro que salía de la tierra, y ese toro era blanco; y después salió una novilla, y junto con ésta salieron dos toros, uno de ellos negro y el otro rojo».
4 «Y ese toro negro corneó al rojo y lo persiguió por la tierra, y entonces ya no pude ver ese toro rojo».
5 «Pero aquel toro negro creció y la novilla iba con él, y vi que de él salían muchos bueyes que se le parecían y lo seguían».
6 «Y esa vaca, la primera, se fue de la presencia del primer toro para buscar al rojo, pero no lo encontró, y se lamentó con gran lamento por él y lo buscó».
7 «Y miré hasta que el primer toro vino hacia ella y la calmó, y desde ese momento en adelante no lloró más».
8 «Y después de esto dio a luz otro toro blanco, y después de él dio a luz muchos toros y vacas negras».
9 «Y vi en sueños que el toro blanco también crecía y se convertía en un gran toro blanco, y de él procedían muchos toros blancos, y se parecían a él».
10 «Y comenzaron a engendrar muchos toros blancos, que se parecían a ellos, uno tras otro, (incluso) muchos».