1 Entonces se declaró el linaje de los sacerdotes de Dios mediante la elección de una tribu, y se dijo a Moisés: Toma para cada tribu una vara y ponla en el tabernáculo, y luego la vara de aquel a quien mi la gloria hablará, florecerá, y quitaré la murmuración de mi pueblo.
2 Así lo hizo Moisés, colocó doce varas y la vara de Aarón salió, floreció y dio semillas de almendras.
3 Y esta semejanza que nació allí era semejante a la obra que Israel hizo mientras estaba en Mesopotamia con Labán el sirio, cuando tomó varas de almendras y las puso en la reunión de aguas, y el ganado vino a beber y fueron divididas entre las varas peladas, y dieron a luz [cabritos] blancos, moteados y multicolores.
4 Por eso la sinagoga del pueblo se hizo semejante a un rebaño de ovejas, y como el ganado se criaba según las varas de almendro, así se establecía el sacerdocio por medio de las varas de almendro.