La profecía más antigua de la venida de Cristo.
1 ENTONCES Adán dijo a Dios: «Oh Señor, toma mi alma y no permitas que vea más esta oscuridad; o llévame a algún lugar donde no haya oscuridad».
2 Pero Dios el Señor dijo a Adán: «De cierto te digo que esta oscuridad pasará de ti, cada día que he determinado para ti, hasta el cumplimiento de Mi pacto; cuando te salvaré y te llevaré de nuevo al jardín, a la morada de luz que anhelas, en la que no hay oscuridad. Yo te llevaré a allí en el reino de los cielos».
3 Nuevamente dijo Dios a Adán: «Toda esta miseria que has tenido que soportar a causa de tu transgresión, no te librará de la mano de Satanás ni te salvará».
4 «Pero lo haré. Cuando yo baje del cielo y llegue a ser carne de tu simiente y tome sobre mí la enfermedad que sufres, entonces las tinieblas que te sobrevinieron en esta cueva vendrán sobre mí en la tumba, cuando yo esté en la tumba, cuando sea carne de tu simiente».
5 «Y yo, que no tengo años, seré sujeto a la cuenta de los años, de los tiempos, de los meses y de los días, y seré contado como uno de los hijos de los hombres, para poder salvarte. »
6 Y Dios dejó de comunicarse con Adán.