La caída de Adán. Por qué se crearon la noche y el día.
1 ENTONCES, cuando Dios, que es misericordioso y lleno de piedad, oyó la voz de Adán, le dijo:
2 «Oh Adán, mientras el ángel bueno me fue obediente, una luz brillante descansó sobre él y sobre sus huestes».
3 «Pero cuando transgredió Mi mandamiento, lo privé de esa naturaleza brillante y se volvió oscuro».
4 «Y cuando estaba en los cielos, en el reino de la luz, no sabía nada de las tinieblas».
5 Pero él transgredió y yo lo hice caer del cielo a la tierra; y fue esta oscuridad la que vino sobre él».
6 «Y sobre ti, oh Adán, mientras estabas en mi jardín y obediente a Mí, reposó también esa luz brillante».
7 «Pero cuando me enteré de tu transgresión, te privé de esa luz brillante. Sin embargo, por Mi misericordia, no te convertí en tinieblas, sino que te hice tu cuerpo de carne, sobre el cual extiendo esta piel, para que soporte el frío y el calor».
8 «Si hubiera dejado que mi ira cayera pesadamente sobre ti, te habría destruido; y si te hubiera convertido en tinieblas, habría sido como si te hubiera matado».
9 Pero en mi misericordia te he hecho tal como eres; Cuando transgrediste Mi mandamiento, oh Adán, te eché del jardín y te hice venir a esta tierra; y te ordené que habitaras en esta cueva; y vinieron sobre ti tinieblas, como sobre aquel que transgredió Mi mandamiento».
10 Así, oh Adán, te ha engañado esta noche. No debe durar para siempre; pero es sólo de doce horas; cuando termine, volverá la luz del día».
11 Por tanto, no suspires ni te conmuevas; y no digas en tu corazón que esta oscuridad es larga y se prolonga con cansancio; y no digas en tu corazón que te molesto con esto».
12 «Fortalece tu corazón y no temas. Esta oscuridad no es un castigo. Pero, oh Adán, yo hice el día y puse en él el sol para que alumbrara; para que tú y tus hijos hagan vuestro trabajo».
13 Porque sabía que debías pecar y transgredir y venir a esta tierra. Sin embargo, no quiero forzarte, ni ser escuchado sobre ti, ni encerrarte; ni te condenará por tu caída; ni por tu salida de la luz a las tinieblas; ni tampoco por tu ingreso desde el jardín a esta tierra».
14 Porque yo te hice de la luz; y quise sacar de ti hijos de luz y semejantes a ti».
15 Pero tú no guardaste un día mi mandamiento; hasta que terminé la creación y bendije todo lo que había en ella».
16 «Entonces te ordené respecto del árbol que no comieras de él. Sin embargo, sabía que Satanás, que se engaña a sí mismo, también te engañaría a ti».
17 «Así te hice saber por medio del árbol que no te acercaras a él. Y te dije que no comieras de su fruto, ni que lo probaras, ni que te sentaras debajo de él, ni te rindieras a él».
18 Si yo no hubiera estado y te hubiera hablado, oh Adán, acerca del árbol, y si te hubiera dejado sin mandamiento y hubieras pecado, habría sido una ofensa de mi parte, por no haberte dado ningún mandamiento; te darías la vuelta y me culparías por ello».
19 «Pero yo te ordené y te advertí, y caíste. Para que Mis criaturas no puedan culparme; pero la culpa es sólo de ellos».
20 «Y, oh Adán, he hecho el día para ti y para tus hijos después de ti, para que trabajen y se afanen en él. Y les he hecho la noche para que descansen en ella de su trabajo; y que las bestias del campo salgan de noche en busca de alimento».
21 «Pero ahora queda poca oscuridad, oh Adán; y pronto aparecerá la luz del día».