1 Y ahora os lo juro, a los sabios y a los necios, que tendréis muchas experiencias en la tierra.
2 Porque los hombres se pondrán más adornos que una mujer, y vestidos de colores más que una virgen: en realeza, en grandeza y en poder, en plata, en oro, en púrpura, en esplendor y en comida fluirán como agua.
3 Por tanto, les faltará doctrina y sabiduría, y por ello perecerán junto con sus bienes; ¡Y con toda su gloria y su esplendor, y en vergüenza y en matanza y en gran miseria, sus espíritus serán arrojados en el horno de fuego!
4 Os he jurado, pecadores, que como una montaña no se ha convertido en esclava, ni una colina se ha convertido en esclava de una mujer, así tampoco el pecado ha sido enviado a la tierra, sino que el hombre mismo lo ha creado, y bajo gran maldición caerán los que lo cometan.
5 Y a la mujer no le ha sido dado esterilidad, sino que a causa de las obras de sus propias manos muere sin hijos.
6 Os he jurado, pecadores, por el Santo Grande, que todas vuestras malas acciones están reveladas en los cielos, y que ninguna de vuestras obras de opresión está cubierta ni oculta.
7 Y no penséis en vuestro espíritu ni digáis en vuestro corazón que no sabéis y que no veis que cada pecado queda registrado cada día en el cielo delante del Altísimo.
8 Desde ahora sabéis que toda vuestra opresión con que oprimís queda escrita todos los días hasta el día de vuestro juicio.
9 ¡Ay de vosotros, necios, porque a causa de vuestra necedad pereceréis, y transgrediéis contra los sabios, y la buena suerte no será vuestra parte!
10 Ahora pues, sabed que estáis preparados para el día de la destrucción. Por tanto, pecadores, no esperéis vivir, sino que partiréis y moriréis; porque no sabéis rescate; porque estáis preparados para el día del gran juicio, para el día de la tribulación y de gran vergüenza para vuestro espíritu.
11 ¡Ay de vosotros, obstinados de corazón, que hacéis maldades y coméis sangre! ¿De dónde tenéis cosas buenas para comer y beber y saciaros de todos los bienes que el Señor Altísimo ha puesto en abundancia sobre la tierra? Por tanto, no tendréis paz.
12 ¡Ay de los que aman las obras de injusticia! Por tanto, esperáis buena suerte para vosotros mismos, sabiendo que seréis entregados en manos de los justos, y os cortarán el cuello y os matarán, y no tendrán misericordia de vosotros.
13 ¡Ay de vosotros, que os regocijáis en la tribulación de los justos! ¡Porque no se cavará ninguna tumba para vosotros!
14 ¡Ay de vosotros, que despreciáis las palabras del justo! porque no tendréis esperanza de vida.
15 ¡Ay de vosotros, los que escribís palabras mentirosas y impías! porque escriben sus mentiras para que los hombres las escuchen y actúen impíamente hacia (su) prójimo.
16 Por tanto, no tendrán paz sino que morirán de muerte repentina.