1 Entonces Jacob fue a ver a su tío Labán.
2 Encontró un lugar y, reclinando su cabeza sobre una piedra, durmió allí, porque el sol se había puesto.
3 Tuvo un sueño. Y he aquí una escalera fijada en la tierra, cuya cima llegaba al cielo.
4 Y en lo alto de la escalera había un rostro como de hombre esculpido en fuego.
5 Había doce escalones que conducían a lo alto de la escalera, y en cada escalón había dos rostros humanos, a derecha e izquierda, veinticuatro rostros (o bustos), incluido el pecho.
6 Y el rostro del medio era más alto que todo lo que vi, el de fuego, incluidos los hombros y los brazos, sumamente aterrador, más que aquellos veinticuatro rostros.
7 Y mientras todavía estaba mirándola, he aquí, ángeles de Dios subían y descendían sobre ella.
8 Y Dios estaba sobre su cara más alta y me llamó desde allí, diciendo: «¡Jacob, Jacob!». Y dije: «¡Aquí estoy, Señor!»
9 Y él me dijo: «La tierra en la que duermes te la daré a ti y a tu descendencia después de ti.
10 Y multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo y la arena del mar.
11 Y por tu descendencia será bendecida toda la tierra y los que en ella habitarán en los últimos tiempos de los años de la consumación.
12 Mi bendición con la que os he bendecido fluirá de vosotros hasta el fin.
generación; El Este y el Oeste estarán todos llenos de tu tribu».