1 Y después de eso, Enoc dio y comenzó a contar los libros.
2 Y Enoc dijo: «Con respecto a los hijos de justicia, a los elegidos del mundo y a la planta de rectitud, hablaré estas cosas. Sí, yo Enoc os las declararé, hijos míos: a lo que me apareció en la visión celestial, y que he conocido por la palabra de los santos ángeles, y he aprendido en las tablas celestiales».
3 Y Enoc comenzó a contar los libros y dijo: «Yo nací el séptimo en la primera semana, mientras aún permanecían el juicio y la justicia».
4 «Y después de mí surgirá en la segunda semana gran maldad y habrá surgido el engaño; y en él estará el primer fin. Y en él el hombre será salvo; y después que termine, crecerá la injusticia y se dictará una ley para los pecadores».
5 «Y después de eso, al terminar la tercera semana, un hombre será elegido como planta de justo juicio, y su posteridad se convertirá en planta de justicia para siempre».
6 «Y después de eso, en la cuarta semana, al terminar, se verán visiones de los santos y de los justos, y se les dictará una ley para todas las generaciones y un cercado».
7 «Y después de eso, en la quinta semana, cuando termine, la casa de gloria y dominio será edificada para siempre».
8 «Y después de eso, en la sexta semana, todos los que habitan en ella serán cegados, y el corazón de todos ellos abandonará impíamente la sabiduría. Y en él ascenderá un hombre; y a su fin la casa de dominio será quemada al fuego, y toda la raza de la raíz escogida será dispersada».
9 «Y después de eso, en la séptima semana, se levantará una generación apóstata, y sus obras serán muchas, y todas sus obras serán apóstatas».
10 «Y al final serán elegidos Los justos elegidos de la eterna planta de justicia, para recibir siete instrucciones sobre toda Su creación».
11 Porque ¿quién entre todos los hijos de los hombres puede oír la voz del Santo sin perturbarse? ¿Y quién puede pensar Sus pensamientos y quién hay que pueda contemplar todas las obras del cielo?»
12 «¿Y cómo podría haber alguien que pueda contemplar el cielo, y que haya allí que pueda entender las cosas del cielo y ver un alma o un espíritu y poder decirlo, o ascender y ver todos sus fines y pensarlos o ¿Te gustan?
13 ¿Y quién entre todos los hombres puede saber cuál es la anchura y la longitud de la tierra y a quién se le ha mostrado la medida de todas ellas?
14 ¿O hay alguien que pueda discernir la longitud del cielo, su altura, su fundamento, el número de las estrellas y dónde descansan todas las lumbreras?