Cuando el Pueblo obtuvo permiso de Ciro para regresar a casa.
1 Oh Señor, a ti he clamado; Escúchame.
2 He alzado mis manos hacia tu santa morada; inclina a mí tu oído.
3 Y concédeme mi petición; mi oración no me la niegues.
4 Edifica mi alma y no la destruyas; y no la dejes desnuda ante los impíos.
5 Apártate de mí los que recompensan con cosas malas, oh juez de la verdad.
6 Oh Señor, no me juzgues según mis pecados, porque ninguna carne es inocente ante Ti.
7 Explícame, oh Señor, tu ley, y enséñame tus juicios;
8 Y muchos oirán de tus obras, y las naciones alabarán tu honor.
9 Acuérdate de mí y no me olvides; y no me metas en cosas que sean demasiado difíciles para mí.
10 Los pecados de mi juventud te harán pasar de mí, y mi castigo no se acordarán contra mí.
11 Límpiame, Señor, de la maligna lepra, y no permitas que vuelva a mí.
12 Seca sus raíces en (literalmente, de) mí, y no dejes que sus hojas broten dentro de mí.
13 Grande eres tú, oh Señor; por tanto, mi petición será cumplida delante de Ti.
14 ¿A quién me quejaré para que me dé? ¿Y qué puede añadirme la fuerza de los hombres?
15 De delante de ti, oh Señor, está mi confianza; Clamé al Señor y Él me escuchó y sanó el dolor de mi corazón.
16 Me adormecí y me dormí; Soñé y fui ayudado, y el Señor me sostuvo.
17 Ellos entristecieron mi corazón; Daré gracias porque el Señor me libró.
18 Ahora me alegraré de su vergüenza; En ti he esperado, y no seré avergonzado.
19 Date honra por siempre, por los siglos de los siglos.
20 Libra a Israel, tus escogidos, y a los de la casa de Jacob, tu elegido.