1 En aquel tiempo el espíritu del Señor fue quitado de Saúl, y un espíritu maligno lo oprimió (lit. lo ahogó). Y Saúl envió a buscar a David, y él tocó un salmo con su arpa esa noche. Y este es el salmo que cantó a Saúl para que el espíritu maligno se alejara de él.
2 Hubo oscuridad y silencio antes de que existiera el mundo, y el silencio habló, y las tinieblas se hicieron visibles. Y entonces fue creado tu nombre, incluso en la unión de lo que estaba extendido, de lo cual lo superior se llamaba cielo y lo inferior se llamaba tierra. Y se mandó al superior que lloviese según su estación, y al inferior que produjera alimento para el hombre que se haría. Y después de eso se formó la tribu de vuestros espíritus.
3 Ahora, pues, no seas perjudicial, ya que eres una segunda creación; pero si no, recuerda el infierno (literalmente, recuerda el Tártaro), en el que caminaste. ¿O no te basta oír que con lo que resuena ante ti canto a muchos? ¿O olvidas que de un eco que rebota en el abismo (o caos) nació tu creación? Pero te reprenderá ese nuevo vientre, del cual yo nací, del cual al cabo de un tiempo nacerá de mis lomos el que te sujetará.
Y cuando David cantó alabanzas, el espíritu perdonó a Saúl.