De la asunción de Enoc al tercer cielo.
1 Y aquellos hombres me tomaron de allí, me llevaron al tercer cielo y me pusieron allí; y miré hacia abajo, y observé el producto de estos lugares, tal como nunca se ha conocido por su bondad.
2 Y vi todos los árboles de dulces flores y vi sus frutos, que eran fragantes, y todos los alimentos que llevaban burbujeando con fragantes exhalaciones.
3 Y en medio de los árboles el de la vida, en aquel lugar donde reposa el Señor cuando sube al paraíso; y este árbol es de inefable bondad y fragancia, y adornado más que todo lo existente; y por todos lados tiene forma de oro, bermellón y fuego, y lo cubre todo, y tiene producto de todos los frutos.
4 Su raíz está en el jardín del fin de la tierra.
5 Y el paraíso está entre la corruptibilidad y la incorruptibilidad.
6 Y brotan dos manantiales que dan miel y leche, y sus manantiales dan aceite y vino, y se separan en cuatro partes, y dan vueltas con curso tranquilo, y descienden al PARAÍSO DEL EDEN, entre la corruptibilidad y en la corruptibilidad.
7 Y desde allí avanzan a lo largo de la tierra y hacen una revolución en su círculo, al igual que los demás elementos.
8 Y aquí no hay árbol infructuoso y todo lugar es bendito.
9 Y hay trescientos ángeles muy brillantes que guardan el jardín, y con incesantes dulces cantos y voces nunca silenciosas sirven al Señor durante todos los días y horas.
10 Y dije: «Qué dulce es este lugar», y aquellos hombres me dijeron: