La oración de Ezequías cuando los enemigos lo rodearon.
1 ¡Glorificad a Dios en alta voz! En asamblea de muchos proclamad su gloria.
2 En medio de la multitud de los rectos glorificad su alabanza; y hablar de su gloria con los justos.
3 Uníos (literalmente, vuestra alma) a los buenos y a los perfectos, para glorificar al Altísimo.
4 Reuníos para dar a conocer su poder; y no tardéis en mostrar su liberación [y su fuerza] y su gloria a todos los niños.
5 Para que se conozca el honor del Señor, se ha dado sabiduría; y para contar sus obras se ha dado a conocer a los hombres:
6 para dar a conocer a los niños su fuerza, y hacer comprender su gloria a los que carecen de entendimiento (literalmente, corazón);
7 que están lejos de sus entradas y distantes de sus puertas:
8 porque el Señor de Jacob es exaltado y su gloria está sobre todas sus obras.
9 Y el hombre que glorifica al Altísimo, en él se complacerá; como en el que ofrece buena comida, y como en el que ofrece machos cabríos y terneros;
10 y como quien engorda el altar con multitud de holocaustos; y como el olor del incienso de manos de los justos.
11 Desde tus puertas rectas se oirá su voz, y desde la voz de los rectos la amonestación.
12 Y en su comida será saciado en verdad, y en su bebida, cuando compartan juntos.
13 Su morada está en la ley del Altísimo, y su palabra es para dar a conocer su poder.
14 ¡Cuán lejos está de los impíos hablar de Él y de todos los transgresores conocerlo!
15 He aquí, el ojo del Señor se apiada de los buenos, y multiplicará su misericordia hacia los que le glorifican, y del tiempo malo librará sus almas.
16 Bendito sea el Señor, que libró al desdichado de la mano de los impíos; el que levanta de Jacob un cuerno y de Israel un juez de las naciones;
17 para prolongar su morada en Sión y adornar nuestra época en Jerusalén.