1 Y los filisteos pelearon contra Israel. Y Saúl salió a la batalla. E Israel huyó delante de los filisteos; y viendo Saúl que la batalla se hacía muy dura, dijo en su corazón: ¿Por qué te esfuerzas para vivir, siendo que Samuel te ha anunciado la muerte a ti y a tus hijos?
2 Y Saúl dijo al que llevaba su armadura: Toma tu espada y mátame antes de que vengan los filisteos y me insulten. Y el que llevaba sus armas no le pondría las manos encima.
3 Y él mismo se inclinó sobre su espada y no pudo morir. Y miró hacia atrás y vio a un hombre que corría y lo llamó y le dijo: Toma mi espada y mátame. Porque mi vida aún está en mí.
4 Y vino a matarlo. Y Saúl le dijo: Antes que me mates, dime, ¿quién eres? Y él le dijo: Yo soy Edab, hijo de Agag rey de los amalecitas. Y Saúl dijo: He aquí ahora han venido sobre mí las palabras de Samuel, como él dijo: El que nacerá de Agag te será por tropiezo.
5 Pero ve tú y dile a David: He matado a tu enemigo. Y le dirás: Así dice Saúl: No te acuerdes de mi odio, ni de mi injusticia. . . .