Cuarenta y tres días de penitencia no redimin una hora de pecado (v. 6).
1 ENTONCES Adán le dijo a Eva: «¿No ves estos higos y sus hojas con los que nos cubrimos cuando fuimos despojados de nuestra brillante naturaleza? Pero ahora no sabemos qué miseria y sufrimiento nos pueden sobrevenir al comerlos».
2 «Ahora, pues, oh Eva, contengámonos y no comamos de ellos, tú y yo; y pidamos a Dios que nos dé del fruto del Árbol de la Vida».
3 Así se contuvieron Adán y Eva y no comieron estos higos.
4 Pero Adán comenzó a orar a Dios y a rogarle que le diera del fruto del Árbol de la Vida, diciendo así: «Oh Dios, cuando transgredimos Tu mandamiento a la hora sexta del viernes, fuimos despojados del Teníamos una naturaleza brillante y no continuamos en el jardín después de nuestra transgresión, más de tres horas».
5 Pero la tarde nos hiciste salir de allí. Oh Dios, por una hora nos rebelamos contra Ti, y todas estas pruebas y dolores nos han sobrevenido hasta el día de hoy».
6 ¡Y aquellos días junto con este, el día cuadragésimo tercero, no redimiréis aquella hora en que transgredimos!
7 «Oh Dios, míranos con ojos compasivos y no nos pagues según nuestra transgresión de tus mandamientos, delante de ti».
8 «Oh, Dios, danos del fruto del Árbol de la Vida, para que podamos comer de él y vivir, y no volvernos para ver sufrimientos y otros problemas en esta tierra; porque tú eres Dios».
9 Cuando transgredimos tu mandamiento, nos hiciste salir del jardín y enviaste un querubín para guardar el árbol de la vida, para que no comiéramos de él y viviéramos; y no sabemos nada del desmayo después de nuestra transgresión».
10 «Pero ahora, Señor, hemos soportado todos estos días y hemos soportado sufrimientos. Haz que estos cuarenta y tres días equivalgan a la hora en que transgredimos».